Aventura: una noche de nostalgia, éxitos y el Olímpico a sus pies

 Alrededor de casi 11 años atrás el grupo Aventura reventaba el Estadio Olímpico Félix Sánchez con su gira de despedida “The last”.

La noche de este sábado 18 de diciembre volvieron a repetir la hazaña con un aforo a sus pies, totalmente lleno, para el cierre de la gira “Inmortal” en la tierra del merengue y la bachata.

Romeo Santos, acompañado de sus compañeros y a la vez familia Henry, Max y Lenny Santos cerraron este ciclo, a modo reencuentro, a lo grande con más de 25 éxitos interpretados, entre ellos “Angelito”, “Un beso”, “Infieles”, “El malo” y el himno “Obsesión”.

A pesar de la euforia, y por tratarse del cierre de la gira en República Dominicana, sumando a la expectativa que se creó, faltó el elemento sorpresa; no hubo invitados en la primera función. El público se quedó esperando algo más.

Más de dos horas y media de éxitos

A las 9:44 de la noche comenzó la descarga musical con un potente escenario. Un audiovisual simulaba la llegada a la Tierra desde otra galaxia y, apareciendo en forma descendente dentro de una especie de ‘mini tarima’ cuadrada, arrancaron con “El desprecio”.

Se sintió la nostalgia en los fanáticos de la agrupación que inyectó modernidad a la bachata abriendo la década del 2000. No faltaron quienes bailaron el género del amargue y otros cantaron a todo pulmón dándose golpes en el pecho los temas cortavenas.

Romeo, vestido con un conjunto en tono salmón, siguió cantando “Quién te cambió”, “Por un segundo”, “La boda”, “Infieles” y “Dile al amor”, los hits que se desprendieron de sus últimos álbumes “God’s Project” (2005), K.O.B Live (2006) y “The Last” (2009)”.

Para “Yo quisiera amarla”, Santos tomó una guitarra por primera vez dando muestra de su talento con el instrumento de cuerda. Luego, junto a Henry, hicieron una ‘competencia’ de quién hiciera más bulla; uno del lado izquierdo y otro del derecho, imponiéndose Romeo.

El artista, en una especie de monólogo, habló de los tipos de hombres que, según dice, les gustan a las mujeres. Una fanática le dijo el primero: el palomo, los siguientes fueron el tóxico y el malo, siendo el preámbulo para entonar “El malo”, otro de los temas más coreados.

Para cada canción el escenario tenía un diseño visual distinto que se reflejaba en las pantallas. En la referida composición se simuló una cárcel.

Henry Santos echó mano de las populares interpretaciones en Aventura como “9:15”, “Sabes” y “Voy malacostumbrado”.

Dueños de sus instrumentos

Lenny y Max no solo son familia. Fueron cómplices en todo momento.

Como se dice popularmente “rompieron” la guitarra y el bajo, los cuales tenían la bandera dominicana. Tocaron solos en algunos instantes y ahí pudo distinguirse los colores de las bachatas de Aventura, que por momentos haizo un guiño al rock.

En su tercer cambio de vestuario, esta vez con camisa negra y transparencias, el vocalista hizo bailes sensuales aumentando la algarabía y dio varias probaditas de alcohol reiterando en toda la noche que si toman no manejen. 

“La combinación perfecta: música de amargue con alcohol”, dijo Santos al cantar “Su veneno”.

Ya pasada la primera hora y media decidieron irse a “Los Tinellers”, el nombre que tenían antes de Aventura en 1995, y pusieron al público al bailar bachata “ripiá”, con toques típicos, con “Soy mujeriego”.

Este fue, sin lugar a dudas, uno de los momentos más animados: 

“¡Dominicano, wepa!”, repetía Romeo y agregó: “Ya todo el mundo lo sabe, pero el dominicano nace donde le da su maldita gana”, como una indirecta a los que cuestionan su nacionalidad.

En balada y a capella

Algo novedoso fue entonar algunas canciones románticas y de despecho en baladas para mostrar cómo sus letras se adaptan a tonos más suaves. 

Estas fueron “La tormenta”, “A veces quiero llorar”, y “Lágrimas”, esta última una adaptación de la canción del “Príncipe de la canción”, José José.

Romeo no quería que nadie saliera insatisfecho, por eso pidió que el público pidiera varios temas y los cantaron a capella, como “Alexandra”, “Infieles”, “Tu jueguito” y “Me voy de la casa”, corte escrito por Romeo para Héctor Acosta “el Torito”.

Iván y Jonathan se robaron el show

Como parte de sus conciertos, siempre suben varios fanáticos; este fue el caso de Iván, quien se robó el show cantando de memoria “Volví”, grabada por Bad Bunny y Aventura, y, por su supuesto, no podía faltar “Ella y yo”, grabada junto a Don Omar. Un hombre de nombre Jonathan, que dijo ser fanático desde el día 1, fue el responsable de hacer la parte de Don Omar. Los artistas quedaron encantados con él y hasta se hicieron un “selfie”.

La nostalgia

Las canciones que fueron verdaderos himnos las dejaron para el final, siendo esta la parte nostálgica. Sí, han pasado 20 años de estas canciones y siguen generando la misma emoción. Así lo señaló el “Rey de la bachata”: “Si usted conoce estas canciones significa que nos sigue desde 1999”.

Fueron coreadas “No lo perdona Dios”, “Hermanita”, un corte social en contra de la violencia hacia la mujer y rumbo a la media noche, su canción insignia, “Obsesión”, incluida entre las 50 mejores canciones latinas de la historia de la revista Billboard. Faltó “Noche de sexo”, el hit en reguetón grabada con Wisin y Yandel.

Tras un falso despido y la gente pidiendo que volvieran, regresaron con “Inmortal”, el tema del álbum “Utopía” del 2019 que hizo que el público pidiera un reencuentro, lo que hicieron posteriormente anunciando una gira.

Max y Lenny cambiaron de vestuario y utilizaron un t-shirt de la Liga Dominicana de Beisbol (Lidom). También felicitaron a Saymon Díaz, el productor del espectáculo, por su cumpleaños.

“República Dominicana, sus hijos, gracias”, dijo Romeo Santos mientras se despedían haciendo reverencias y del cielo caía “una lluvia” pero de fuegos artificiales más allá de la medianoche.