Suspenso y dilema moral en “Espías desde el cielo”

Una escena que ejemplifica acciones militares a control remoto y el riesgo para civiles. (Producción del film)

SANTO DOMINGO. Comienza esta película con un epígrafe atribuido a Esquilo: “En la guerra la verdad es la primera víctima”. La cita del dramaturgo griego de la Antigüedad permite al espectador saber que no está frente a un filme cualquiera.

De acuerdo con los estudiosos del comportamiento social, la guerra nunca ha dejado de existir en la historia de la Humanidad, es una de las características de la especie bípeda, y ocupa buena parte de la inteligencia más desarrollada en múltiples áreas, desde lo tecnológico a lo psicológico.

Bien lo expresa esta coproducción anglo-sudafricana, que tiene como protagonista a Helen Mirren, una de las actrices de mayor prestigio del cine actual.

Los más buscados

Mirren interpreta a la Coronel Katherine Powell, de la inteligencia militar británica, cuyo campo de acción es Kenya, a miles de kilómetros de su base en Londres. Ha dedicado años a rastrear a quienes reclutan jóvenes ingleses y norteamericanos para las filas del radicalismo islámico.

Siguiendo a dos posibles atacantes suicidas, las fuerzas que coordina, ubican a tres de los más buscados enemigos, presentándose la ocasión de bombardear con un avión teledirigido el lugar en que se encuentran. El problema es que están en un entorno con presencia de civiles, y debe tomarse una decisión en poco tiempo.

El daño colateral

Contigua a la casa de los terroristas vive una familia, cuya madre elabora pan, y quien se encarga de venderlo es su pequeña hija. La operación militar queda en suspenso, porque la niña ofrece el pan muy cerca del blanco que está a punto de ser atacado.

La discusión entre militares y políticos se centra en los aspectos legales y la evaluación del daño colateral. El dilema entre atacar y dejar pasar la ocasión es el núcleo del drama. Para la Coronel Powell el problema es conseguir la autorización y dominar la situación en un entramado complejo de subordinaciones políticas y militares que involucran a tres países.

El relato

Lo verdaderamente interesante de este relato es su guión, que maneja el suspenso de manera magistral, creando en la audiencia una creciente inquietud. Ajenos a lo que se les viene desde el cielo, terroristas y civiles realizan sus quehaceres. Las fuerzas militares y de espionaje, en tanto, les observan desde tierra y aire por medio de dispositivos tecnológicos avanzados. La maraña de los protocolos de seguridad y las técnicas de investigación utilizadas, van dando cuenta de un mundo frío y calculador que permite el distanciamiento ante el conflicto moral que se plantea a los personajes.

Ni buenos ni malos

Como en toda película trascendente, aquí no hay buenos ni malos, sólo la indagación a través del cine de una situación extrema, que lamentablemente ocurre cada vez con mayor frecuencia en el mundo de hoy. En tal sentido, los personajes representan los distintos puntos de vista que desde la sociedad occidental se tiene frente al terrorismo de origen religioso. La guerra y la ejecución de personas a control remoto es una realidad cuyo impacto en los civiles es cada vez más visible. Cumple así el cine con su rol de ente cuestionador de la condición humana.

Recomendable para quienes disfrutan de aquel cine inconforme que plantea interrogantes en todos los campos, y en especial para los admiradores de la estupenda Helen Mirren.