Música explícita, un fenómeno que no es reciente pero ¿se ha salido de control?
¿De quién es la culpa? ¿Cómo controlarlo? Analizamos las diferentes aristas junto a exponentes urbanos e investigadores del tema
Cuando se conversa con algún artista urbano sobre la razón por la que hacen música explícita la respuesta suele ser casi siempre la misma “es el reflejo de lo que se vive en el barrio”, aseguran algunos. Otros señalan que es la única forma de llegar a la popularidad en un país que apuesta por la música a granel, justificando su afirmación en que, cuando han hecho música con contenido social o más underground no han tenido el apoyo del público masivo.
¿Pero es realmente así? Antes de responder, es bueno dejar claro que esto no es nuevo en la música popular dominicana, de hecho, si buscamos bachatas de artistas como Blas Durán, Ramón Cordero, Luis Vargas o Anthony Santos, pensaríamos que no están tan alejados de lo que se canta ahora, lo mismo sucede con varios merengues de la época. Sin embargo, la diferencia, para muchos radica en que, antes se insinuaba, se creaba morbo con doble sentido, pero ahora, se cae en la vulgaridad: “música pornográfica”, se atreven otros a denominarla.
Opiniones de exponentes urbanos
El cantante de música urbana Mozart la Para abordó el tema en una entrevista para Diario Libre, en ella, aseguró que no critica a los artistas que se deciden a hacer este tipo de música, pero reconoce que no es su estilo. También señaló que el problema no es la música que hacen, sino que los niños la están consumiendo, sin ningún filtro, gracias a la tecnología.
“Hay gente que me dice tírate un tema así, y yo les respondo que no, porque, ¿cuál es el ejemplo? No canto para pegar un tema, sino para que las canciones queden ahí después que yo no exista, porque esas canciones así son desechables. Un dembow te dura un mes o dos, pegado, y aún se habla y se toca mi tema ‘Levántate’ que fue hace más de diez años. Esas son canciones que cualquier persona puede escuchar por el mensaje”, señaló, reiterando que no crítica a los que sí la hacen.
“Cada artista se expresa como quiere. A los que hacen eso yo no los críticos, porque también tienen su público, pero yo tengo el mío”.
Mozart aclaró que contrario a lo que se piensa, al decidir cambiar su estilo musical a uno más depurado, tuvo mayores ingresos, pues comenzó a ser contratado por grandes empresas.
Para el artista urbano puertorriqueño, Lenny Tavares, sobre el tema, el control debe estar en manos de los adultos y aunque reconoce que no habla de forma explícita en sus canciones, sabe que en la actualidad es un fenómeno que está funcionando a colegas.
“Es una música que está muy fácil al alcance de los niños, yo entiendo que ahí es el problema, porque cuando hay temáticas como el sexo, la violencia y la drogadicción, obviamente un niño de siete u ocho años no está preparado para discernir sobre esos mensajes; nosotros sabemos que la responsabilidad recae en mamá y papá de lo que escuchen sus hijos mientras no tenga edad para escuchar esas cosas”, argumentó.
Y recalcó: “El niño puede llegar a incluso a la pornografía, sin saber lo que está haciendo o lo que está pasando, teniendo un móvil en la mano. Yo simplemente trato de que en mi caso mis temáticas sean explícitas sino historias fuertes y reales, a veces sexuales, pero yo no estoy incitando a que alguien haga algo, porque cuento historias que me cuentan, que he vivido o han vivido otros, pero jamás invitaría a consumir sustancias prohibidas, matar o abusar de alguien, nada de eso”, dejó claro.
Para el productor musical Maffio se debe tener cuidado y no confundir música comercial con vulgar.
“Obviamente yo hago música para que la gente disfrute, pero hay una seriedad que viene con el sonido, con la calidad que yo quiero que la gente consuma”.
Sobre el género urbano señaló lo siguiente: “No somos perfectos, en cada género hay imperfecciones”.
Aprovechó para darle un consejo a los artistas del género local. “Les exhorto a todos esos colegas míos a trabajar en la disciplina. Menos controversia y más música”, aconseja.
“Si yo quiero crear mi legado, tengo que hacerlo basado en dignidad y con respeto y disciplina. Siempre respetando al colega”, enfatizó, dijo y aseguró que la puntualidad en él es fundamental sin importar el tamaño del compromiso.
Otras afirmaciones
Retomando la cuestionante sobre si lo explícito es un reflejo de lo vivido en el barrio
Charlie Valens, estudioso de la música urbana local señaló a Diario Libre que “las vivencias de los muchachos del barrio son transformadas en canciones. En los últimos años se ha visto el surgimiento de fenómenos que vienen de la pobreza y han sabido salir adelante con base en su música, aunque sus contenidos promueven un tipo de comportamiento contrario a lo considerado positivo”.
Valens toma como referencia la exposición que les da el internet a jóvenes que, si no fuera de ese modo, no trascendieron a nivel musical por lo complicado que es tener una carrera en un país como la República Dominicana.
Para el locutor y productor radial Luinny Corporan, uno de los más conocedores del género urbano de la actualidad “la música urbana es la herramienta que ha ayudado a muchos jóvenes a poder expresarse y poder salir adelante cuando muchas puertas le fueron cerradas”.
¿El contenido explícito incide en el comportamiento de sus seguidores?
A juicio del sociólogo César Cuello, las expresiones que algunos de estos cantantes usan en sus canciones y el comportamiento que exponen en sus redes sociales incide en el accionar de sus seguidores de forma directa.
“Por supuesto que incide. Todo lo que tiene que ver con expresiones populares dominantes que se hacen masivas, modela el comportamiento. Además, esas canciones vienen acompañadas, no solo de letras, sino de personas que se glorifican y se convierten en referentes populares, y más con el dominio de las redes sociales y de los medios de comunicación masiva”, señala el también profesor universitario y filósofo.
La locutora Katiuska Peguero, quien produce y conduce el programa radial Flow Kathira por la emisora Power 103.7, coincide con el intelectual asegurando que “este tipo de contenido lacera” a los jóvenes y “debe regularse, porque no es cierto que en los barrios solo haya este tipo de ejemplos”.
“Hay muchos jóvenes valiosos, con historias de superación, que pudieran ser inspiraciones para los exponentes del género”, observa.
“Es muy difícil controlar este tipo de comportamientos y más con gran penetración de las redes sociales y los medios alternativos de comunicación; evitar que los niños y adolescentes puedan acceder es sumamente difícil, por no decir imposible, habría que prohibir y eso no es factible; lo que los padres pueden hacer para apaciguar esto es tener más comunicación con los hijos”, señala el sociólogo Cuello.
Él reconoce, además, que en la mayoría de los casos son los mismos padres quienes influyen en que sus hijos escuchen este género “porque los mismos adultos también celebran ese tipo de música”. “Entonces, los de menos edad lo ven como normal, y no hacen distinción entre un contenido soez, con expresiones que maltraten a la mujer, y que promuevan el sexo a destiempo. Además, muchos de los padres se mueven en este tipo de acciones”, agrega.
“Necesitamos aplicar las leyes, porque una cosa es la libertad de expresión y otra cosa es el exceso; debe haber regulación, porque todos los medios son regulables. Así como Facebook sanciona a los usuarios que se salen de sus reglas editoriales, así los medios, como la radio, la TV y redes sociales, deben ser reguladas, porque no se puede ser tan permisivo; con sólo aplicar las leyes que existen y políticas públicas educativas claras, esto se soluciona. Cultura tiene que penetrar a todos los niveles, se debe atacar por todos los medios, lo legal, lo cultural y lo político, porque es elevar la sociedad”, reiteró el profesional de la conducta.
¿Se debe censurar?
El tema ha hecho que políticos como Leonel Fernández y varios intelectuales hablan de la posibilidad o no de hacerlo.
El expresidente dijo a un medio radial que en la República Dominicana no puede haber censura previa a las canciones de la música urbana, especialmente a las que tienen un contenido explícito u obsceno, debido a que esto violaría la Constitución del país y la libertad de expresión.
Sin embargo, el mandatario apostó por sanciones a posteriori porque en el país hay regulación en cuanto a la protección de los niños, niñas y adolescentes, además de la difamación, injuria y obscenidades. Es decir, que las sanciones ocurran luego de que sea grabada la canción.
“En principio existe la libertad de expresión, no hay existe censura previa, lo que hay son consecuencias o responsabilidades a priori, por tanto, aunque está regulado todo lo relativo a la obscenidad y protección a la niñez, eso es una sanción a posteriori, es la manera en que puedo interpretar el tema de las composiciones y la letra de la música urbana, sería una violación a la Constitución la censura previa, pero con posterioridad sí, porque hay una regulación sobre la difamación, injuria, obscenidad y protección de niños, niñas y adolescentes”, indicó Fernández.
Fernández habló en estos términos al ser abordado en el programa radial El Sol de la Mañana sobre las canciones de los artistas urbanos, entre ellos Tokischa, El Alfa y Rochy RD, las cuales muchas se caracterizan por el contenido explícito.
Discusión llega a la Cámara de diputados
Diputados de distintas bancadas del Congreso Nacional advirtieron este lunes que buscarán los mecanismos pertinentes para regular el contenido de las músicas cuyas letras se caractericen por lo explicito, morboso, y que incitan a la violencia.
El presidente de la Comisión Permanente de la Cámara de Diputados, Elpidio Báez, abogó por controlar y regular el contenido de la música que incita al lesbianismo, al uso de drogas, a la violencia, entre otros, por lo que invitó a la Comisión Nacional de Espectáculos Públicos, para buscar una forma de erradicar ese tipo de canciones.
Báez deploró que estas canciones sean consumidas por adolescentes y niños, por lo que hizo un llamado de atención a los padres a prestar atención sobre los contenidos a los que tienen acceso sus hijos.
“El Congreso de la República tiene que dar respuestas a estas alabanzas del lesbianismo, al uso y consumo de estupefacientes, a la violen-cia, estas canciones que tienen letras de muy mal gusto tiene que de alguna manera encontrar quien regule, quien controle, y por eso invitamos a la Comisión de Espectáculos Públicos para comenzar a buscar mecanismos, porque no es posible que una sociedad que busca mejorar los niveles de educación, estas canciones se están consumiendo entre los jóvenes y niños. Los padres tienen que saber qué están escuchando sus hijos, canciones que le invitan a buscar armas, exhibir dinero, utilizar el vicio, esas canciones evidentemente reflejan un grave deterioro de la sociedad dominicana”, dijo Báez.
En iguales términos se pronunció el diputado perremeísta Amado Díaz, quien cuestionó que los urbanos apelen a la falta de oportunidades el contenido explícito de sus letras y la promoción de la violencia y el sexo, cuando artistas de la talla de Johnny Ventura, Wilfrido Vargas y Fernando Villalona, son de extractos pobres y no cantaron canciones “vulgares”.
“Yo escribía que cuando a los artistas urbanos los encaran por las vulgaridades que presentan dicen que ellos no tuvieron oportunidades, y yo pregunto si Johnny Ventura, Fernando Villalona y Wilfrido Vargas estudiaron en el San George, lo que pasa es que a ellos hay que ponerle un costo, y eso se tiene que acabar, por qué hay que hacer uso de tantas vulgaridades para llegarle a la población, hay una competencia sobre cuál es más vulgar”, indicó Díaz.
Mientras la diputada Addelis Olivares fue más específica y criticó directamente a la artista urbana Tokischa, a quien acusó de promover el sexo y lacerar la dignidad de las mujeres y los niños con el contenido de sus canciones.
No es la primera vez que se aborda el tema. En 2020 el diputado peledeísta Víctor Suarez preparaba un proyecto que obligaría al autor, cantante y productor a tener que presentar su tema ante la comisión previo a su lanzamiento.
La comisión tendría que autorizar o no la difusión de dicho tema y puede recomendar mejoras al contenido de sus letras, de ser necesario.
También facultará a la CNEPR para aplicar sanciones y apoderar al Ministerio Público de los casos de personas que incumplan la ley sacando al aire una canción que se haya prohibido. Se harían sometimientos y suspensiones a los autores y productores, incluso a las emisoras que lo coloquen.
Aunque la ley abarcaría a todos los géneros, el diputado Víctor Suárez hizo énfasis en el urbano que es el que más produce en la actualidad.
El proyecto sería amplio, dice, pero llamaría a todos los sectores, incluso a los urbanos, para que puedan dar su punto de vista.
Sin embargo, este proyecto hasta el momento no ha sido sometido por el diputado.
Apeló a que en la Comisión Nacional de Espectáculos Públicos haya una persona como la exdirectora de esa entidad Zaida Lovatón, quien a su entender evitaba que las canciones laceraran la dignidad humana.
“La verdad es que los valores se han perdido, es una pena escuchar esas canciones con esas palabras denigrantes, tanto a las mujeres, como falta de respeto hacia los niños, debe trabajarse con la Ley 45 que trata esos temas, en estos momentos hace falta una persona como Zaida Lovatón, que no hubiera nadie que pudiera cantar una frase que lacerara la dignidad humana. Debe de sancionarse, esas canciones no pueden salir a la luz, como las de Tokischa, eso de pana y vergüenza”.
Misoginia en canción de J Balvin y Tokischa
Recientemente, a través de un comunicado oficial, la vicepresidenta colombiana Marta Lucía Ramírez, condenó la letra del tema “Perra” de los exponentes urbanos J Balvin y Tokischa por promover la violencia contra la mujer.
En una carta hecha por Ramírez donde se dirige al artista colombiano, la funcionaria dijo de forma contundente que rechaza su tema porqué “tiene directas y abiertas expresiones sexistas, racistas, machistas y misóginas que vulneran los derechos de las mujeres comparándolas con un animal que se debe dominar y maltratar, con expresiones que no vale la pena repetir”.
En ese sentido, Lilliam Fondeur, doctora y terapeuta sexual hizo un análisis de esta canción, asegurando que “si no tenemos una mirada crítica a lo que vemos en los medios de comunicación, poco a poco se convertirá en nuestra propia normalidad”
A pesar de la canción ser un entretenimiento, pienso que los mensajes que se transmitieron en este video aportan a la promoción y perpetuación de la violencia contra la mujer. En todo momento se ven las mujeres como ‘animales’, sujetas de dominación masculina, de una forma despectiva. En especial esta escena (en la foto) me causó mucha sorpresa por el contenido que traspasa el límite de una expresión sin tabúes de la sexualidad, hacia una normalización del control del cuerpo de la mujer. De hecho, a Jbalvin no se le aplicó el efecto de cara de perro, lo que le da a la imagen un peso mayor. Si no tenemos una mirada crítica a lo que vemos en los medios de comunicación, poco a poco se convertirá en nuestra propia normalidad.
Continuó: “Como doctora y terapeuta sexual siempre apoyo una sexualidad abierta y sin represiones. Eso sí, una perspectiva de equidad y respeto. Sin cosificación. Sin degradación. Sin violencia contra las mujeres. Sin machismo. No apoyo las imágenes de violencia contra la mujer, aunque sean ‘voluntarias’ o aunque sean para ‘un chiste’ o para ‘entretener’. La libertad de expresión no significa promover la violencia o ningún otro tipo de mensaje de odio”.
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