Llongueras: "Los calvos en vías de extinción"
El reconocido peluquero español estuvo en Santo Domingo presentando sus nuevas propuestas
Más de 100 salones con su nombre, centros de enseñanza, hasta cursos a distancia, ¿ni en sus mejores sueños?
Lo que pasa es que yo soy muy catalán en este aspecto y los sueños que tengo son factibles, soy un soñador realista.
¿Cuando le nombran a Salvador Dalí qué es lo primero que piensa?
Un genio, que encima tuve la suerte de que fuésemos algo confidentes, porque él no tenía amigos, nunca tuvo amigos.
¿Qué fue más difícil ponerle rulos a Dalí o quitárselos a la reina doña Sofía?
Fue más difícil quitarle los rulos a la reina porque ella tenía muchas reticencias, fue difícil convencerla. Y Dalí... Un día le dije: "Señor Dalí, a usted que le gusta siempre tener volumen, hemos de probar y ponerle rulos". Y él, que le encantaba jugar, dijo que sí, pero que viniese un fotógrafo, porque para él hacer algo sin plasmarlo en una fotografía era como no hacerlo.
¿Los calvos son la batalla perdida de todo peluquero?
No, no. Hay muchos calvos que vienen a raparse el pelo, pero además ya existe una pastilla para evitar que el pelo se caiga.
¿O sea que los calvos están en vías de extinción?
Sí, supongo que sí.
¿A quién le queda por recortar?
¡Ay!, a muchos, pero mis fantasías serían poder recortar a un alienígena y al Papa. Ni artistas, ni cantantes, ni nada. ¿Por qué al Papa? Para que la factura fuese que me dejase pasar una hora en su biblioteca privada.
Un genio, que encima tuve la suerte de que fuésemos algo confidentes, porque él no tenía amigos, nunca tuvo amigos.
¿Qué fue más difícil ponerle rulos a Dalí o quitárselos a la reina doña Sofía?
Fue más difícil quitarle los rulos a la reina porque ella tenía muchas reticencias, fue difícil convencerla. Y Dalí... Un día le dije: "Señor Dalí, a usted que le gusta siempre tener volumen, hemos de probar y ponerle rulos". Y él, que le encantaba jugar, dijo que sí, pero que viniese un fotógrafo, porque para él hacer algo sin plasmarlo en una fotografía era como no hacerlo.
¿Los calvos son la batalla perdida de todo peluquero?
No, no. Hay muchos calvos que vienen a raparse el pelo, pero además ya existe una pastilla para evitar que el pelo se caiga.
¿O sea que los calvos están en vías de extinción?
Sí, supongo que sí.
¿A quién le queda por recortar?
¡Ay!, a muchos, pero mis fantasías serían poder recortar a un alienígena y al Papa. Ni artistas, ni cantantes, ni nada. ¿Por qué al Papa? Para que la factura fuese que me dejase pasar una hora en su biblioteca privada.
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