“Pies en la arena”, la encrucijada de huir para establecer una nueva identidad y realidad
Este drama, de estreno este fin de semana en las salas de cine, le da un giro distinto a los dilemas que enfrenta el emigrante que busca rehacer su vida
En las salas de cine del país ya se ha estrenado “Pies en la arena”, el largometraje más reciente del cineasta puertorriqueño Gustavo Ramos Perales, y se trata de un drama protagonizado por Judith Rodríguez y Eduardo Martínez Criado. Este filme cuenta la historia de Toña (Judith Rodríguez), una joven que viaja en yola de forma ilegal a Puerto Rico para escapar de una relación de maltrato, pero cuando está a punto de establecerse de manera legal, ocurre una tragedia. Ahora ella y otro inmigrante ilegal tienen que ingeniárselas para proteger las nuevas vidas que han creado.
A pesar de tratarse de un drama cuya historia toca temas serios, como el de los inmigrantes ilegales y los viajes clandestinos en yola, el guion también tiene ciertos elementos que son muy comunes en una típica comedia absurdista. ¿A qué se debe esto y cómo surgió la idea de esta historia?
GUSTAVO RAMOS PERALES: Nunca me lo había planteado así. Creo que es un problema universal con el que estamos bregando en el día a día. Tiene muchas ramificaciones de donde surge la película. Primero, mi papá es dramaturgo, hace teatro, escribió una obra que se llama “Indocumentados” y es sobre un dominicano que llega a Puerto Rico, compra los papeles de un puertorriqueño que es asesino y se termina convirtiendo en ese asesino. Mi película no tiene nada que ver con eso, pero de ahí saco la anécdota de una persona que pretende ser otra persona. Toña es otro personaje de esa obra, era la dueña de un burdel que le ofrece los papeles a Gregorio en la obra. Le pedí la idea a mi padre y me la dio, pero también surgió de que toda mi vida he estado rodeado de inmigrantes. En Puerto Rico desde muy pequeño he tenido amigos dominicanos, cubanos, haitianos, venezolanos y argentinos. Siempre he estado rodeado de ellos y de sus historias. Así que, de cierta manera, creo que sus historias también me pertenecen a mí, porque yo he vivido esas historias, aunque no en primera persona, pero sí las he vivido. También creo que los directores, los cineastas y los autores tenemos un compromiso social con las situaciones que están pasando y más cuando es un tema de inmigración. En la película, esto es un tema sobre una mujer que se quiere reconstruir y para hacerlo tiene que reconstruir otra vida, entonces ese sí es el tema de la película y por ahí va la cosa. Cómo nos reconstruimos y las cosas que tenemos que hacer. El cine está lleno de historias repetidas, el cine no trata solo de eso. Todas las historias están contadas, lo que no están contados son todos los puntos de vista. Mi intención es darle una vuelta a ese punto de vista y tratar de que el público vea otra visión y otro personaje planteado de otra manera que no sea la misma de siempre. El tema de la inmigración lo hemos visto en muchas películas, el tema de alguien que se hace pasar por otra persona también, pero no hemos visto cómo una persona se reconstruye a través de otra persona y, si lo hemos visto, ha sido poco. Mi intención es darle otro punto de vista y una vuelta de tuerca a los personajes femeninos en el cine que también son injustamente contados y espero que Toña haga justicia a eso.
Judith, ¿para ti qué fue lo más interesante del proceso de crear el personaje de Toña y de encontrar su voz?
JUDITH RODRÍGUEZ: Más que nada, en ese momento estábamos en medio de una pandemia. Fue en el 2020 cuando se hace la selección de casting y nos eligen a mí y a Eduardo Martínez para el proyecto. Fue como meternos en esta pequeña burbuja en un tiempo un poco caótico, porque cuando ya lo íbamos a hacer se cierra todo de repente y en vez de nosotros parar, pues decidimos ensayar por videollamadas, y a veces solo por llamadas, porque Eduardo estaba en Cuba, Gustavo en Puerto Rico y yo en República Dominicana. Para mí entrar en esa burbuja, construir a Toña, adentrarnos en esta historia y conectar con un tema que en verdad yo no había entrado a profundidad, que es el tema del inmigrante, para mí fue bastante interesante porque estábamos en un momento complicado a nivel mundial. Nosotros ni siquiera sabíamos si realmente íbamos a poder filmar y como quiera seguíamos ensayando, era como nuestro refugio. Pasaron tres años y ahora, ya distanciado de esto, siento que nosotros inconscientemente usamos lo que nos estaba pasando en la vida real a nuestro favor y a favor de los personajes. Un poco de esa ansiedad, de esa contención, esa incertidumbre está en los personajes de Toña y Gregorio. Cuando sí logramos irnos a filmar en Puerto Rico nos pasaron un montón de cosas, entre ellas muchos del equipo nos enfermamos de covid, en ese momento no había vacuna, tampoco teníamos tanta información y no sabíamos cómo combatir eso ni qué medicamentos tomar. Paramos por unos 15 días y ahí se engrandece esa incertidumbre que es lo que sucede con la mayoría de los inmigrantes. Tú te vas en esa yola, decides irte sin pensarlo mucho porque estás arriesgando tu vida. No sabes lo que te va a pasar cuando llegues a la otra orilla, por lo general, no conoces a nadie, no sabes quién te va a dar refugio, no sabes si te van a devolver, no sabes si te van a encontrar o si vas a tener éxito. Creo que eso mismo, aunque en circunstancias totalmente distintas, estábamos pasando todos. Ahora que vi la película en Puerto Rico me chocó un montón porque dije: “Dios mío, nosotros no nos dimos cuenta de que todo lo que nos estaba pasando en la vida real está ahí”.
Judith Rodríguez protagoniza película “Pies en la arena”
Este filme cuenta con un gran elenco que incluye a Judith y Eduardo Martínez Criado, quien interpreta dos papeles al mismo tiempo. ¿Qué nos pueden decir de la experiencia de desarrollar esta historia y el proceso creativo por el que pasaron?
GRP: Yo hice mucha investigación para esta película porque quería ser justo con este tipo de personajes y entrevisté a más de 100 mujeres. Inclusive fui a la ruta de los inmigrantes en Puerto Rico y la hice. No hice la yola, pero la hice caminando. Una vez llegan a Puerto Rico es en una playa un poco impresionante porque la llaman la playa de los cadáveres. No es porque hay muertos, es porque está llena de yolas rotas. Eso por un lado y por otro me parecía que los temas del maltrato y la inmigración los tengo muy de cerca. Me parece que todas esas historias van como rodando y dándome vueltas en la cabeza y, consciente o inconscientemente, me servían para poder crear este tipo de personajes con responsabilidad. Yo hago muchísima investigación, y a veces no es tan bueno, pero como quiero crear un cine hiperrealista en donde las cosas se vean como verdad, porque tú no puedes fingir ser algo, tienes que serlo. Eso no significa que tengas que convertirte en esa persona, pero tienes que serla, tienes que estar ahí y meterte bien en el papel. Para eso hay que entenderlo y para entenderlo, hay que investigarlo.
JR: Tú tienes que defender una verdad. No es surrealismo lo que estamos haciendo, no estamos jugando con el absurdo, aunque muchas de nuestras historias caribeñas son súper absurdas, pero hay que jugar con el realismo y hacerlo mágico de alguna forma, tú tienes que tener una verdad y eso, con tu director, como actores, tienes que tener claro que este es el punto que van a defender. Muchas veces yo tendré una forma distinta de abordarlo, pero tengo que llegar al mismo objetivo. Hay distintos métodos para llegar ahí y, en el caso de nosotros, como dijo Gustavo, se trataba también el tema de la violencia y a mí me gusta crear de adentro para afuera. El resultado de mi fisicidad, de cómo se siente el personaje, cómo se mueve, cómo mira, cuál es su ritmo y cuál es su pulsación cardíaca, eso viene de adentro primero. En ese momento estábamos en pandemia, yo estaba trabajando con Save the Children en República Dominicana, llevando ayuda a las comunidades y ahí conocí a muchas niñas que tenían historias similares, que venían de hogares violentos, de situaciones extremas, de miseria, de vulnerabilidad, muchas niñas que ya eran madres con 13 años de edad. Entonces, tratando este tema, tratando de construir a Toña también, creándole un trasfondo, tomé cosas de muchas niñas, jóvenes y mujeres que conocí y que ya habían pasado este proceso y se le proponía a Gustavo. Juntos llegamos a la conclusión de la historia de Toña y por eso ella es lo que es y se maneja como se maneja en Puerto Rico como resultado de su pasado. Todos hicimos un arduo proceso de investigación. A mí me gusta, pero a veces no es muy bueno tener tanta información porque tu personaje se puede volver más la forma y no el fondo. Hay que tener cuidado, hay que balancear eso para que salga lo orgánico y lo natural.
Judith, ¿crees que para crear más oportunidades para mujeres en la industria del cine es necesario que se involucren más en los proyectos detrás de cámara? Por ejemplo, crear sus propios proyectos laborales como directora, guionista, productora, etc.
JR: Sí, siento que sí es necesario tener más mujeres detrás de cámara, tanto como guionistas como creadoras de ideas, porque hasta para generar ideas es necesario tener una mirada distinta. Nosotros somos iguales, pero al mismo tiempo tenemos perspectivas y experiencias distintas de cómo experimentamos el mundo. No es lo mismo cómo lo sentimos y nunca va a ser igual la experiencia de una mujer a la de un hombre. Es totalmente distinto cómo nosotros venimos a vivir la vida y cómo también la sociedad y el sistema han marcado qué son las reglas y nos ha estructurado sobre cómo crecer y ser. Ahora hay muchas cosas que están cambiando, pero nos queda un camino bien largo porque falta que toda la sociedad, en el caso de República Dominicana específicamente, falta que todos nos eduquemos en igualdad y ese es un proceso arduo y largo. Entonces sí necesitamos más mujeres creando, dirigiendo, escribiendo las historias, contándolas desde su mirada, desde su perspectiva, desde su voz y más aquí en República Dominicana, donde conozco varias creadoras que son impresionantes. Lo que tal vez falta es un poquito más de igualdad de oportunidades para que todas lo podamos hacer.
Gustavo, de una forma u otra el tema de los inmigrantes ha estado presente en tus películas “Pies en la arena” y “El Chata”. ¿Crees que es un tema que volverás a tratar en futuros proyectos o ya has dicho todo lo que quieres sobre él?
GRP: No lo sé, solo sé que hay unos temas que se van a repetir y que, en el cine de autor y en el cine que yo pretendo hacer, quiero repetir. Los isleños tenemos historias particulares porque vivimos de espaldas al mar y creemos que el mar es el fin y que no hay nada más allá. Muchas veces, en Puerto Rico, se creen como el centro del universo y somos una isla tan pequeña, perdida en el Caribe, que tú dices “pero esto no es ni 1% de lo que es el mundo, de lo que son las historias”, pero de la misma manera eso hace que todos estemos como contenidos. Parecemos como ollas de presión todo el tiempo y por eso escapamos, porque nuestro límite es el mar. La emigración y la inmigración son temas de los isleños, son temas que van a estar ahí para siempre, no importa la generación que sea. Me parece que nos vamos a repetir una y otra vez en los mismos temas. En Puerto Rico, en los últimos tres años, se han ido un millón de personas a Estados Unidos. Entonces sí, son cosas que me gustaría hablar porque, como dije el día de la premier, si la isla se queda vacía, ¿quién se va a quedar con la isla? ¿Quién va a tomar las decisiones? Hay que mantener los pies en la arena. Estar ahí. Tratar de resolver nuestros problemas, nuestros conflictos, nuestras inseguridades, nuestras depresiones, nuestras ansiedades, todo eso está envuelto en querer irse, en la inmigración y en querer regresar. Yo me he ido muchas veces, pero tengo claro que me quiero morir en Puerto Rico. Mi sitio está ahí. Yo soy caribeño, quiero estar ahí, pero para eso hay que hacer el país y ahí hay que estructurarse porque sino no vamos a tener un país. Nos vamos a convertir en un caos.
¿Cómo creen ustedes que la popularidad de las plataformas streaming han impactado el cine independiente?
GRP: A mí me parece que lo han impactado positivamente porque da más visibilidad. Antes el único mercado era el cine, después la televisión, y estaba muy limitado por unos gustos. Las plataformas abren esos gustos y nos da más posibilidad no solamente de ventas, sino de distribución y de poder llegar a más personas. Así que me parece que lo ha impactado positivamente.
JR: Totalmente y es mucho más fácil cruzar fronteras. Tú no dependes de una sala o un teatro para presentar tu película. Si quieres que la vean en la India no tienes que ir necesariamente a la India y poner tu película allá y negociar allá, sino que tú, en una plataforma, llegas a cualquier público. Lo chulo del cine es precisamente que, aunque no hablemos el mismo idioma o no tengamos la misma cultura, podemos conectar a nivel de historias y creo que nuestras películas, o sea, las películas de cine de autor, de cine independiente, que cuesta más realizarlas y hay mayor dificultad en levantar estos proyectos, pues han logrado conectar con otros mercados.
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