Un libro muestra el modo en que hablan los dominicanos
El libro ya se encuentra en la Internet
Santo Domingo . El habla popular es un fenómeno vivísimo, en constante proceso de enriquecimiento, que deja poco a poco algunos de los términos que van envejeciendo y se renueva permanentemente con otros.
El próximo martes, a partir de las 5:00 de la tarde, se presenta en el Centro León de Santiago, una obra que desde ya forma parte del arsenal bibliográfico con que debe contar cualquier trabajador de la escritura. "Cómo hablamos los dominicanos", de Orlando Alba, editado en la Colección Centenario, será puesto en circulación en un conversatorio que conducirá Humberto López Morales, secretario de la Asociación de Academias de la Lengua Española.
La obra ya está, sin embargo, al servicio de los interesados en el sitio web del Grupo León Jimenes, en el acápite denominado Centenario.
[b]Una obra para investigadores[/b]
"Cómo hablamos los dominicanos", lo dice su subtítulo, es un enfoque sociolingüístico sin dudas necesario en el ámbito de la investigación lingüística dominicana. Contiene nueve capítulos, entre los que sobresalen el que atiende los rasgos fonéticos del habla dominicana y el denominado "La inseguridad lingüística". Contiene en sus apéndices una muestra de textos conversacionales y bibliografías sobre el tema.
Orlando Alba afirma que el español utilizado por los dominicanos es básicamente el mismo que usan los demás hispanohablantes "coloreado por unos rasgos superficiales que le dan una apariencia peculiar en sus diferentes niveles".
No escapan al estudioso los afronegrismos, anglicismos, arcaismos, indigenismos y manierismo que enriquecen el habla popular del dominicano, a la vez que ha indagado en aquellas voces que se han extinguido con el transcurso de los años.
Alba analiza las variaciones del habla dentro de los diversos grupos sociales y corrobora la tesis de que la modalidad lingüística que se usa en República Dominicana tuvo su base en la andaluza y canaria, por ser estos los grupos que tuvieron mayor influencia en la conformación de la población española que se mezcló con otras culturas y lenguas en la media isla.
[b]Influencias[/b]
En el ensayo no podía faltar la mirada a la influencia haitiana en el habla popular dominicana, que pudo ser incluso más profunda.
Como tampoco escapa el análisis de los anglicismos que bombardean constantemente desde los medios, sobre todo la televisión, la radio y el cine.
Basta alzar la vista hacia la infinidad de letreros de las calles para constatar cuánta es la penetración del idioma inglés en la vida cotidiana, un fenómeno al que habrá que poner límites en algún momento. Porque el idioma también debe cuidarse.
[b]Una obra para investigadores[/b]
"Cómo hablamos los dominicanos", lo dice su subtítulo, es un enfoque sociolingüístico sin dudas necesario en el ámbito de la investigación lingüística dominicana. Contiene nueve capítulos, entre los que sobresalen el que atiende los rasgos fonéticos del habla dominicana y el denominado "La inseguridad lingüística". Contiene en sus apéndices una muestra de textos conversacionales y bibliografías sobre el tema.
Orlando Alba afirma que el español utilizado por los dominicanos es básicamente el mismo que usan los demás hispanohablantes "coloreado por unos rasgos superficiales que le dan una apariencia peculiar en sus diferentes niveles".
No escapan al estudioso los afronegrismos, anglicismos, arcaismos, indigenismos y manierismo que enriquecen el habla popular del dominicano, a la vez que ha indagado en aquellas voces que se han extinguido con el transcurso de los años.
Alba analiza las variaciones del habla dentro de los diversos grupos sociales y corrobora la tesis de que la modalidad lingüística que se usa en República Dominicana tuvo su base en la andaluza y canaria, por ser estos los grupos que tuvieron mayor influencia en la conformación de la población española que se mezcló con otras culturas y lenguas en la media isla.
[b]Influencias[/b]
En el ensayo no podía faltar la mirada a la influencia haitiana en el habla popular dominicana, que pudo ser incluso más profunda.
Como tampoco escapa el análisis de los anglicismos que bombardean constantemente desde los medios, sobre todo la televisión, la radio y el cine.
Basta alzar la vista hacia la infinidad de letreros de las calles para constatar cuánta es la penetración del idioma inglés en la vida cotidiana, un fenómeno al que habrá que poner límites en algún momento. Porque el idioma también debe cuidarse.
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