Schiaparelli presenta una colección "imposible" en el retorno de la Alta Costura a París
Daniel Roseberry, director creativo de la firma, presentó treinta conjuntos en los que predominó el surrealismo
En un París todavía trastornado por los disturbios de la última semana, los desfiles de Alta Costura volvieron este lunes con Schiaparelli, que presentó una colección "imposible" inspirada en artistas contemporáneos.
Así la definió el director creativo de la firma italiana, Daniel Roseberry, "pero no porque no pueda llevarse, sino porque es una interpretación surrealista tan extraordinaria del guardarropa esencial de una mujer", según dijo en una nota a los invitados.
Para esta colección otoño/invierno 2023/24, el diseñador texano, que en 2019 se convirtió en el primer estadounidense en llevar las riendas creativas de una firma francesa de alta costura, presentó treinta conjuntos en los que predominó el surrealismo.
Abrigos sobredimensionados hasta casi el exceso, volúmenes asimétricos, colas enormes, junto con solapas y cuellos rígidos y de tamaño extremo, tuvieron su contrapunto en vestidos, corpiños y corsés muy ceñidos.
Vestidos o chaquetas forrados de tubos de cristal o láminas de cuero pintadas dieron volumen (y sonido) a algunos conjuntos.
Todo ello con pequeños pero notorios guiños en figuras, colores o motivos a obras de Joan Miró, Salvador Dalí, Lucian Freud, Matisse o Giacometti.
Accesorios y joyas moldeadas con partes del cuerpo humano (rostros, pechos, orejas...), o actualizaciones de los trampantojos que dieron originalidad a la firma hace ya un siglo, fueron otros de los detalles irreales de la colección.
En colores, mucho negro y blanco roto, aunque también hubo azules, bronces y metalizados, mientras que la joyería, a veces en bronce y y otras en madera lacada de ese color, tomaba un papel protagonista, como las hortensias, otro motivo fetiche de Roseberry.
La pintura corporal, siempre azul, fue otro punto destacable. La mayoría de las veces en el busto y cuello hasta la mitad inferior de la cabeza, y en otras en el abdomen.
Fue un detalle que siguió la línea, aunque de forma más discreta, de cómo la cantante Doja Cat llegó en enero pasado al desfile de Schiaparelli, con una combinación de pintura corporal roja y 30.000 cristales de Swarowski adornando su cuerpo y su vestido, también rojo.
En los tejidos, lana, cachemir o mohair para combatir el frío, pero también mucho satén doble, tul u organdí para buscar elegancia, e incluso faya o fieltro para los volúmenes.
Tampoco faltaron los conocidos zapatos con dedos del pie esculpidos, que han dejado ya el dorado original y pueden ser de otros tonos más discretos.
Y entre los famosos invitados al desfile en el Petit Palais de París destacó la cantante estadounidense Cardi B.
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