Condenan a extremista a tres años de cárcel por asalto al Capitolio de EEUU
Moerschel fue un acusado de menor jerarquía entre las nueve personas afiliadas a los Oath Keepers por conspiración sediciosa
Un hombre de Florida que participó en el asalto al Capitolio de Estados Unidos junto con otros miembros del grupo de ultraderecha Oath Keepers fue sentenciado el viernes a tres años de prisión por conspiración sediciosa y otros delitos, en la más reciente de una serie histórica de condenas por la insurrección del 6 de enero de 2021.
David Moerschel, de 45 años, un neurofisiólogo de Punta Gorda, Florida, fue condenado en enero junto con otros tres integrantes del grupo extremista por sus roles en lo que los fiscales llamaron un plan violento para impedir la transferencia del poder del presidente Donald Trump al presidente electo Joe Biden, ganador de la elección de 2020.
Moerschel fue un acusado de menor jerarquía entre las nueve personas afiliadas a los Oath Keepers por conspiración sediciosa. Seis fueron condenados bajo una ley rara vez invocada de la época de la Guerra Civil en dos juicios por separado. El fundador del grupo, Stewart Rhodes, fue sentenciado a 18 años de prisión, la pena más larga aplicada hasta el momento por los sucesos del 6 de enero. Tres acusados fueron absueltos de sedición, pero declarados culpables de otros delitos.
Los fiscales habían pedido una pena de 10 años de prisión para Moerschel, un miembro al que consideran de baja jerarquía en el grupo, y quien ayudó a almacenar armas y municiones en un hotel en Virginia para una autonombrada “fuerza de reacción rápida” que sería transportada rápidamente a Washington. Esas armas no se usaron. Moerschel llevó un fusil AR-15 y una pistola semiautomática Glock, según los fiscales.
“La seguridad de nuestro país y la seguridad de la democracia no deben depender de los impulsos de hombres dementes”, dijo el fiscal Troy Edwards.
Moerschel dijo al juez que estaba profundamente avergonzado de entrar por la fuerza al Capitolio y participar de la insurrección que hirió de gravedad a agentes de policía y obligó a empleados a huir aterrados.
“Cuando estaba en la escalera, su señoría, sentí que Dios me decía, ‘vete de aquí’. Y no lo hice”, dijo con voz entrecortada. “Desobedecí a Dios y violé leyes”.
Moerschel, un exmisionero, está casado y tiene tres hijos.
Otro acusado, Joseph Hackett, de Sarasota, Florida, recibirá su sentencia en las próximas horas.
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