Así era Harry Belafonte, el actor, cantante y activista de los derechos civiles
Belafonte no solo participó en marchas de protesta y conciertos benéficos, sino que también ayudó a organizarlos y recibir apoyo para ellos
Harry Belafonte, el gigante del espectáculo y los derechos civiles que comenzó su carrera como un actor y cantante innovador y se convirtió en activista y voz de la consciencia, ha muerto. Tenía 96 años.
Belafonte murió el martes de insuficiencia cardíaca congestiva en su casa de Nueva York, con su esposa Pamela a su lado, dijo Ken Sunshine, de la firma de relaciones públicas Sunshine Sachs Morgan & Lylis.
Con un rostro resplandeciente y una voz cautivadora y ronca, Belafonte fue uno de los primeros artistas negros en obtener una gran cantidad de seguidores en el cine y en vender un millón de discos como cantante; muchos todavía lo conocen por su éxito “Banana Boat Song (Day-O)”. Sin embargo, forjó un legado mayor una vez que redujo su carrera como actor en la década de 1960 y ejerció el decreto de su héroe Paul Robeson, quien decía que los artistas son “guardianes de la verdad”.
Belafonte se mantiene como un modelo y el epítome los famosos activistas. Pocos siguieron a la par de su compromiso y ninguno con su talla como punto de encuentro entre Hollywood, Washington y el movimiento por los derechos civiles.
Belafonte no solo participó en marchas de protesta y conciertos benéficos, sino que también ayudó a organizarlos y recibir apoyo para ellos. Trabajó en estrecha colaboración con su amigo y contemporáneo, el reverendo Martin Luther King Jr., a menudo interviniendo en su nombre tanto con políticos como con otros artistas y ayudándolo financieramente. Arriesgó su vida y su sustento, estableciendo altos estándares para las celebridades negras más jóvenes, incluso llegó a llamarle la atención a Jay Z y Beyonce por no cumplir con sus “responsabilidades sociales” y asesoró a Usher, Common, Danny Glover y muchos otros.
En la película de 2018 de Spike Lee, “BlacKkKlansman” (“Infiltrado en el KKKlan”), fue apropiadamente elegido para interpretar a un anciano estadista que instruye a jóvenes activistas sobre el pasado del país.
El amigo de Belafonte, el líder de los derechos civiles Andrew Young, señaló que Belafonte era esa rara persona que se volvía más radical con la edad. Siempre fue comprometido e inflexible, dispuesto a enfrentarse a los segregacionistas del sur, los liberales del norte, los multimillonarios hermanos Koch y el primer presidente negro del país, Barack Obama, a quien Belafonte recordaría haberle pedido que le diera “un poco de holgura”.
Belafonte respondió: ”¿Qué te hace pensar que eso no es lo que he estado haciendo?”.
Belafonte había sido un artista importante desde la década de 1950. Ganó un premio Tony en 1954 por su papel protagónico en “Almanac” de John Murray Anderson y cinco años más tarde se convirtió en el primer actor negro en ganar un Emmy por el especial de televisión “Tonight with Harry Belafonte”.
En 1954, coprotagonizó con Dorothy Dandridge el musical “Carmen Jones”, dirigido por Otto Preminger, que significó un avance para los elencos totalmente integrados por negros. La película de 1957 “Island in the Sun” ("La isla del sol") fue prohibida en varias ciudades del sur, donde los dueños de los cines fueron amenazados por el Ku Klux Klan por el romance interracial entre los personajes de Belafonte y Joan Fontaine.
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