Absentismo y presentismo laboral, dos extremos que merman la productividad económica
Tan negativa es la ausencia reiterada de un trabajador en su puesto de trabajo (absentismo) como obligarle a asistir pase lo que pase, sin que tenga capacidad de rendir por su salud física o mental
Si el lector tiene o ha tenido niños en edad preescolar, seguramente sabe que el riesgo de contagio de infecciones en la escuela es bastante elevado.
Lamentablemente, no existe una fórmula mágica que evite los contagios. Pero sí pueden reducirse si, cuando un niño presenta el más mínimo síntoma de enfermedad contagiosa, permanece en casa y no asiste al colegio.
Esta medida busca proteger la salud tanto del niño enfermo como de sus compañeros y refleja el compromiso de prevenir la propagación de virus y garantizar el bienestar general de los pequeños. Así, se enfatiza la importancia de actuar de manera responsable y solidaria en pro del cuidado colectivo.
En ocasiones, este cuidado obliga al progenitor a ausentarse de su trabajo con el fin de cuidar de su hijo.
El absentismo laboral
El absentismo laboral es la reiterada ausencia de un empleado en su puesto de trabajo sin una justificación válida (baja por enfermedad, permiso no retribuido, etc.).
Cuando los empleados faltan, otros compañeros deben asumir sus responsabilidades, lo que puede llevar a una sobrecarga de trabajo y estrés, y, a su vez, a un aumento del absentismo.
La ausencia de los trabajadores puede provocar el incremento de los costes laborales, al tener que incorporar en un corto plazo a nuevos empleados que refuercen la plantilla.
En España, según datos del cuarto trimestre de 2024, se estima que, en promedio, el número de personas que se ausentaron cada día de su puesto de trabajo aumentó un 1 % respecto al trimestre anterior, hasta situarse en 1,441,063.
País Vasco, Canarias y Galicia serían las comunidades autonómas con mayores niveles de absentismo mientras que, en el lado contrario, se sitúan Madrid, Baleares y La Rioja.
En Europa, el absentismo laboral por enfermedad o discapacidad propia aumentó un 44 % entre 2006 y 2020 (de 3,6 a 5,2 millones de trabajadores), hasta alcanzar el 2.7 % de las personas empleadas. En Alemania, ha aumentado el número de días de baja por enfermedad de 11,2 en 2020 a 15,1 en 2024.
En Estados Unidos, según datos de la oficina gubernamental que elabora las estadísticas sobre trabajo, la tasa de absentismo en 2023 fue del 3.1 %.
Las enfermedades o malestares que merman el rendimiento del trabajador; el estrés, el agotamiento y la necesidad de descanso mental o emocional; los problemas y situaciones familiares o personales que requieren atención, y un ambiente o unas condiciones laborales inadecuadas son algunas de las causas de absentismo laboral.
El presentismo laboral
Cuando la cultura organizacional de una empresa promueve, pase lo que pase, la asistencia al trabajo, la empresa sufre de presentismo laboral. Esto es, que defiende la presencia en el puesto de trabajo sin que el trabajador esté realmente presente en cuanto a salud física o mental.
Son presentistas laborales aquellos trabajadores que, pese a estar enfermos o estresados, van a trabajar por el miedo a perder su empleo. O por la presión que les genera una cultura corporativa que valora la presencia física por encima de la productividad real de los trabajadores.
En Reino Unido, entre el primer trimestre de 2022 y el primer trimestre de 2023 aumentó del 21 al 37 % el porcentaje de empresas en las que sus empleados trabajan cuando están enfermos y que lo hacen más horas de las contratadas.
Las razones más comunes para explicar este presentismo son la necesidad de cumplir objetivos empresariales (34 %) y la necesidad de los empleados de ganar más dinero (23 %).
En esos casos, el trabajador está en su puesto de trabajo pero su productividad es reducida, dado que su condición no le permite rendir adecuadamente. Esto afecta a la eficiencia general del equipo y la organización.
Además, se reduce la calidad del trabajo: la falta de concentración y compromiso puede provocar que se cometan errores, se proporcionen peores servicios o productos y, por tanto, que la satisfacción del cliente se vea erosionada.
Encontrar el punto medio
Si el absentismo es preocupante, tampoco conviene dejar que el presentismo haga que el trabajo se vuelva ineficaz. El compromiso de todos en pro del cuidado colectivo (como en el caso de los niños del principio de este artículo) traerá réditos positivos a la organización.
Algunas estrategias para abordar el dilema entre absentismo y presentismo pueden ser:
- Fomentar un ambiente laboral saludable, promoviendo políticas que incentiven la salud y el bienestar de los empleados, como programas de bienestar o sistemas de apoyo psicológico.
- Brindar flexibilidad laboral, ofreciendo opciones de trabajo remoto u horarios flexibles que pueden ayudar a los empleados a equilibrar mejor su vida personal y profesional, reduciendo tanto el absentismo como el presentismo.
- Tener políticas claras, justas y transparentes respecto al absentismo y el presentismo laboral.
- Abrir canales de comunicación eficaces para informar a los empleados tanto sus derechos y obligaciones sobre el tema como las expectativas de la empresa. Estos canales deben permitir a los empleados expresar sus necesidades o preocupaciones sin temor a represalias.
El dilema entre absentismo y presentismo es un desafío significativo para las organizaciones, pues ambos fenómenos tienen implicaciones importantes en la productividad, la salud y el bienestar de los empleados, así como en el ambiente laboral en general.
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