La identidad musical dominicana: un mosaico de raíces africanas, europeas e indígenas
El ritmo local se ha basado en el merengue y en sus tres caras
Desde los tambores de cuero de origen africano hasta las guitarras y acordeones europeos, pasando por las maracas indígenas y las melodías traídas por las migraciones norteamericanas y haitianas, la identidad sonora de la República Dominicana es un mosaico de tradiciones y legados culturales.
La cultura dominicana tiene tres raíces básicas: taína, africana y española, recuerda el sociólogo e historiador Carlos Andújar. Además de otras que se han integrado a lo largo de los años en la formación de la identidad nacional.
Al referirse a la música dominicana, Andújar explica que esta tiene raíces predominantemente africanas, pero con influencia europea, especialmente española, tanto en el sonido como en la danza de los ritmos locales.
“Hay tres elementos que se mezclan en la música. La organología de la música dominicana tiene mucho que ver con la música africana. Todo lo que tiene que ver con tambores, marimba, tambor y tambora, palos, los atabales, son de la cultura africana. La base rítmica (el sonido) de la música dominicana es africana, y ahí se conjuga una organología de presencia africana que es la percusión”, destaca Andújar.
La bachata, otro ritmo dominicano, para ser interpretada necesita tradicionalmente de un pequeño grupo de músicos con una o dos guitarras, un contrabajo y un conjunto de instrumentos de percusión: bongos, maracas y güiro. Estos materiales de cuerda son heredados de los europeos, pero su sonoridad se mantiene siendo africana.
A pesar de que existe una mezcla de instrumentos provenientes de dos culturas distintas, la bachata dominicana es un ritmo africano, que produce una danza corporal sensual, profundamente dinámica y en movimiento.
“Por eso bailamos el merengue detorillao y bailamos la bachata usando todo el cuerpo, por el ritmo africano que mantiene. Pero la coreografía es europea, porque los bailes en pareja son europeos”, agrega Andújar, al explicar que los africanos bailan solos, en grupo y sueltos.
Identidad musical
Antes y después de la llegada de los españoles en 1492, los nativos tenían un código sonoro. “Aunque no contamos con un referente fiel de cómo era la música en ese entonces, sabemos cuáles eran sus instrumentos, porque están documentados, y por lo tanto podemos hacer una extrapolación”, afirma el percusionista y folclorista Edis Sánchez.
Añade que la reseña histórica sonora dominicana viene con aportes europeos, africanos, y ahora con influencia extranjera (americanos, haitianos, etc.). “Gracias a eso tenemos una riqueza musical muy grande”, dice.
El merengue y sus raíces
La identidad de la música dominicana se ha basado en el merengue. Este ritmo tiene una factura tardía con muchas caras, pero, en general, Sánchez lo define como la música de tambores de cuero que tiene procedencia africana.
Las caras del merengue podrían dividirse en tres: la música de tambores con voces, música de tambores con instrumentos europeos (guitarras, violines, cuatro, tres, mandolina) y la música de acordeón con tambores donde se desarrollaron el carabiné, la mangulina, la comarca, el priprí y una serie de estilos que convergen con esa instrumentación.
Además, está el merengue típico, donde no hay un patrón de tambora.
Adicional, en la música dominicana está la criolla, el bolero, el son, hasta llegar a la bachata que es un estilo de tambores con cuerdas. Ese triángulo expresa la identidad de la música dominicana.
Instrumentos y su origen
- Tambores: con los tambores hay formas melódicas, formas armónicas, tonalidades, etcétera. Todos los instrumentos de percusión son propios de la cultura africana. “Algo que está en la identidad de la música dominicana es la capacidad que tienen los artistas para hacer las mismas notas una y otra vez sin estar preparados musicalmente”, dice Sánchez.
- Güira: aunque no hay evidencias de la güira en la cultura indígena, sí hay maracas y se han encontrado arqueológicamente, por esto el son es dominicano y es caribeño.
- Acordeón: un aspecto importante de la identidad de la música dominicana es lo que sucede con el acordeón. Es un instrumento propiamente europeo, pero la tesitura o la forma de cantar africana del dominicano hicieron que, cuando llegó a la isla, se adaptara a los cantantes y no al revés.
Este instrumento y la forma en la que se usa en la música dominicana no es la misma en Europa que en Quisqueya.
“Todos los acordeones que llegan al país son transportados, llevados donde un experto, y este les cambia la afinación para que se adapte; subiéndole el tono, cambiando su tonalidad europea, que en el país la llaman ‘triste’, por una tonalidad alta, que llaman ‘alegre’, más adaptada a la idiosincrasia dominicana”, afirma el folclorista.
La antropología de la música dominicana
Antropológicamente, la música dominicana es diversa. Es rica por todos los aportes étnicos que tiene. La gente se refiere al merengue porque tiene tres identidades: la tambora africana, la güira indígena y el acordeón europeo.
El son es un ritmo con maracas, un instrumento de la cultura indígena. En el merengue, al igual que en la bachata, la maraca pasó a ser la güira.
A nivel musical, los dominicanos también están influenciados por las migraciones de los Estados Unidos, que traen canciones y melodías nuevas del negro liberto.
La riqueza musical también se muestra en todos los campos y ciudades a través de las canciones a capela: los rituales para santos y difuntos.
Cada música y ritmo dominicano tiene un contenido histórico y social que habla, y un reservorio de información. Un ejemplo de esto es la canción que dice: “Calunga um, calunga um”. Calunga es una diosa o un espíritu.
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