De cajones, tinteros y bordas
El español es fecundo en expresiones, hagamos una pequeña cata entre algunas de mis preferidas
Nuestra lengua es rica, abundante, opulenta en palabras. Además, es capaz de hacer que las mismas palabras sean capaces de decir otras cosas, como en un truco de prestidigitador. El español es fecundo en estas expresiones.
El origen de muchas de ellas se nos escapa, pero a los hablantes siempre nos ha gustado rastrearlo. Conocer estas expresiones, saberlas usar correctamente y en el contexto apropiado forma parte de nuestro dominio de la expresión y de nuestra riqueza léxica.
Su abundancia y variedad las hace inabarcables, pero hagamos una pequeña cata entre algunas de mis preferidas. Metámonos en harina y manos a la obra.
Todo aquel que ha tenido alguna vez un pequeño costurero, gaveta o lata de galletas donde guardar los útiles de costura sabe de lo que hablamos. Infinidad de pequeñas agujas, alfileres, ovillos, recortes de hilos y retales, botones… Ahora imaginen cómo será ese cajón en el caso de un sastre.
Nos dice el Diccionario de la lengua española que un cajón de sastre no es más que ‘un conjunto de cosas diversas y desordenadas’.
De ahí a representarnos nuestra mente como ese cajón de sastre hay solo un paso. Y los hablantes lo dieron, y usaron la expresión para referirse figuradamente a la ‘persona que tiene en su imaginación gran variedad de ideas desordenadas y confusas’. Todos conocemos a alguna –a veces lo somos nosotros mismos–.
Respeto en mayúsculas
A los que ya casi no cogemos lápiz y papel, sino que echamos mano de teclados y pantallas, nos queda muy lejos la pluma fuente o estilográfica. Es posible que muchos de los lectores de esta Eñe ni siquiera sepan qué son esos artilugios.
Vayamos más atrás, cuando se escribía con una pluma, sí, una pluma, primero de ave y luego fabricada en imitación de una pluma real, y había que introducir el plumín en un recipiente con tinta de escribir, denominado tintero, para impregnarlo.
Esta forma de escritura está en el origen de la preciosa expresión dejarse o quedarse algo en el tintero.
Cuando se nos queda algo en el tintero o nos dejamos algo en el tintero significa que lo hemos olvidado o que lo hemos omitido; como si eso que no queremos decir o hacer se hubiera quedado junto con la tinta y no hubiera llegado a nuestra pluma.
Los barcos se han alejado de nosotros, o nosotros de ellos. Ahora usamos cotidianamente otros medios de transporte. Sin embargo, el léxico marinero se resiste a dejarnos.
Desde antiguo y hasta no hace demasiado tiempo los barcos estaban muy presentes en nuestras vidas. Largas travesías hacían duradero el contacto con el hermoso y particular lenguaje marinero.
Las expresiones que lo utilizan están entre mis favoritas. Si tenemos que descartar algo sin consideración y definitivamente, lo echamos o lo tiramos por la borda.
La borda es el borde superior del costado de un barco. Echar algo por la borda significa botarlo al mar, verlo alejarse o hundirse mientras nosotros seguimos navegando, dejarlo atrás.
Cuando hablamos de nuestra lengua siempre nos dejamos algo en el tintero; hoy, irremediablemente, también vamos olvidando algunas de nuestras expresiones. Hemos sacado tres de nuestro particular cajón de sastre para animarlos a no echar por la borda su riqueza y su belleza.
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