Luis Miguel se muestra incondicional con los dominicanos
Durante dos horas compartió todos sus éxitos con un público hechizado por su carisma
Luciendo su acostumbrado traje negro y camisa blanca, a juego con un gran muy bronceado, Luis Miguel se paró sobre el escenario a recibir la ovación del público, a quienes le regresó una amplia sonrisa. Así inicio, con dos horas de retraso, el concierto “México por siempre”, justo a las 10:00 p.m. y a la par, el comienzo de una fuerte llovizna que amenazó con aguar la fiesta, pero el público se mantuvo en sus lugares a la expectativa.
Bajo capas, fundas y paraguas los dominicanos disfrutaron de un concierto de solo éxitos, pues a pesar de que la gira lleva por nombre “México por siempre”, haciendo honor a su último disco de rancheras, El Sol se limitó a ofrecer a los dominicanos sus baladas y temas pop.
En un principio la lluvia puso un poco tenso a Luismi, quien se valió de un arsenal de señas y morisquetas para informar a su equipo que secaran el escenario. Mientras interpretaba su segundo tema “Tú solo tú” se le vio luchar con el cable del micrófono, pero tranquilos, que esta vez no hubo ningún incidente que reportar. Sin embargo, llama la atención la preferencia de Luis Miguel por los micrófonos de cable, mientras que ya muchos optan por los inalámbricos.
La noche prometía y cuando Luis Miguel calentó bien su voz demostró a los presentes que puede alcanzar las notas que lo hicieron famoso. Eso sí, en esta oportunidad hizo uso de sus famosos Medley, en donde interpreta solo los coros de las canciones, pero eso no pareció importarles a sus fans, quienes cada vez que escuchaban los acordes de un tema conocido gritaban sin parar.
El Estadio Olímpico no fue utilizado a su máxima capacidad. Sin embargo, el espacio designado para el show lució repleto y a la gente se le veía feliz de poder pasar una noche con Luis Miguel.
No faltaron temas como “Amor, amor, amor”, “Devuélveme el amor”, “Suave”, “No sé tú”, “Culpable o no”, “Te necesito”, “Hasta que me olvides”, “Por debajo de la mesa”, “La incondicional” y “O tú o ninguna”, durante las cuales el artista se limitó a cantar, sin hablar con el público, pero lo que le faltó de conversador, lo compensó lanzando besos, haciendo guillos de ojos, saludando y sonriendo pícaramente.
El público estuvo compuesto en su mayoría por personas adultas (hombre y mujeres por igual), pero no faltaron los niños que quisieron ver por primera vez a Luis Miguel. Tanto era el deseo de algunos fanáticos de reencontrarse con el mexicano, que varias personas acudieron con muletas, pues al parecer cualquier esfuerzo era justificado para ver en vivo a su artista favorito.
Bailando por el escenario y hasta dando su ‘trapeadita’ (para secar el piso por la lluvia), Luis Miguel se mostró relajado y sonriente, pero en ningún momento dejó de darle instrucciones a su equipo, demostrando lo perfeccionista que es y que es el auténtico capitán del barco.
Segunda hora
Cuando el reloj marco las 11:00 p.m. una fuerte lluvia comenzó a caer nuevamente, haciendo que los presentes buscaran resguardo como pudieron, pero nadie se retiró. Todavía faltaban muchos temas y Luis Miguel quiso compensar la fidelidad de su público con lo mejor de su voz.
Para aquellos que fueron con miedo a no encontrar el mismo artista que recordaban, este les creo nuevas y mejores memorias.
Los temas “Historia de un amor”, “Entrégate”, “Más allá de todo, “Fría como el viento”, “Tengo todo excepto a ti” y “Entrégate” fueron interpretados con gran pasión.
Luego de un intermedio de música instrumental, a cargo de su espectacular banda, el astro de la balada regresó con su segundo cambio de vestuario. Ahora lucía un chaleco y camisa blanca que acompañó con pantalones negros.
Ese receso lo trajo con nuevos bríos, pues al interpretar el tema “Contigo en la distancia” demostró una gran potencia, algo así como, “escuchen que todavía soy el mejor”.
Luego de una breve pausa, regresa con otro cambio en su vestimenta. Ahora luce una camisa de seda azul desabotonada y pantalones negros, los cuales hicieron juego con sus ganas de bailar. “No culpes a la noche”, “Ahora te puedes marchar” y “Muchachos de hoy” pusieron a bailar a los presentes, mientras que Luis Miguel se permitió algunos sexis movimientos de cintura.
Con “Cuando calienta el sol” una lluvia de confeti anuncio el final, pero Luis Miguel permaneció en el escenario y a pesar de que no dedicó palabras de despedida a los presentes, comenzó a lanzar unos globos gigantes desde el escenario para que el público jugara con ellos. Para el cierre, lanzó rosas blancas a las afortunadas que estaban en las primeras filas y se retiró justo a la medianoche.
A la salida los comentarios eran positivos, y a pesar de que el artista no utilizó grandes efectos especiales, ni elementos innovadores, el público se sintió pagado, pues fueron a escucharlo cantar y lo hizo bien.
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