Vanessa Espaillat: “La violencia de la discriminación se manifiesta con la exclusión”

El 13 de junio se honra al Día Internacional de Sensibilización sobre el Albinismo, efeméride emitida por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2014 con el objetivo de crear conciencia mundial de esta enfermedad, así como evitar el maltrato y discriminación hacia todas las personas que presentan esta condición

Vanessa Espaillat, doctora en psicóloga clínica y terapeuta familiar. (Dania Acevedo)

El albinismo es un trastorno o condición hereditaria que causa la ausencia de la producción de melanina en el organismo, lo que determina la pigmentación o el color de la piel, el cabello y los ojos de las personas que la padecen. El albinismo afecta a menos de una de cada dos mil personas en la población, siendo Puerto Rico es el país con más casos de albinismo en el mundo. Vanessa Espaillat, doctora en psicóloga clínica y terapeuta familiar, aborda lo perjudicial que es la discriminación no importando la razón que la motive ni la edad, el sexo o el estrato social de la persona discriminada.

¿Cómo se manifiesta la discriminación?

Por las creencias de no aceptación al diferente, demostrando una educación donde faltó la empatía y, por lo tanto, se da una ausencia de desarrollo emocional que ayuda a desarrollar la compasión hacia el que sufre la discriminación. En las familias donde se aceptan las diferencias, usualmente es cuando se ha tenido una relación de aceptación profunda de todos sus miembros, y donde se ha dado un lugar a la compasión al necesitado y al que sufre discriminación trabajando en favor de los valores universales.

¿Entonces son las creencias lo que promueven esa discriminación a lo que es diferente, como por ejemplo hacia quien padece albinismo?

Las creencias son ideas, pensamientos que están detrás de una conducta. Trabajan internamente como un paradigma, como meta programas que te llevan a tener un concepto de ti mismo y de los demás y una manera especial de interpretar los hechos. Las creencias de una sociedad tradicional capitalista, como la occidental, donde existe un dominado y un dominante, promueven conductas violentas por la necesidad de ejercer el control y el poder; se discrimina al que es diferente por raza, orientación sexual, inteligencia, clase social, discapacidad y enfermedades que te hacen diferente como los albinos, es decir, la pauta de dominio se hace en la creencia de que existen personas mejores que otros, y con más derechos sobre los demás.

Esa exclusión que afecta a un albino o a todo aquel que es diferente, ¿cómo la define?

La exclusión de las personas diferentes se gesta en la forma en que la sociedad occidental ha estratificado la sociedad. También es una dificultad originada en cómo fue internalizado el manejo de la autoridad en la familia y en la sociedad. Es decir, la sociedad y las familias se retroalimentan constantemente con estos juegos de control y poder.

Puede considerarse que una creencia es un paradigma que se basa en la fe, ya que no existe una demostración absoluta, fundamento racional o justificación empírica que compruebe la superioridad de un ser humano sobre otro ser humano.

La exclusión de las personas diferentes se gesta en la forma en que la sociedad occidental ha estratificado la sociedad. Vanessa EspaillatDoctora en psicóloga clínica y terapeuta familiar

¿En el caso de un albino, por ejemplo, las creencias afectan tanto o igual que a cualquier otra condición?

Estas creencias se establecen a través de programas mentales que condicionan lo que pensamos sobre nosotros mismos y sobre los demás. Condicionan la visión del mundo y la percepción de los demás como válidos o no válidos, según el esquema de belleza y de privilegios que ha establecido la sociedad occidental y las familias.

El aula, en cada estrato social, reproduce la cultura, los valores, las preferencias, los modelos de violencia imperantes en la sociedad, incluyendo la exclusión, donde el acosador asume el rol dominante y la víctima el rol del sometido, por ser diferente a las pautas establecidas en la sociedad como deseable. Ser parte de la clase alta, ser blanco e inteligente, ejerciendo el poder sobre los sometidos, es lo valorado donde no priman los valores universales.

¿Cómo afecta esa actitud al discriminado?

La violencia de la discriminación se manifiesta con la exclusión. Se excluye al que no llena las expectativas sociales esperadas. La discriminación es fuerte, el dolor del excluido se preserva en el tiempo y, a la vez, el sufrimiento es interminable para aquel que necesita el reconocimiento de la imagen externa para poder vivir. Se vive con muchos sentimientos de soledad y abandono por la dificultad de desarrollar conductas empáticas que promuevan la comprensión del dolor del otro, por una incapacidad de desarrollar un sí mismo auténtico capaz de pensar y de conectarse con sus propios sentimientos y con los sentimientos de los demás. Se conectan en modo supervivencia a través del cerebro primitivo, donde prima el control y el poder. 

¿Qué aconseja a quien es discriminado?

El diferente necesita trabajar su autoestima y valorarse por ser, porque existe, saliendo del juego de discriminación de la sociedad. Se logra con el amor de la familia, su aceptación, y el manejo de las instituciones escolares, enseñando a los jóvenes a desarrollar lugares seguros para todos, donde la inclusión sea lo establecido.  También creando una sociedad más justa basada en valores universales y en los derechos humanos.

Norys Sánchez es periodista. Formó parte del equipo fundador de Revista Rumbo y Diario Libre. Fue editora de la revista Madre Única. Autora del libro La palabra de los sueños, una selección de entrevistas a personalidades del mundo político, económico, diplomático y social del país, y “Eternamente Oliver”, donde relata sus vivencias con su perrhijo Oliver y cómo se convirtió en un miembro más de la familia.