¿Qué es una implosión, lo que provocó el fatal desenlace en el submarino Titán?

Esta fue la tercera expedición al sitio de los restos del Titanic, con una anterior en 2021 y otra en 2022

ARCHIVO - Esta foto sin fechar suministrada por OceanGate Expeditions en junio de 2021 muestra al sumergible Titán de la compañía. (AP)

La Guardia Costera de los Estados Unidos ha informado sobre la muerte de los cinco pasajeros a bordo del sumergible Titán debido a una "implosión catastrófica” que impactó a la nave. 

Los expertos dudaban de esta posibilidad debido a la ausencia de una onda de sonido subacuática fuerte, sin embargo, el hallazgo de unos restos durante el cuarto día de búsqueda sugieren que esta sería la causa del trágico final del sumergible cuyo destino era explorar la zona de naufragio del Titanic a unos 3,800 metros de profundidad en el océano Atlántico. 

Este jueves se encontraron "cinco piezas principales" que reconocieron como "restos del Titán". Lo primero que se encontró fue "el cono de la nariz, que estaba fuera de la sala de presión", precisó el experto submarino Paul Hanken.

"Encontramos la campana de la parte delantera de la sala de presión y este fue el primer indicio de que hubo un evento catastrófico poco después", precisó.

Tras el hallazgo, expertos determinaron que los escombros "son consistentes con una implosión catastrófica", es decir, una rotura y hundimiento provocados por la mayor presión del exterior.

Pero, ¿qué es una implosión?

La implosión es el proceso inverso a una explosión, es decir, mientras en la explosión los objetos se expanden de adentro hacia afuera de su centro, en la implosión el objeto colapsado se contrae hacia su centro, lo que se produce cuando la presión exterior es mayor a la interior. 

En el caso del sumergible, los escombros hallados este jueves se ubicaron a 500 metros de la proa del Titanic (3,800 metros de profundidad), a dicha profundidad la presión supera los 400 kilogramo por centímetro cuadrado. 

Ante esto, cualquier fuga en la nave podría ser fatal. En el 2018 ya se había expresado preocupaciones sobre el diseño del sumergible y las presiones que podría soportar.

De acuerdo con su creador y uno de los muertos, Stockton Rush, la nave estaba construida de carbono y titanio y era capaz de soportar las presiones de las profundidades a las que se suponía que iría en esta expedición, aproximadamente 13,000 pies o unos 4,000 metros.

Sin embargo, el Titán nunca fue certificado por una organización externa calificada a través de una evaluación tradicional. En 2018, David Lochridge, director de operaciones marinas de OceanGate Expeditions, escribió un informe de reproche sobre el sumergible Titán diciendo que requería más pruebas.

Durante un proceso legal entre Lochridge y su antiguo empleador se supo que la ventana de visualización del Titán solo estaba certificada hasta los 1,300 metros, menos de un tercio de lo que se necesitaría para llegar al Titanic.

Esta fue la tercera expedición al sitio de los restos del Titanic, con una anterior en 2021 y otra en 2022.

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