Orgullo compartido

La vocación personal, saber encontrarla y disfrutarla, es el secreto de una buena vida. La mía es una muy especial. Vivo rodeada de palabras. Empezaron como un juego, pasaron a convertirse en una forma de descubrir la vida, en una pasión desbordante, en una vocación personal y profesional que me acompaña día a día. Hoy voy a disfrutarla por todo lo alto presentando en Santiago de los Caballeros mi nuevo libro, Indigenismos antillanos, publicado por el Centro León con el apoyo de la Embajada de Francia en la República Dominicana. 

La investigación sobre las palabras y la lengua, como toda investigación, tiene la obligación ineludible de comunicar sus resultados a la comunidad investigadora y, especialmente, la responsabilidad de que ponerlos al alcance de la sociedad que los hizo posibles. Aquí entra en juego la divulgación hecha con rigor y pasión. Permítanme la inmodestia, pero estoy muy orgullosa del resultado de un proyecto personal, mío y del ilustrador Juan Ramón Peralta, biólogo dominicano, enamorado como yo de la República Dominicana y de sus palabras, que ha sabido llenar de color y de belleza. Y estoy muy orgullosa de que nuestra obra haya convocado el apoyo del Centro León y de la Embajada de Francia en nuestro país, como parte de su programa de arqueología preventiva, que han sumado su prestigio y su ilusión, imprescindible para que un libro como Indigenismos antillanos salga adelante. 

Nuestro orgullo será compartido con ustedes, los lectores, cuando la lectura de Indigenismos antillanos los acompañe a descubrir y a atesorar estas palabras tan nuestras, parte importante de nuestro patrimonio lingüístico y cultural, que nos hablan de historia y de tiempo y nos ayudan a nombrar nuestra realidad, a hablar de nosotros mismos, a entendernos y a comunicarnos mejor.