Una relación de pareja tóxica

La relación entre los padres no aporta a entender el problema

La tóxica relación no ayuda a resolver el problema de la hija (Fuente externa)

Pregunta: Creo que mi hija es lesbiana. Lo niega cuando la enfrentamos pero tenemos ciertas pruebas que nos dan indicios y/o afirmaciones de que si es así. Mi esposa y yo somos cristianos evangélicos desde adolescentes aunque nunca hemos tenido una relación de pareja plena pues los disgustos, pleitos, acusaciones constante, dimes y diretes con palabras ofensivas, hirientes, aun sin golpes, gracias a Dios,al menos por esa parte pero los insultos y palabrería es el pan nuestro de cada día.

 Es como que nos amamos y odiamos al mismo tiempo porque ninguno está conforme con el otro. Quise poner en contexto el ambiente familiar pero el centro de nuestra angustia ahora mismo es la presunción de lesbianismo de nuestra hija, nos tiene desbaratados a ambos a mí como padre mucho más que a mi esposa al parecer.

Saludos cordiales 

Respuesta: En tu carta mencionas varios puntos, los cuales son todos prioritarios pero debemos ante todo entender qué es para ustedes el lesbianismo

Te hago la recomendación porque tú mismo me dices que eres  evangélico y no se qué entiendes por esa preferencia sexual, pues en ocasiones nuestras creencias no nos permiten ver las cosas en su total realidad.

Además me hablas de que toda la vida has tenido una mala relación con tu pareja y entiendo que sigues en la dinámica por asumir que es la voluntad de Dios.

También me preocupa cómo minimizas la violencia pues entiendes que no han llegado a los golpes y hay muchas formas de aplastar al otro, humillar, someter y no se necesita levantar la mano.

Es por esto que los seres humanos debemos saber discernir cuando las cosas no deben forzarse pues por mucha fe que sientas, Dios nos invita al amor, al respeto, al compromiso, a la admiración hacia nuestra pareja y no creo que ustedes tengan esos ingredientes en su día a día.

Fíjate que ni siquiera con el tema de la sospecha tú entiendes que tu esposa está igual de preocupada que tú, lo que me lleva a dudar si tienen la capacidad de hablar de lo que sienten.

Es momento de asumir que con reproches o amenazas de ir al infierno no resolverás nada, mejor acoge a tu hija y dile que juntos buscarán respuestas. Les haría bien asistir donde un terapeuta familiar que pueda ver la dinámica del sistema completo y ayudarlos creando límites sanos, comunicación abierta, responsable y respetuosa.

Psicóloga, terapeuta sexual, familiar y de pareja, PHD en Sexualidad. Directora del Centro Vida y Familia Ana Simó.