¿Se puede ser amigo de una expareja?
La terapeuta sexual y de parejas Patria Santana nos explica cuándo sí, cuando no, y qué se necesita para que esa amistad funcione
Pasa con frecuencia. Después de haber terminado una relación, muchos se dan cuenta de que quieren seguir teniendo a esa persona en su vida, aunque sea como amigo. La ruptura se dio en buenos términos, aparentemente se sanaron las heridas, hay respeto y aprecio mutuo, por lo que mantener una amistad no parece ser una idea descabellada... ¿o sí?
Tal y como cuenta la psicóloga Patria Santana (@psic.patriasantana) una de las preguntas más comunes en consulta es si se puede ser amigo del ex, a lo que ella contesta: “Depende”. “Para responder esta pregunta –dice- es indispensable analizar la verdadera razón de por qué quieres tener una amistad o seguir en contacto con tu ex”.
Y es que muchas veces, asegura, se utiliza el mecanismo de ser amigo del ex como forma de autoengaño para no enfrentar o retrasar la ruptura, para no perder contacto, ya sea porque se extraña, porque no lo ha superado, para tratar de recuperarlo o incluso para vengarse.
Todas las rupturas amorosas, explica la terapeuta sexual y de parejas, pasan por un proceso de duelo. En la primera fase, de shock, las emociones suelen ser desbordantes, y con la tristeza y la ira puede aparecer la necesidad de venganza como antídoto al dolor.
En la segunda fase, la de anhelo o búsqueda, se recuerdan todos los buenos momentos en pareja, que puede traer la necesidad de recuperarlo. En la tercera, de desorganización y desesperanza, es donde realmente se concibe que la ruptura ha ocurrido, la tristeza hace entender cuánto se extraña al ex y de ahí podría surgir el deseo nuevamente de formar parte de su vida, así sea como amigo.
Cuando sí, cuando no
La experta en conducta humana es enfática al decir que hay circunstancias en las que es válido entablar una relación de amistad con el ex, pero hay otras en las que no.
“Si hubo cualquier tipo de violencia o agresión, en casos de dependencia o codependencia emocional, si la relación terminó de forma traumática, es decir, que le ha desestabilizado y devastado su identidad personal, si aún existe rencor o se la pasan reprochándose y buscando culpables, no es recomendable continuar en contacto con el ex”, advierte.
A eso agrega otras razones, como fantasear con una reconciliación o que le moleste el hecho de imaginarlo con otra pareja.
No obstante, independientemente de porqué haya terminado la relación, es necesario darse un espacio para recomponer las rutinas pérdidas. Contacto cero, al menos al principio, respetando las fases del duelo, procesando el cambio, para después analizar si realmente es factible entablar una amistad o no.
“Las separaciones pueden ser traumáticas y hay que saber que cuando ocurre una ruptura se distorsionan todas las rutinas que se realizaban junto a la pareja (llamadas, mensajes, sexualidad, planes, diligencias, etc), por lo que mientras esa persona continúe en la vida llenando espacios que deben reconstruirse, nunca podrán continuar adelante”.
Una vez se reorganicen las rutinas, dice, se puede intentar hablar nuevamente, siempre y cuando eso no signifique una necesidad para sentirse bien o acompañado.
Si ambos miembros han recuperado su identidad personal, su autonomía, han reconstruido sus vínculos sociales y si, además, han comprendido la ruptura como un proceso de aprendizaje sobre sí mismo, las relaciones y los objetos amados, podrían considerar tener una amistad con sus límites claros.
El nuevo y el ex
¿Es posible ser amigo del ex y mantener una relación actual? “Sí, siempre y cuando se tomen en consideración los sentimientos de la pareja actual sobre el tipo de amistad que mantengas con tu ex, porque no es lo mismo un mensaje esporádico para saber cómo estás a que se junten todas las semanas a tomar café”, explica Santana.
Añade que se debe llegar a un acuerdo con la pareja actual sobre lo que representa la conexión con el ex, procurar que ambos se sientan cómodos y que se respeten los límites establecidos.
En los casos en los que hay hijos de por medio, dice, la dinámica se torna más complicada, porque existe una alta probabilidad de separación traumática por todos los entramados vitales que representa una ruptura con hijos.
Sin embargo, se puede mantener un vínculo cordial entre todas las partes. Para ello hace falta trazar límites, tanto de comunicación, como relacionados a los encuentros para compartir con los hijos, así como ponerse de acuerdo con respecto a temas como cuándo es el momento de presentar a la nueva pareja a los hijos, si el actual participará en los encuentros, si puede salir con los niños, amanecer en la casa, etc.
De igual forma, considera que se le debe explicar a la nueva pareja cuáles son las rutinas que se llevan con el ex sobre la crianza de los hijos: si hablan a diario, se visitan los fines de semana, si salen juntos en los cumpleaños, etc. “Así esa nueva persona podrá decidir si acepta esas condiciones o a qué acuerdo pueden llegar en conjunto”, manifiesta.
¿Cuáles son los límites que deben trazarse en una relación amistosa surgida después de un romance? En primer lugar, la psicóloga enfatiza que hay que tener claro que los límites son fronteras entre una persona y otra.
“Es donde se divide nuestra identidad, responsabilidades, necesidades y libertades de la de los demás”, explica y añade que los límites no son rígidos ni estáticos; se van adaptando. “Puede que al principio no puedas ni ver a tu ex y ya después puedan compartir con amigos en común”.
El primer paso para poner límites claros es identificarlos y por eso es necesario un tiempo de introspección. “Identificar las emociones es clave, estas dirán si un límite está siendo transgredido. Reconocer qué causa tristeza, ira, frustración, molestia, inseguridad. ¿Qué pensamiento te llega a la cabeza con esas acciones? ¿Qué te haría sentir mejor en ese momento?”, apunta.
Esto ayuda a reconocer si se necesita más espacio, contacto cero, bloquear redes o solo comunicación; si se prefieren conversaciones banales sin tocar temas profundos o si ya se está en un punto donde podrían hablar incluso de nuevas relaciones sin sentirse lacerados.
¿Y si afloran los sentimientos?
Que el amor resurja es una posibilidad, aunque a veces solo se idealiza la relación pasada y no necesariamente hay sentimientos románticos. En cualquiera de los casos, tomar distancia es lo que recomienda la experta.
“Analizar tus emociones y por qué surge la intención de volver con tu ex: porque lo extrañas, porque no quieres estar solo o por celos. Podría ser un indicador de si deberías comentárselo o no”, asegura. Hay que tener presente que esto podría afectar los avances que se habían dado para construir una amistad luego de la ruptura, lo que obligue a volver al punto inicial.
En caso de que el sentimiento sea compartido, Santana sugiere asistir a terapia de pareja para conocerse nuevamente y trabajar en una nueva relación.
“Algunas veces, las rupturas, el establecimiento de vínculos amistosos saludables y la madurez de cada parte viabiliza la conexión entre ambos y puede incluso favorecer al resurgimiento de una relación", dice, para luego finalizar diciendo que estos son casos muy particulares.
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