Las señales que advirtieron a Chiky Bombom del acoso escolar que sufre su hijo
Para que se considere acoso escolar, debe presentar algunas características
"No quiere ir a la escuela", Chiky Bombom se quitó el traje de la carismática y extrovertida chica que vemos frente a las cámaras y en redes sociales y se puso el de madre. El de una muy preocupada por los cambios que ha experimentado su hijo en pocos días. Estos cambios tienen una complicada razón, el menor de 12 años está siendo víctima de acoso escolar y el no querer ir al centro de estudio fue solo una señal que advirtió a la "instagramer" y presentadora de televisión dominicana.
"Mi niño está actuando de una forma muy extraña, con mucho miedo y no lo conversa conmigo", abrió su corazón durante el show en vivo. Esas fueron otras señales.
La influencer aprovechó la visita de la psicóloga Lina Acosta Sandaal al programa "Hoy Día" del que es una de sus conductoras, para preguntarle algunas dudas acerca de la difícil situación que está viviendo con el menor.
"Me gustaría que usted nos diga a nosotros los padres cómo podemos ayudar a nuestros niños a que se comuniquen con nosotros…", pidió la conductora a la psicóloga.
"El bullying o acoso escolar es uno de los principales problemas que dañan la salud física y mental de los niños, 6 de cada 10 niños y adolescentes en Estados Unidos sufren de acoso, 43% de los niños en las escuelas temen ser atacados y más de 160 mil estudiantes faltan a la escuela por temor a ser acosados", había contado previamente su compañera Penélope Menchaca.
Características del acoso
Para que se considere acoso escolar, debe presentar las siguientes características:
Abuso de poder. Este se refiere a los comportamientos frecuentes como agresión física, intimidación y amenazas, por parte de una alumna o alumno, o bien un grupo de alumnas o alumnos para humillar o transgredir emocionalmente.
Señales de que un niño está siendo acosado
Algunas señales que indican que hay un problema de acoso:
- Lesiones inexplicables.
- Pérdida o rotura de ropa, libros, dispositivos electrónicos o joyas.
- Dolores de cabeza o estómago frecuentes, sensación de malestar o simulación de enfermedad.
- Cambios en los hábitos alimentarios, como saltarse horarios de comidas o atracarse. Los niños pueden llegar de la escuela con hambre porque no almorzaron.
- Dificultad para conciliar el sueño o pesadillas frecuentes.
- Calificaciones bajas, pérdida de interés en las tareas escolares, o el niño se niega a ir a la escuela.
- Pérdida repentina de amigos o deseo de evitar situaciones sociales.
- Sentimientos de impotencia o disminución de la autoestima.
- Comportamiento autodestructivo como escaparse del hogar, autoinfligirse heridas o hablar de suicidio.
¿Por qué no piden ayuda los niños?
Las estadísticas de los Indicadores de delitos y seguridad en la escuela del 2018 muestran que solo se informan el 20% de los casos de acoso escolar. Los niños no hablan con los adultos por varias razones:
El acoso escolar genera en el niño una sensación de impotencia. Los niños quieren manejar la situación por su cuenta para sentirse nuevamente en control. Es posible que teman ser vistos como débiles o chismosos.
Los niños pueden temer una represalia de parte del acosador.
El acoso escolar puede ser una experiencia humillante. Es posible que los niños no quieran que los adultos sepan qué se dice de ellos, sea verdadero o falso. Temen que los adultos los juzguen o los castiguen por ser débiles.
Los niños víctimas de acoso se sienten aislados socialmente. Es posible que sientan que no les importan a nadie o que nadie podría comprenderlos.
Los niños tienen miedo de ser rechazados por sus compañeros. Los amigos pueden ayudar a proteger a los niños del acoso y es posible que los niños tengan miedo de perder su protección.
¿Cómo se puede ayudar a alguien que es víctima de intimidación?
Puede escuchar al niño y hacerle saber que está disponible para hablar o incluso para ayudarlo. Es posible que a un niño que es víctima de intimidación le cueste hablar del tema. Considere comentarle al niño que hay otras personas con las que puede hablar sobre la intimidación. Además, podría considerar derivar al niño a un consejero escolar, a un psicólogo u otro especialista en salud mental.
Aconseje al niño sobre qué puede hacer. Podría incluir un juego de roles y la representación de un incidente de intimidación cuando oriente al niño, para que el niño sepa qué hacer en una situación real.
Haga un seguimiento del niño para mostrarle que está comprometido a ayudarlo a detener la intimidación.
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