El arte urbano embellece las calles de Villa Francisca y la avenida Duarte

‘’La mujer con rolos”, de Evaristo Angurria, en la calle Francisco Henríquez y Carvajal. (Pedro Bazil)

SANTO DOMINGO. La avenida Duarte con París y el sector de Villa Francisca amanecen diferente. Entre el caos del transporte, los mercados ambulantes y la gente abasteciéndose de un lado para otro, hay algo que hace detener hasta los menos curiosos por varios segundos. La razón es que las paredes de la arteria comercial más conocida de la ciudad están pintadas con historias que ponen de manifiesto la grandeza de la cultura popular por medio de artistas comprometidos.

El arte urbano ganó gracias a la iniciativa “Hoy Villa Francisca”, una continuación del proyecto que llenó de color en 2015 las amuralladas paredes de Santa Bárbara en la Ciudad Colonial.

El resultado

El festival Hoy Villa Francisca se desarrolló desde el 25 de junio hasta el 1 de julio. La comunidad formó parte de actividades de arte y cultura y se pintaron 15 murales, incluyendo la calle Las Honradas. Las almas detrás son David Zayas y Spear Torres de Puerto Rico, y Evoca1, de RD y Estados Unidos; los criollos Angurria, Poteleche, Modafoca, Medio Peso, Los Plebeyos e Ivanna Candelier. La iniciativa se llevó a cabo gracias a Modafoca en alianza con el Ayuntamiento del Distrito Nacional (ADN), la Asociación de Comercios de la Avenida Duarte (AsoDuarte) y empresas privadas.

Jorge González, del colectivo Modafoca, expresó que con la iniciativa pretenden recordar la labor del reconocido pintor Silvano Lora realizando una ‘bienal marginal’, además de darle identificación al barrio e integrar a la comunidad. “La idea es dejar obras de valor cultural donde haya una representación del sector en los murales”, afirmó el gestor cultural.

Inspiración

Una mujer sentada con rolos contrarrestando el calor es una imagen presente en la idiosincrasia criolla. Angurria lo reflejó. Dos mujeres se acercaron y comentaron entre ellas, “Mira, es igualita a ti”. “Carlitos”, de 15 años, cobró vida en una gran pared del parqueo de Centro Moda. Él fue el modelo del colectivo Medio Peso, integrado por Torrijo Galeano y José Geraldino, quienes impregnaron un híbrido de nuestro carnaval. Al caminar por la calle Las Honradas se respiraba arte. Ramona Munier, una vecina, atinó a decir: “Yo quiero que me pinten mi casa”. El frente de la casa número 37 fue tomado por el colectivo Los Plebeyos y a las hermanas Castillo le pintaron una señora sirviendo café mirando la ventana. “Estamos felices. Villa Francisca tiene un antes y un después. Esta zona tiene mucha historia”, refirieron las hermanas que viven allí desde los años 70.

El muralista boricua Spear Torres pintó al lado de ese hogar una obra que refleja la sociedad actual: la adicción a los celulares. El alcalde del Distrito Nacional, David Collado, en su visita durante la ejecución de los murales, destacó el proyecto y afirmó que continuarán embelleciendo la ciudad para incentivar la cultura, la limpieza y el amor por el barrio para atraer el turismo a esos sectores populares.

Algunas obras

“La mujer con rolos” o “Doña Patria”, de Evaristo Angurria, en la calle Federico Henríquez y Carvajal

El boricua David Zayas pintó una gran obra de arte en la pared de Almacenes Garrido

Los Medio Peso son los responsables de esta obra que cobró vida en el parqueo de Centro Moda. El mural de gran dimensión representa un híbrido de un Guloya con elementos identitarios del carnaval capitalino de Villa Francisca.

Muralistas tomaron casas en la calle Las Honradas de Villa Francisca

Historia de la calle Las Honradas

Los residentes de los lugares, en especial los de la tercera edad, sirven como historiadores de su comunidad. La narración oral permanece con ellos.

Anita, de 71 años, dice con orgullo: “Aquí nací, aquí me crie, aquí moriré”. Ella, morena, delgada y con el cabello blanco que denota sabiduría y respeto entre los comunitarios, se mostró complacida con el proyecto de pintar las casas de la calle más tranquila de Villa Francisca, de acuerdo con los habitantes.

La pregunta obligada era, ¿por qué aquí le llaman Las Honradas? Anita respondió sin vacilación. “Bueno, porque esta era una calle de prostitutas en la época de Trujillo. Por esta calle venían hombres a servirse de esas mujeres de Villa Francisca. Con el tiempo, Trujillo desmanteló eso y le pusieron a la calle “Las Honradas” porque ya no había prostitutas”.

Además de ser conocida por eso, esa calle ha sido protagonista de los desfiles carnavalescos que emergen de la capital, en especial de Villa Francisca. “Yo cogía mis muchachos y me iba con todas las mujeres y sus hijos a seguir las comparsas. Un personaje del carnaval de aquí era “Pipi”, y seguían la ruta por las calles Jacuba y Jacinto de la Concha”, narra Anita sobre cómo compartía de esas festividades en su juventud.

Todavía las casas de madera que están edificadas en Las Honradas conservan en sus cimientos algunos puntos amurallados de la ciudad, que data de la época colonial.

“Esta calle tiene mucha historia. Estos murales van a atraer el turismo”, reiteró Milqueya Castillo, residente en la casa número 37, cuyo frente fue pintado por Los Plebeyos de color rosado, escenificando a una señora de avanzada edad sirviéndose café mientras mira por la ventana.

“Incluso, al lado de mi casa vivieron los merengueros Los Kenton. Ellos son de aquí. Uno de ellos todavía viene a cobrar la casa, que está alquilada”, afirmó Castillo.

Panorama de la calle Las Honradas

Referencia popular

El colectivo Medio Peso, integrado por Torrijo Galeano y José Geraldino, en su primera obra de gran dimensión (ocupa alrededor de cuatro pisos) unió a los Guloyas con elementos identitarios del carnaval capitaleño que emerge de Villa Francisca. El mural es realizado a base de pintura y spray, pero la foto que se visualiza es real.

Un vecino de Torrijo fue el modelo para lograr el homenaje al carnaval de Villa Francisca y los Guloyas de San Pedro de Macorís. “Ese vecino, llamado Carlos, de 15 años, tenía los rasgos que buscábamos. Le hicimos la fotografía con el vestuario y le dijimos que sería para un mural de arte público. Él accedió complacido. Creo que se sentirá muy feliz de verse en una obra tan grande”, expresó Torrijo.

Otro dato que representa esta zona es el del popular personaje ‘Califé’ del carnaval de Santo Domingo. De acuerdo con publicaciones, este fue creado por un artesano de Villa Francisca. El Califé satiriza la elite intelectual tiznándose la cara y las manos con carbón, para aparentar ser más negro y satirizar a los blancos intelectuales españolizados.

El Califé, cuenta Dagoberto Tejeda en un audiovisual, nace en época de Trujillo. “Había una cantidad de funcionarios que habían visitado París y cuando llegaban aquí se quedaban alienados pensando que estaban allá y se planteaban como intelectuales. Un artista hojalatero, que se llamaba Chencho, hacía una sátira de esos personajes que iban al parque Colón”, relató.

La referencia de la cultura popular se mantiene presente en cada uno de los murales. El veterano muralista boricua Spear Torres, quien tiene una trayectoria de más de dos décadas y ha pintado en Brasil, Cuba y Puerto Rico, además de ganar competencias de murales internacionales, pintó en una de las viviendas de Las Hornadas a un joven sumergido en el mundo de la tecnología. El elemento dominicano que usó en su mural fue el plátano como un ‘emoticón’.

Esto tiene una razón de ser: “Mientras pintaba, vi pasar varias veces a un vendedor de plátanos. En RD son locos con los plátanos y qué mejor manera de integrar algo de ustedes que en esta pintura”, refirió el muralista Spear Torres.

Asimismo, el artista dominicano Shak hizo a una chica con afro, siguiendo con su estilo que realza la cultura afrodescendiente.

Poteleche no se quedó atrás. Con sus distintivas viñetas que lo identifican, pintó a unos pasos de Almacenes Garrido una obra vivida por todos: el carrito público.

De color amarillo y sobrepasado de capacidad, este común de nuestra cotidianidad se refleja de forma jocosa. Todos pegados hasta mas no poder, porque en teoría, aunque estos vehículos sean para cuatro personas, los choferes, en la práctica, exigen que sean seis. Y ni hablar de los autobuses o las conocidas ‘voladoras’.

Estas obras son arte urbano o arte callejero y a la vez traducidas en arte efímero. Así lo consideró Jorge González, el organizador de Hoy Villa Francisca del colectivo Modafoca.

Aunque esta vez hay mayor interés y compromiso de los involucrados, las obras están en la calle. Ellos están consiente de eso. Pero seguirán pintando.