Papá, un héroe real con valores auténticos: confianza y honestidad
La historia de Dulven Núñez, un luchador que nos cuenta su mágica travesía en la paternidad
Darle la bienvenida a un hijo al mundo puede ser retador, anhelado y hasta inesperado. Pero, algo seguro es que un padre es elemental en el desarrollo humano, y define el molde de nuestra vida en el futuro. Así lo fue para Dulven Núñez, gerente de relaciones con asociados en Claro. “Mis padres se separaron cuando tenía 4 años; pienso que esto definió nuestra relación. Fue un hombre que modelaba grandes valores. Sin embargo, regularmente estaba ausente y eso hacía que cada segundo que estuviera en la casa fuera para mí un deleite”.
Un padre es un héroe, un consejero y un amigo, es como Dulven recuerda al suyo. “Mi relación con mi padre está moldeada por la honestidad y la confianza que tenía en mí; él decía «mira aunque no esté ahí, sé que actuarás de la manera correcta». Esos valores los impregnó en mi vida”.
El primer encuentro
Como es natural el hijo eventualmente se vuelve el padre. Y a Dulven, la paternidad lo tomó por sorpresa. “La llegada de mi primera hija, Jabes Leticia, no fue planificada. Sin embargo, se convirtió en una prioridad, por encima incluso de mis sueños”.
El reloj pausa y de repente todo corre en cámara lenta, y al posar los ojos en aquella criatura por primera vez, se crea un vínculo inquebrantable. “Lloré de alegría. Fue una emoción inexplicable, ver un ser tan frágil y maravilloso, sabiendo que es parte profunda de ti. Sientes una fuerza e impulso de protección”, describe Dulven ese primer encuentro con su hija.
“Con Benjamin la experiencia fue diferente. Además de tener un hogar ya formalizado, era un niño que esperamos por 7 años. Su llegada fue una respuesta a oraciones de mucho tiempo”, recuerda.
Dulven habla sobre sus hijos con la felicidad de alguien que se gana la lotería. “Nuestro niño tiene una condición de autismo que ha venido a ser una bendición para nosotros. Nos ha enseñado a amar de una forma increíble. Mis hijos son un regalo de Dios. Me hacen feliz, me dan fuerzas para seguir”.
La magia de un sonido
Para un padre, uno de los recuerdos más imponentes viene en la forma de un simple balbuceo: pa-pá. “Jabes Leticia estaba sentada en su silla de almorzar y comencé a jugar con ella. En un momento, doy la vuelta, y escuché esa voz tierna decir «papá». Todo mi ser se transformó, me sentía como en el aire. Esa pequeña de grandes buches había dicho papá”.
El pequeño Benjamín no se queda atrás. “Siempre le decía a mi esposa «ya verás que él dirá “papá” cuando esté de viaje», dicho y hecho. Benjamín dijo «papá» yo estando lejos, pero pude disfrutarlo por video llamada. La emoción fue como la primera vez; estaba loco por regresar a casa para abrazar mi muchacho”.
Cosechando valores
Para Dulven, aquí se conjugan las enseñanzas aprendidas con su padre. “Tenía claro que quería ser un papá presente; que me sientan cerca, que me disfruten, que me palpen y que sepan que estoy para ellos. Hay una cierta delicadeza en su apariencia ahora. Así como aprendió de su padre el valor de la honestidad, Dulven desea cosechar en sus hijos aquellas convicciones que le han permitido ser quien es.
Ser un buen padre para él no es algo que se aprende en un libro; significa siempre pensar en sus hijos como individuos y que necesitan ellos de él, ya sea esto ver series o compartir un libro con Jasbe Leticia o jugar a los trenes con su hijo Benjamín.
Dulven es un fiel creyente de que sus acciones crean un legado para sus hijos. Este legado está fundamentado en el amor a Dios, el amor propio y la autorrealización. “Para mi hija, deseo que pueda cumplir sus sueños, que sea sencillamente feliz. Y Benjamín, mi hijo, que tenga la fortaleza para enfrentarse a un mundo que no entenderá del todo la nobleza de su corazón. Que llegue a ser el instrumento de bendición que, sin duda, sé que Dios hará de él. Pero sobre todo para ambos, que amen a Dios con todo su corazón, su mente y su alma”.
A pesar de los retos que representa la paternidad, todo desvanece y solo hay espacio para la alegría. “Poder estar con ellos, saber la importancia que tiene mi familia, por encima de cualquier otra prioridad lo es todo para mí. Me da mucha pena ver jóvenes y adultos con conflictos en sus vidas, sencillamente porque un padre no estuvo presente o los rechazó. Me apena ver muchos hombres desaprovechar el tiempo con cosas sin sentido, al costo de la felicidad de sus hijos”.
Si han habido dificultades, todas son superadas por lo que sucede naturalmente, la parte fácil, ¡amarlos! “Amaré a mis hijos siempre. Imposible dejar de amarlos hasta la plena convicción de darlo todo por ellos”.
Este contenido fue producido por Brand Stories, del Grupo Diario Libre, para Claro Dominicana.
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