Dra. Evangelina Soler: “El cáncer de pulmón está relacionado entre un 80 y 90 % al consumo del tabaco”

El Día Mundial Sin Tabaco se honra en todo el mundo el 31 de mayo. Ocasión propicia para recordar y actualizar sobre los peligros que supone su consumo

Dra. Evangelina Soler, neumóloga. (Fuente externa)

El cáncer de pulmón, en ocasiones asociado al tabaquismo, es considerado el tercer tipo de cáncer de todos los tumores en América Latina y la primera causa de muerte relacionada al cáncer.

¿Qué consecuencias acarrea el consumo de tabaco para la salud?

El consumo del tabaco está considerado como uno de los peores hábitos tóxicos por el gran impacto negativo en la salud de todo el organismo, siendo capaz de generar daño desde la piel hasta los tejidos y órganos más internos. Desde su principal componente, la nicotina, y todas las partículas nocivas que lo acompañan, en cualquiera de sus formas de uso, existen alrededor de cien partículas nocivas, muchas de ellas consideradas potencialmente cancerígenas.

¿Qué órganos son los más afectados?

El consumo de tabaco se asocia a diversos daños, desde el envejecimiento prematuro, daño en la piel, enfermedades coronarias, accidentes cerebrovasculares, bajo peso al nacer, tumor de cualquier parte del cuerpo, especialmente del pulmón, labios, garganta, laringe, esófago, páncreas, ovarios, mamas, pudiendo además producir enfisema y bronquitis crónica. También asma con exacerbaciones graves. En el aparato gastrointestinal puede ocasionar desde mal aliento hasta úlcera y cáncer gástrico y de esófago. Consumir tabaco reduce la oxigenación de los tejidos y altera la cicatrización en los pacientes operados. Muchas de estas complicaciones van desde la producción de tapones de mocos hasta procesos infecciosos.

Se puede observar además complicaciones o riesgo cardiovascular, los cuales se ven potencializados por aumento de la frecuencia y por alteraciones del aparato cardiovascular, en dichos pacientes.

¿Cuáles son los órganos más afectados y por qué?

Los órganos más afectados por el consumo del tabaco guardan relación con la manera en como se usa y en el tiempo de su uso. El tabaco masticado se asocia a cáncer de labios, de garganta, lengua y laringe. El inhalado se asocia a más deterioro del aparato respiratorio con cáncer de pulmón, de esófago, gástrico y otras manifestaciones en todo el organismo.

¿Es la nicotina en sí o el humo del tabaco lo que enferma?

La nicotina produce infinitas alteraciones que van desde bajos niveles de oxígeno en los tejidos, desarrollo de placas en las arterias, adicción, siendo esta sustancia una de las más adictivas, inclusive más que la marihuana, cocaína y hasta la heroína.

El daño que provoca la nicotina en los vasos sanguíneos es responsable del agregado plaquetario que, a su vez, genera los accidentes cerebrovasculares, el infarto, la trombosis de cualquier índole. Sin dejar de mencionar la importante acción negativa que tiene directamente al pulmón dañando los tejidos respiratorios y produciendo mayor riesgo de infecciones y daño definitivo en el parénquima pulmonar. Las alteraciones celulares que provoca el tabaco van en relación con la combustión del papel en el cigarrillo convencional, pero cabe destacar que tanto el cigarrillo electrónico como cualquier forma de consumo de tabaco está asociado a un mayor riesgo de padecer cáncer de cualquier forma en el organismo.

¿De todas las muertes por cáncer, que porcentaje se le atribuye al tabaquismo?

El cáncer de pulmón está relacionado entre un 80 y un 90 % con el consumo del tabaco, tomando en consideración que fumar de segunda mano también produce un riesgo de desarrollar dichas enfermedades.

El tabaco es la causa número uno de producción de cáncer y de muerte de todos los tipos de cáncer.

La OMS informó en 2021 que 20 millones de personas fueron diagnosticadas por primera vez con cáncer y de ellas 10 millones murieron por esta causa. El cáncer de pulmón es considerado el tercer tipo de cáncer de todos los tumores en América Latina y la primera causa de muerte relacionada al cáncer.

¿Cuál es la diferencia entre fumador pasivo y activo?

La diferencia para los fines sanitarios es mínima. Está bien demostrado que las personas que reciben humo de segunda mano, ya sean niño o, adultos, de cualquier sexo y edad, pueden desarrollar ciertos padecimientos que van desde impacto en las vías respiratorias, entre ellas el asma, las alergias y el desarrollo de neumonía, hasta la producción de bajo peso al nacer de los bebés de embarazadas expuestas al humo del tabaco.

Los pacientes que reciben humo de segunda mano también están en riesgo de padecer cáncer de cualquier tipo, debido a que la corriente lateral inhalada lleva múltiples partículas cargadas de sustancias potencialmente cancerígenas.

¿Hay pruebas científicas que avalen el hecho de que fumar cigarrillo electrónico es menos perjudicial?

El cigarrillo electrónico tiene muy pocas ventajas sobre el cigarrillo convencional pues ambas contienen nicotina y otras sustancias dañinas para el pulmón. Dentro de las escasas bondades que se le pueden adjudicar al cigarrillo electrónico está la de poco impacto en el esmalte de los dientes, en la coloración de los dedos, y que produce menos mal olor y menos daño al medio ambiente.

La combustión que produce el papel del cigarrillo convencional esta más asociada a la producción de cáncer y, por lo tanto, podría ser esta una de las pocas ventajas que se pudiese sustentar en el cigarrillo electrónico.

Muchos fumadores desarrollan enfermedades a lo largo de su vida, asociándose el hecho de fumar más joven al daño del pulmón. Y está muy bien demostrado que los fumadores producen un decrecimiento en cuanto a la función pulmonar más rápido que la población no fumadora. Se reconoce que en una persona, después de los 35 años, la función pulmonar decrece de 30 y 90 cc por año y este decrecimiento en los fumadores se multiplica por tres, lo que conlleva a un mayor deterioro de la funcionalidad del pulmón a lo largo de los años.

¿Una persona fumadora está sentenciada a padecer cáncer?

Respecto al desarrollo de tumores, se reconoce que, a pesar de que una persona sea fumadora, no necesariamente está confinado a desarrollar cáncer porque para el desarrollo de estas alteraciones celulares existen otros factores como el ambiental y predisposición genética, lo que pudiera explicar que aun personas que fuman grandes cantidades de tabaco y durante largos años no desarrollan la enfermedad.

Cabe destacar que personas no fumadoras pudieran además desarrollar algún tipo de cáncer, siendo el tipo histológico más frecuente en los no fumadores el adenocarcinoma.

Norys Sánchez es periodista. Formó parte del equipo fundador de Revista Rumbo y Diario Libre. Fue editora de la revista Madre Única. Autora del libro La palabra de los sueños, una selección de entrevistas a personalidades del mundo político, económico, diplomático y social del país, y “Eternamente Oliver”, donde relata sus vivencias con su perrhijo Oliver y cómo se convirtió en un miembro más de la familia.