¿Qué relación tienen el asma y las alergias?

Identificar los factores desencadenantes no siempre es fácil. Consulte un experto.

Santiago. Aunque las alergias y el asma son dos afecciones distintas, ambas están relacionadas. El 80 por ciento de los casos de asma se producen por reacciones alérgicas. Así lo explica el doctor Guillermo Ángeles Fernández, alergólogo de la Clínica Corominas de Santiago, quien afirma que las personas con alergias son más propensas a padecer asma, en especial aquellas que afectan a la nariz y a los ojos.

El asma es una enfermedad crónica de las vías respiratorias, causada por la inflamación de los bronquios, y que se caracteriza por crisis -que pueden tener diferente gravedad y duración- de dificultad respiratoria, opresión torácica, tos y por la presencia de silbidos de pecho. La alergia es una reacción del organismo frente a sustancias externas, una reacción que se vuelve perjudicial para el propio organismo, y que causa diversos síntomas de enfermedad. El especialista describe los siguientes factores de riesgo para desarrollar asma durante la infancia: padecer dermatitis atópica y/o rinitis alérgica, exposición permanente a alérgenos en el interior de los domicilios, tales como epitelios de mascotas o ácaros del polvo; abandono precoz de la lactancia materna, infecciones virales repetidas durante la primera infancia, así como exposición pasiva al humo del tabaco.

Los síntomas referidos no siempre están presentes al mismo tiempo. Con frecuencia, sobre todo en la infancia, el único síntoma es la tos. Dependiendo de la intensidad y frecuencia de sus manifestaciones, el asma se clasifica por su intensidad en asma episódica, leve persistente, moderada y grave. "La mayor parte de los pacientes tienen los primeros grados de la enfermedad, y muchos no piensan que lo que realmente padecen es asma", afirma el doctor Ángeles Fernández. Así, el asma alérgica es la que se produce como reacción a un alérgeno e incluye el asma por inhalantes (pólenes, ácaros…) y las crisis de asma por alimentos o medicamentos.

Las alergias, en tanto, suponen una reacción exagerada del sistema inmunológico a determinadas sustancias o alérgenos que provocan los síntomas alérgicos que pueden afectar a los ojos, la nariz, la garganta, la piel, el tracto intestinal o los pulmones.

El asma es una afección muy frecuente, que va en aumento, afectando a más de 300 millones de personas en el mundo. La prevalencia es muy desigual según los países, pero se calcula que esta enfermedad respiratoria afecta de un 12 a un 15 por ciento de los niños y, de un cinco por ciento al 10 por ciento de los adultos.

En la infancia es el proceso crónico más frecuente, sobre todo en los países desarrollados. En la mitad de los casos, el asma se diagnostica antes de los 10 años y en la mayoría de éstos, los síntomas aparecen antes de haber cumplido los dos años.

Diagnóstico causal

El especialista advierte de la importancia de un diagnóstico causal, es decir, que las personas que sufren de asma y alergias conozcan muy bien cuáles son los alérgenos que les afectan para evitarlos, en la medida de lo posible, el cual ha de ser realizado por el alergólogo. Se fundamenta en la historia clínica y en los test cutáneos, siendo necesario en ocasiones, estudios adicionales.

Conocer precozmente el origen del asma permite adoptar las medidas ambientales y el tratamiento de la causa del asma con inmunoterapia o vacunas, cambiando el curso natural de esta enfermedad crónica, mejorando en consecuencia su pronóstico.

La tendencia a contraer esta enfermedad suele ser hereditaria, por lo que si un padre o madre padece de alergias o asma, es probable que sus hijos también las tengan.