Feria del Libro vendió bien, a pesar de las lluvias y los retrasos

Los libreros que montaron sus puestos en la XXIV versión de la Feria del Libro están de acuerdo en que, a pesar de las dificultades, las ventas no estuvieron mal. 

Incluso el sábado, cuando amaneció lloviendo en la capital, y así permaneció durante todo el día, “las personas que leen no dejaron de venir y compraron”, opinó Franklin Solano, de la librería Anthony.

Los libros más buscados fueron los de superación personal, religiosos y obras literarias clásicas, de esas que asignan los maestros a los estudiantes en las escuelas.

La gente se llevaba como pan caliente las obras clásicas más baratas que se ofertaban al granel en las mesas por menos de 200 pesos. Los libros que Manolo Patrocinio, propietario de Libro Reliquia, suele vender entre 350 y 400 pesos en su local de Villa Mella, los liquidaba ayer lunes a 150 y a 200 en la Feria. 

 Eso sí, “los más caros son más difíciles de vender”, admite Patrocinio. Con todo el mar de gente que acudió, “lo que se ha vendido no corresponde con los gastos, el estrés y el agotamiento de esto, pero siempre se vende algo”, señala.

Clausura

Las declaraciones que daban los vendedores fueron luego confirmadas por la ministra de Cultura, Milagros Germán, durante el acto de clausura del evento cultural. 

Germán afirmó que algunos libreros vendieron en cuatro días los dos mil libros que solían llevar para todo el evento, por lo que tuvieron que reponer su inventario dos veces para suplir la demanda.

La funcionaria aprovechó para dirigir una respuesta directa a quienes criticaron la organización de la Feria.

Aseguró que “ciertos ataques anónimos y reconocidos los logramos enfrentar con la visión de unidad que contrarrestó estos aprestos”, y aseguró que los “desafíos y obstáculos” los “supieron solventar con gracia y eficiencia”. 

Germán citó las palabras del presidente colombiano Iván Duque en su visita reciente al país: “Los grandes enemigos de la democracia contemporánea están presentes cuando vemos la manipulación de la realidad, la desfiguración de los hechos, y pareciera que la verdad pasa a un segundo nivel...”.

Agradeció a la dirección de la Feria del Libro, en la persona de su director, Jean Ferrer, por el trabajo para vencer las dificultades “a golpe de trabajo y visión”.