Aplíquense

Mi admirada Margarita Cordero se preguntaba uno de estos días si estaba aceptado el uso de aplicar con el sentido de ‘solicitar’. Cuando lo utilizamos así estamos calcando el significado del verbo inglés to apply; como también calcamos el significado del sustantivo inglés application a nuestra aplicación para referirnos a una solicitud. Estos calcos semánticos, que pasan muchas veces desapercibidos, consisten en asignar una acepción procedente de otra lengua a una palabra que ya existe en la nuestra. Estos calcos son censurables cuando son innecesarios, aunque sean de uso frecuente, como sucede con nuestros protagonistas de hoy en el español americano. Para documentar su superfluidad basta consultar en el Diccionario de la lengua española las entradas solicitar (‘pedir algo de manera respetuosa, o rellenando una solicitud o instancia’) y solicitud (‘carta o documento en que se pide algo de manera oficial’).

Apliquemos el verbo aplicar para lo que sí significa en nuestra lengua, que ya es bastante, empezando, precisamente, por ‘destinar, adjudicar, asignar’, en este caso una palabra a una acción concreta. Si ponemos una cosa sobre otra, la aplicamos: aplicar una pomada; cuando ponemos en práctica o administramos una medida o un procedimiento para conseguir un fin, los aplicamos: aplicar un tratamiento médico, aplicar una rebaja. Se aplican quienes ponen, como reza la definición académica, esmero, diligencia y cuidado en hacer algo, especialmente si ese algo es estudiar.

No nos queda más que recomendarles a los buenos hablantes y a los que aspiran a serlo que apliquen la inteligencia lingüística, que se apliquen en el uso correcto de nuestra lengua y que se mantengan alejados de calcos innecesarios si no quieren, permítanme el humilde homenaje, que les apliquen la polémica.