Palacio Consistorial, 1906
Texto: Omar Rancier | Fotos actuales: Marvin del Cid | Fotos antiguas: AGN e Imágenes de Nuestra Historia.
Una de las edificaciones con mayor presencia urbana en la Ciudad Colonial de Santo Domingo es el Palacio Consistorial. Ubicado en la esquina de El Conde con la Arzobispo Meriño, el Ayuntamiento de Santo Domingo es el más antiguo de América y fue una casa colonial como muchas en la Ciudad Colonial hasta que en el gobierno de Ramón Cáceres se decidió remozarla, para lo cual se utilizaron los servicios de varios arquitectos que fueron esbozando las ideas que hoy toman cuerpo en este edificio neoclásico que se expresa en unos cuerpos que crean soportales en sombra sobre las aceras y luce una bella torre ecléctica que se articula en cinco partes y culmina en un reloj público que pocas veces ha dado la hora fastidiado por las palomas.
El primer arquitecto en esbozar la idea del Palacio Consistorial o Consistorio, o sea casa del municipio, fue el checoslovaco Antonín Nechodoma, pero quien diseña, en 1906, el edificio que se yergue frente a la Catedral de Santo Domingo fue Osvaldo Báez Machado, hijo del expresidente de la república Buenaventura Báez y padre del ingeniero Moncito Báez, quien construyera el malecón de Santo Domingo. Osvaldo Báez se graduó en el Politécnico de Pont et Chausses, en Paris, fue por mucho tiempo ingeniero municipal de Santo Domingo y construyó alguna de las más memorables obras neoclásicas en la ciudad, entre ellas la iglesia de la Altagracia, el hospital Padre Billini y el Palacio Consistorial, las tres a partir de una edificación colonial.
Eugenio Pérez Montas, en su obra “La Ciudad del Ozama”, dice del Palacio Consistorial:
“Las obras de reforma en el antiguo Palacio Municipal fueron manejadas por él. Sin duda alguna, la torre es joya de buen gusto y ponderado equilibrio. Esta torre, parte integral de la fisonomía de la ciudad, es un elemento determinante en las perspectivas de la calle El Conde, la Arzobispo Meriño y, desde luego, la Plaza de Armas o Parque Colón.”
La tipología de los soportales sombreados es propia de la arquitectura francesa, donde se formó Osvaldo Báez y no es coincidencia que aparezca primero en el Palacio de Borgellá/Casa Herrera, remodelada por los haitianos durante la ocupación del siglo XIX. Los arcos rebajados con molduras neoclásicas definen los soportales sobre los que sobre salen los balcones del Palacio Consistorial.
Al final de la fachada sobre la calle El Conde, aparece otro de los rasgos memorables de la edificación. El portal barroco, muy al estilo de la iglesia del Gesu del tratadista arquitectónico Jacopo Vignola, situado en el lugar donde funcionara por muchos años la carnicería municipal de Santo Domingo, da acceso al patio de la edificación.
Interiormente es destacable la gran escalera de acceso a la sala principal del Consistorial. En 1940 el arquitecto catalán Tomas Auñón, del grupo de los exiliados españoles de 1939, realiza los trabajos en madera y en 1944, Vela Zanneti, el gran muralista español, realiza el mural que cuenta la historia de la ciudad, desde los amores de Miguel y Catalina hasta la Era de Trujillo, haciendo hincapié en el ciclón de San Zenón que en 1930 marcó el inicio de los 31 años de la dictadura de Trujillo.
El Consistorial de alguna forma marca algunas tendencias urbanas en la bucólica ciudad de Santo Domingo. Sobre todo, abre el dialogo entre las torres del Palacio con la torre del edificio Baquero, de Benigno Trueba y los diseñadores catalanes Joaquín Ortiz y Tomas Auñón le hacen un guiño desde el Palacio de la Esquizofrenia en el hotel El Conde.