El cólera, Haití y la República dominicana
Es obligación del gobierno y el Estado dominicano fortalecer la vigilancia epidemiológica en nuestra frontera, puertos y aeropuertos
El cólera es una enfermedad diarreica, producida por el Vibrio Cholerae, un bacilo que vive en ambiente acuático. Se transmite vía fecal-oral cuando se ingiere agua o alimentos contaminados. La toxina producida por este bacilo induce a una gran secreción de agua y electrolitos que se liberan por el intestino llegando la persona infectada a perder hasta 1 litro de líquido por hora y llegar a una deshidratación severa, shock y muerte.
El cólera, es endémico en países asiáticos y fuera de ese continente en países con bajo nivel de desarrollo. Es sin dudas, una enfermedad asociada a la pobreza y al subdesarrollo. La mortalidad por cólera no tratado a tiempo oscila entre el 30% al 50%, mientras que en los casos tratados tempranamente con hidratación oral o por vía intravenosa, la mortalidad está por debajo del 1%. De ahí la importancia de reconocer y tratar los pacientes en las primeras horas de aparición de los síntomas.
En octubre del año 2010 una epidemia de cólera reemergió en Haití, un país que, además, había sido devastado por un terremoto que, en enero de ese año había dejado un saldo de 250, 000 muertos, 300, 000 heridos y 1. 3 millones de personas sin hogar. En noviembre de ese año, personas provenientes de Haití, fueron diseminando la enfermedad en territorio dominicano, pasando por Santiago hasta llegar a la provincia La Altagracia donde se registraron los primeros casos de cólera en la R.D. Se produjo un brote epidémico de tal magnitud que en nuestros hospitales hubo que instalar salas solo para el tratamiento de pacientes con cólera. Porque la bacteria la transportan las personas en sus intestinos para pasarla de un lugar o de país a otro. La propia epidemia haitiana tuvo su origen en tropas de Nepal (país asiático donde el cólera es endémico), cuando estos soldados nepaleses, parte de la MINUSTAH, contaminaron un afluente del río Artibonite.
Es obligación del gobierno y el Estado dominicanos fortalecer la vigilancia epidemiológica en nuestra frontera, puertos y aeropuertos y hacerlo siempre, no por una emergencia, con el cólera o cualquier otra enfermedad. Y así, defender a nuestra población de epidemias que nos puedan aportar Haití o cualquier otro país.
Estas opiniones, deberán ser interpretadas como lo que son: una alerta en la defensa de la salud pública y los intereses de los dominicanos, nunca una manifestación de discriminación o racismo.
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