La danza, el arte más visual con poca visibilidad
El 29 de abril es el Día Mundial de la Danza, una expresión artística que a pesar de ser una de las más antiguas sobre la faz de la tierra, en todos sus géneros y particularidades, no posee, sin embargo en muchos países la proyección y el reconocimiento que merece
La danza ha sido, hasta hace poco, una gran desconocida para el público, a pesar de haber sido el primer medio de comunicación, de expresión artística con carácter universal, por ello también celebra cada año, el 29 de abril, su Día Mundial, con la esperanza -desde hace décadas- de que las instituciones culturales y las administraciones públicas, educativas, nacionales, regionales o municipales aporten mayor dotación económica y de medios que merecen por derecho propio.
Fomentar su proyección -económica pero también visualmente, en esto los medios de comunicación también aportan- en una sociedad que sin embargo afirma amar la danza en todos sus géneros, desde el ballet clásico a la danza contemporánea, pasando por los propios de cada tierra, como el flamenco, internacionalidad en todo el mundo.
Los artistas coinciden en señalar que a pesar de tantos artistas nacionales con una intensa carrera internacional, destacan que la falta de comunicación, información y conocimiento lastran el mundo de la danza, algo que lleva a la gran mayoría, sobre todo hasta ahora, a abandonar sus países e instalarse en otros, donde el ballet es más respetado y valorado.
Allí, en Europa, en Inglaterra, Francia, Bélgica, Rusia, Ucrania....han llegado artistas nacionales a ser primeras figuras de ballets nacionales o compañías más importantes.
Desde Nacho Duato, que en su juventud fue primer bailarín en ballets internacionales y después director del Ballet del Teatro Mijáilovski de San Petersburgo y sus coreografías se han interpretado en las compañías de más prestigio.
Ballet: primera arte escénica
El ballet fue una de las primeras artes escénicas, la primera forma tradicional de comunicarnos. No solo una forma de disfrutar, que también lo es. Para el coreógrafo y bailarín Mario Bermúdez (Vilches-Jaén) que fundó su propia compañía Marcat Dance en su pueblo natal afirma que "la creatividad surge de la inspiración de varias culturas y de la investigación del cuerpo en movimiento.
Prolífico y multipremiado artista jienense que bailó en el Batsheva Dance Company de Tel Aviv (2012-2016) con un lenguaje propio a través del movimiento, donde resalta su fisicalidad dinámica e intensidad emotiva.
Reconoce que el ballet y la danza en general a estas alturas del siglo XXI no se valora como debería todavía aquí cosa que si hace otros países, ni tampoco el trabajo de los artistas que se dedican a la danza.
“Nos dejamos la piel todos los días y apuesto por esta profesión; estamos creando arte y no es mucho, decir, que debe ser valorado" y claro esto requiere inversión para poder desarrollarlo. Desde elegir un suelo adecuado o un lugar de ensayo diáfano suponen mucho dinero. La creación artística conlleva armar una empresa y todos los riesgos que eso significa”, una trastienda que no se ve.
“Vivimos en la incertidumbre y a la defensiva, un poco como Juana de Arco. Tenemos que nutrir la senda del arte y las instituciones deberían contribuir a ello”, apunta Bermúdez.
En eso también incide el sevillano Israel Galván, bailaor del Ballet Flamenco de Andalucía que afirma que "pocos tienen en cuenta el esfuerzo que conlleva dedicarse a una profesión que no todo el mundo comprende".
Género olvidado de las Artes
La danza es un arte y medio de creación, que trasmite y comunica emociones, sentimientos..... por eso Galván destaca que los españoles hemos desarrollado una carrera internacional con el flamenco:
“Hemos abierto nuestra tradición y nuestro arte , el flamenco, al mundo”, pero, sin embargo, se lamenta de que aunque también tiene espacio en las grandes ciudades españolas “hay rincones a los que no llegamos”, razón por la que reclama “inversión para crear afición” porque una vez conocido y visto, este arte, engancha.
A pesar de que son muchos los artistas dedicados a esta disciplina, la danza quizás al igual que la música clásica, está olvidada en cualquiera de sus géneros: clásico, flamenco o español y contemporáneo, y "debería de ofrecer más ayudas institucionales, administrativas o iniciativas privadas para dar a conocer un lenguaje que se desconoce en todas sus variedades”.
Llegar a lo más alto en la danza clásica requiere no solo talento y vocación, sino mucho esfuerzo y perseverancia desde la infancia, y en eso se vuelcan las escuelas de ballet para niños, las denominadas "babyballet", que proliferaron en Cuba, país con fuerte tradición por el ballet desde el impulso que le aportó la bailarina y maestra, Alicia Alonso.
Toda una infancia y adolescencia de mucho trabajo y trabajo porque el ballet clásico es una disciplina muy dura, que exige mucho al cuerpo, hasta "domarlo para la danza".
Es algo que han vivido todos, los bailarines de ayer y los actuales, desde por ejemplo, y solo por citar a algunos de los grandes, Natalia Osipova, primera Bailarina Royal Ballet y American Ballet a Liudmila Konovalova, primera Bailarina Ópera de Viena, pasando por Yolanda Correa, primera Bailarina Ópera de Berlín, Elisa Badenes, primera Solista Stuttgart Ballet o Alejandro Virelles, Primer Bailarín Ópera de Berlín.
"¿Bailamos? 125 años de danza en España"
Y qué mejor para homenajear el Día Mundial de la Danza que la exposición en el Palacio de Longoria de Madrid, sede de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) un completo recorrido por los últimos 125 años de la danza con más de 200 piezas entre pinturas, trajes, partituras o cartas de figuras como Pastora Imperio y Carmen Amaya, entre ellas algunas inéditas.
Han utilizado una pluralidad de formas para acercarse a la danza de comienzos del siglo pasado hasta la actualidad con un vestuario muy representativo de las obras, "un gran aliado de los coreógrafos y bailarines" Incluye pinturas con las que se demuestra que los bailarines y coreógrafos eran artistas integrales, se dedicaban a más de una forma de arte.
Además, hay piezas de vestuario que son "auténticas joyas", según Sausor, como el vestido que Carmen Amaya llevó en la película 'Los amores de un torero'; según los rumores de la época, la chaquetilla bolera que lo complementa habría sido un regalo del presidente estadounidense Franklin Delano Roosevelt.
La danza en España, al igual que otros países donde sus bailes propios, identitarios son únicos, internacionales que se han convertido incluso en una marca de identidad y mejor embajador cultural del país como es el caso del flamenco, la danza es más plural si cabe por eso esta muestra incluye flamenco, ballet clásico y danza contemporánea con figuras como Antonio Gades, que revolucionó la danza española con la creación de los ballets narrativos, donde contar historias.
También figuras más actuales como Rocío Molina y Jesús Carmona, representante del flamenco de vanguardia.
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