Aymée Nuviola, “La Sonera del Mundo”, nunca pensó en emigrar

Se presenta esta noche en Escenario 360 con Jochy Santos

Aymée Nuviola desde hace más de diez años vive en Miami, Estados Unidos.

SANTO DOMINGO. Aymée Nuviola es llamada “La Sonera del Mundo”. Hoy debuta en Santo Domingo (antes se había presentado en Punta Cana) con la presentación en Escenario 360 junto a Jochy Santos, en un espectáculo que han denominado “Al son del chiste”.

En 1986 se convirtió una figura muy popular en Cuba, junto a su hermana, al ganar el concurso de televisión “Todo el mundo canta”, con el dúo “Las Hermanas Nuviola”.

“Nos inspiramos en hacer un dúo, porque mi mamá nos enseñó un dúo chileno que se llamaba Sonia y Miriam, y tenían una forma muy particular de hacer voces. Mi mamá que era músico, y le gustaba mucho la segunda voz, -fue quien me guió a mí en hacer la segunda voz-, nos recomendó este dúo. “Todo el mundo canta” dio a conocer a muchos cantantes, entre ellos a Francisco “Pancho” Céspedes, Luis Boffil, primo mío; y Delia Díaz de Villegas”.

Aymée salió de Cuba hace más de veinte años, y desde hace 10 vive en Miami. Durante mucho tiempo trabajaron con la orquesta de Pachito Alonso, luego hicieron su propia orquesta, y se fueron contratadas a Costa Rica, a la costa Atlántica negra.

“Nunca pensamos en emigrar. Fue el ir probando, a ver cómo nos iba en el trabajo, porque en Cuba no había trabajo. Nos era muy dificil para ganar dinero... Pero nos dimos cuenta cuando conseguimos trabajo, que eso no era para hacer carrera. Siempre he sido muy inquieta, y dije ‘yo aquí no me quiero quedar’. Comenzamos a buscar por México, nos mudamos para Cancún, allí vivimos como cinco años. Y luego pasamos para Miami”, explicó.

Su hermana fue embarazada desde Costa Rica para México, donde vivieron cinco años. Allí nació su sobrina Paola Guanche: “Cuando descubrimos a nuestra sobrina en camino, comencé a impulsar mi trabajo como solista”. Su sobrina,13 años después, resultó ser la primera ganadora mundial de La Voz Kids.

Cuando su hermana se reincorpora al dúo, Aymée tenía varios compromisos contractuales. Así que fue Aymée, primera para Miami, y después su hermana con su esposo y su hija.

Otra vida

“Cuando nos reencontramos en Miami, encontramos lo que no habíamos encontrado en otros lugares: ese público cubano que se recordaba de nosotros de Cuba. Fuimos a un programa de televisión, donde aparecimos las dos, y la gente empezó a llamar para hablar de nosotras, y fue algo muy bonito. Ahí dijimos que nos íbamos a presentar en un sitio y fue mucha gente. Así que retomamos el dúo, ella hacía sus cosas, yo hacía las mías. Y así hemos seguido, con el dúo, y a la vez cada una haciendo lo que mejor sabe hacer por su lado. Yo me presento en mi show, generalmente la tengo a ella como invitada, a veces se une mi sobrina”, manifestó.

No llevo años afuera, llevo años adentro

Al preguntarle acerca de cómo la había permeado la salsa comercial, diferente a lo que se hacía en su patria, expresó: “No llevo años fuera, llevo años dentro. Cuando estás aquí es que te das cuenta. La música se da espontánea en el cubano. Somos muy dominantes en el género, y a veces nos aislamos un poco. Y a veces no somos comprendidos por la generalidad del público. La timba fue un fenómeno que no fue fácil de digerir. Cuando estás ‘adentro’, empiezas a balancear la cosa, y eso es lo que yo en todos estos años he ido canalizando. Además, me he alimentado de las culturas de los países donde he estado”, reflexionó.

Aymée Nuviola es compositora, como su mamá y su padrastro. Una cuestión de don familiar.

Estudió música en algunas de las más importantes escuelas de música de Cuba. Es graduada de piano clásico, instrumento que siempre tuvo como su herramienta, como su confidente. “Empecé a hacer algo que no era bolero, porque bolerista no soy, con un piano con voz con swing jazzístico. Así después me uní a mi hermana en el dúo. Mi hermana tenía su estilo. Y después empecé a hacer música bailable. Creen que eso es lo que siempre he hecho, y no es así. Lo último que empecé a hacer es música bailable”, dijo.

“Pero mis orígenes vienen de eso de la música coloquial, del filin y esa cosa. Y actualmente en mi show sigo respetando eso. Hago mi música bailable, por supuesto, hago mis improvisaciones, que a la gente les encanta, pero siempre guardo un espacio para la canción, para esta cosa rica de la descarga”, refirió la cantante.

La actuación

Preguntada por otras artes de las cuales se nutre, confesó: “Me he incorporado recientemente, hará unos dos años, al teatro. Lo más reciente fue una obra, un monólogo que se llamaba “La Lupe en tres tiempos”. No sé si sabes que en Miami existe el llamado “microteatro”, que es una propuesta buenísima, para los que no son amantes del teatro es muy bueno acercarse a esta propuesta, pues apenas dura 15 minutos, se hace dentro de un conteiner, es una cosita pequeña, que no aburre. A mí me fascina el teatro”, aseguró.

Nunca me ha gustado peinarme

Una sonrisa amplia, franca, y un ‘pajón’ alborotado, caracterizan a Aymeé Nuviola: “A mí nunca me ha gustado peinarme. Siempre he sido una negra insurrecta. Desde Cuba, cuando nadie se afeitaba la cabeza, yo me la afeité. Después el pelo me fue creciendo, y me lo fui dejando como iba creciendo, y después fui variando, porque me aburro de verme igual. A veces me estiraba el cabello, o me ponía extensiones, y un día dije, para este disco anterior, mi estilista Tony Martínez, y mi esposo y mánager Pablo Simeón, empezamos a concebir la imagen de este modo”.

Ahora le llaman “La Sonera del Mundo”. ¿No te parece un poco pretencioso”, le preguntó DL. “¡Eso mismo pensé yo cuando me lo pusieron!” Y rió a carcajadas, como seguro hará entre canción y canción, esta noche, con Jochy Santos.