Evidencias ortográficas
Esta Eñe de hoy quiere acercarnos a la ortografía, no a sus reglas y excepciones, sino a su razón de ser en el sistema lingüístico. Para ello no hay mejor guía que la Ortografía de la lengua española, un manual académico que debería convertirse en libro de consulta cercano.
Para la escritura disponemos de un conjunto de signos convencionales, es decir, producto de un convenio o pacto antiquísimo para representar el lenguaje oral mediante signos gráficos. Necesitamos además un conjunto de reglas que indiquen cuándo y cómo deben usarse estos signos. Según la definición académica, «este conjunto de normas que regulan la correcta escritura de una lengua constituye lo que llamamos ortografía». No es cosa exclusiva del español: todas las lenguas de cultura tienen su ortografía.
La ortografía, como conjunto de reglas, no es inmutable. Sus convenciones han ido evolucionando con el tiempo según distintos criterios. Nuestras normas ortográficas de hoy no son las mismas que se aplicaban en otras épocas; ni mejores ni peores, adaptadas a los tiempos.
Lo que debemos tener claro es que la ortografía tiene carácter normativo, lo que permite mantener la uniformidad de la representación gráfica del español, independientemente de la persona que escriba, del país en el que viva o haya nacido, de su variedad dialectal o de su acento.
La forma en que nos enseñan ortografía nos hace verla como un galimatías ininteligible de reglas y excepciones, en lugar de transmitirnos que la ortografía nos permite escribir y leer con corrección. Dicen las Academias de la Lengua sobre la ortografía: «No es un simple adorno, sino condición necesaria para el completo desarrollo de la persona, como individuo y como ser anclado en la sociedad, en la medida en que la escritura es hoy fundamental como soporte del conocimiento y como instrumento de comunicación».
@Letra_zeta
Envíe sus preguntas y/o comentarios a la Academia Dominicana de la Lengua consultas@academia.org.do