Uno de los grandes

Quinto centenario de la muerte de Antonio de Lebrija

La conmemoración este año del quinto centenario de la muerte de Antonio de Lebrija bien puede servirnos como excusa para acercarnos a la figura del humanista sevillano, quen dedicó su vida a la defensa del conocimiento de las lenguas. Como gramático y lexicógrafo sentó las bases del estudio de la lengua española y acompañó la expansión de la lengua española en América y el estudio de las lenguas prehispánicas.

Antonio de Lebrija, desde su cátedra en la Universidad de Salamanca, tenía la convicción de que en el saber sobre la lengua está la clave para conocer y explicar el mundo: «[...] Para el colmo de nuestra felicidad y cumplimiento de todos los bienes, ninguna otra cosa nos falta sino el conocimiento de la lengua […]».

Con esta intuición a sus espaldas, con su pasión por el latín, la lengua de cultura en su tiempo, y la decepción por el mal uso que de ella se hacía en el entorno universitario, Antonio de Lebrija cifraba sus esperanzas en los jóvenes pues de los mayores decía «no tienen cura y hemos de dejarlos tranquilos con su necedad».

Las obras de Lebrija tuvieron amplia difusión en América. En las listas de embarque de los navíos que cruzaban la mar océana constan las obras del lebrijano, acompañando a otros ilustres como Teresa de Jesús, Fray Luis de León, Gracián, Quevedo y, cómo no, Cervantes y don Quijote. Sus gramáticas y sus vocabularios modelaron en América la redacción de las gramáticas y vocabularios de las lenguas indígenas prehispánicas.

Si les interesa la figura y la obra del sin par Antonio de Lebrija, los invito a acompañarme esta tarde en el Centro Cultural de España en Santo Domingo para rendir un homenaje merecido a uno de los grandes.




María José Rincón González, filóloga y lexicógrafa. Apasionada de las palabras, también desde la letra Zeta de la Academia Dominicana de la Lengua.