Ecotono: Una frontera natural vital para la conservación de los hábitats en República Dominicana
Cada vez más aumenta la presión sobre estas importantes zonas de transición
En el vasto entramado de la naturaleza, existe un concepto fundamental que a menudo pasa desapercibido pero que es vital para la salud de los ecosistemas: el ecotono. Este término se refiere a las zonas de transición entre dos ecosistemas diferentes, como el borde entre un manglar y el océano o entre una selva y una pradera.
Más allá de ser simples límites, los ecotonos son dinámicos puntos de encuentro donde la biodiversidad florece y la interacción ecológica se intensifica.
El término ecotono fue creado por el ecólogo y botánico estadounidense Frederic Edward Clements en 1905. La palabra proviene del griego “eco” (oikos, hogar) y “tono” (tensión), haciendo referencia a las tensiones ecológicas presentes en estas áreas de contacto.
En República Dominicana tenemos excepcionales ejemplos de ecotonos, como Los manglares de Montecristi. Este ecotono entre el océano y la tierra firme es crucial para la reproducción de peces y aves marinas. Otro ejemplo es la Laguna de Oviedo, en Pedernales, un ecotono donde confluyen ecosistemas acuáticos y terrestres, hogar de flamencos, iguanas, manglares y otras especies.
Así también la transición del bosque seco al bosque latifoliado y luego la transición al bosque de pino en Sierra de Bahoruco, una de las zonas con mayor biodiversidad y endemismo en el Caribe insular, ecotonos en constante amenaza por las actividades humanas.
La importancia de los ecotonos
Los ecotonos son mucho más que líneas divisorias. Son áreas donde se combinan especies de dos ecosistemas diferentes, generando una rica diversidad biológica. Además, muchas especies encuentran en estas zonas el refugio perfecto para su desarrollo y reproducción. Por ejemplo, peces, crustáceos y moluscos utilizan los manglares (un tipo de ecotono) como criaderos naturales antes de aventurarse a aguas más profundas.
Según la Convención de Ramsar, los manglares “proporcionan una variedad de bienes y servicios esenciales, incluidos los hábitats de especies importantes para la pesca comercial”.
A nivel global, los ecotonos también juegan un papel crucial en la conectividad ecológica, permitiendo el movimiento de especies y nutrientes entre ecosistemas. Actúan como zonas de amortiguamiento frente a desastres naturales, como huracanes e inundaciones, ayudando a reducir el impacto de estos eventos en las comunidades humanas cercanas.
Amenazas a los ecotonos
Estas zonas ricas en biodiversidad están bajo amenaza constante. En la República Dominicana, los ecotonos enfrentan múltiples desafíos, como la deforestación y urbanización, contaminación por residuos sólidos y el impacto por el cambio climático con el aumento del nivel del mar, la acidificación de los océanos y las variaciones en los patrones de lluvia, impactando la estructura y función de los ecotonos.
En la República Dominicana, la conversión de áreas naturales en espacios para agricultura, turismo o desarrollos residenciales ha degradado muchos ecotonos clave, siendo muchos de estos ecotonos zonas de amortiguamiento para áreas protegidas. Según Grupo Jaragua, “el desarrollo costero mal planificado ha sido por mucho tiempo una de las causas más significativas de pérdida de manglares”.
El ecotono y las zonas de amortiguamiento
El área de amortiguamiento de un área protegida tiene características y funciones muy similares a las de un ecotono, aunque no siempre son lo mismo. Ambas zonas comparten la importancia de ser áreas de transición, esenciales para mantener la conectividad ecológica y proteger la biodiversidad.
Las áreas de amortiguamiento suelen estar en los límites entre ecosistemas protegidos y tierras de uso humano, actuando como una barrera para minimizar el impacto de las actividades humanas sobre el área protegida principal.
Como en los ecotonos, en las áreas de amortiguamiento confluyen especies de ambos lados, convirtiéndose en espacios de alta riqueza biológica, ayudando a reducir la presión de actividades humanas como la agricultura, la ganadería, el turismo o la tala, protegiendo los ecosistemas centrales del área protegida.
Es importante resaltar que las zonas de amortiguamiento pueden servir como zonas de interacción sostenible entre comunidades locales y la naturaleza, promoviendo prácticas responsables que beneficien a ambos.
¿Por qué tratarla como un ecotono?
Porque mantener las áreas de amortiguamiento saludables y funcionales protege la transición entre lo protegido y lo intervenido, creando una barrera natural que asegura la sostenibilidad a largo plazo, tal como un ecotono lo hace en la naturaleza.
Proteger los ecotonos no es solo una cuestión ambiental, sino también económica y social. La salud de estas zonas garantiza la sostenibilidad de actividades como la pesca, el turismo y la agricultura, además de protegernos frente a desastres naturales. Según la UICN, “los ecosistemas de transición son esenciales para la resiliencia climática y deben ser prioritarios en las políticas de conservación”.
El ecotono es un recordatorio de que en la naturaleza no existen líneas rígidas, sino conexiones dinámicas que sustentan la vida. Su cuidado es una responsabilidad compartida que garantiza un futuro equilibrado y sostenible.
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