Parque Nacional Yasuní: ¿por qué Ecuador aún no ha cerrado los pozos petroleros del bloque ITT?

Ha transcurrido un año desde que una mayoría de electores ecuatorianos votó 'sí' en una consulta popular para dejar de explotar el petróleo en el Parque Nacional Yasuní

El gobierno ha convocado un referéndum, en la misma fecha de las elecciones presidenciales, para que los residentes decidan si dejar el petróleo bajo tierra, o extraerlo, en el Parque Nacional Yasuní. (AP)

El 20 de agosto de 2023, Ecuador hizo historia: consultados sobre la explotación petrolera en el Bloque 43 del Parque Nacional Yasuní, una joya de biodiversidad en la Amazonía, cerca del 59% de los votantes se pronunciaron a favor de dejar el petróleo en el subsuelo. 

La máxima instancia judicial del país, la Corte Constitucional fijo entonces un plazo de un año para ejecutar el resultado de la consulta. Pero hoy, los campos petroleros de Ishpingo, Tiputini y Tambococha del Bloque 43 ITT, siguen funcionando. Las instalaciones no fueron desmanteladas.

En 2023, los pozos del bloque Yasuní ITT ubicado en este parque nacional donde prolifera la biodiversidad, produjeron alrededor de 57,000 barriles de crudo al día, alrededor del 12% de la producción nacional de oro negro, por un valor aproximado de 4.8 millones de dólares diarios. 

Las autoridades del país no se han apurado para poner en marcha un plan de cierre de las instalaciones petroleras. Al contrario.

El presidente Guillermo Lasso indicó que era “imposible” aplicar la consulta, porque el país no podía prescindir de los ingresos petroleros generados por el parque. 

Y su sucesor, Daniel Noboa, que apoyó el cierre de la actividad petrolera en el parque Yasuní durante su campaña, cambió de opinión tres meses después de acceder a la presidencia y se dijo favorable para postergar la aplicación de la consulta debido a la urgencia de financiar la lucha contra la grave crisis de seguridad que enfrenta el país con las ofensivas de la delincuencia organizada. 

Noboa crea un comité

Mientras el poder ejecutivo dilató la aplicación de la consulta popular, el colectivo Yasunidos que reúne organizaciones sociales, ambientales e indígenas amenazaba con recurrir nuevamente a la Corte Constitucional para que se cumpliera la voluntad del pueblo.

En mayo de 2024 finalmente, el presidente Noboa creó un comité para el retiro progresivo de la actividad petrolera en el Bloque 43 ITT del parque Yasuní. El mandatario encargó a varios ministerios, la tarea de elaborar un plan para desmantelar las instalaciones petroleras en esta zona. 

“Ese decreto llega un poco tarde, porque ya falta poco tiempo para que tenga que ejecutarse el proceso de cierre, desmantelamiento y reparación”, reaccionó Esperanza Martínez Yáñez, abogada, bióloga, miembro de la ONG Acción Ecológica y figura del movimiento en contra de la actividad petrolera en el parque Yasuní.

“Teníamos conocimiento de que había muchas discusiones dentro de la industria petrolera para intentar dilatar la decisión. Ha habido muchas presiones de grupos económicos para intentar modular la decisión de la Corte (Constitucional), modularla o incumplirla”, observa Martíñez Yáñez.

Sin embargo, recalca que el decreto del mes de mayo “es un paso concreto que se dice que efectivamente se va a cerrar este bloque y establece que es la Corte Constitucional que hará el seguimiento de la aplicación de la sentencia y que esta comisión tendrá que presentar informes periódicos de los avances de cierre, a la Asamblea Nacional”.

Tras una larga batalla judicial para llegar a una consulta popular, los defensores del Parque Nacional Yasuní enfrentaron el escepticismo de los sectores políticos, económicos, reflejados en la prensa, adversos al fin de la explotación petrolera en el bloque 43 ITT. ¿Puede el Ecuador, un país endeudado en el FMI y azotado por el poder creciente de la delincuencia organizada prescindir de estos ingresos petroleros? 

“Hay economistas muy serios que han demostrado que las estimaciones que hacia el Estados sobre los prejuicios eran infundadas. Si usted toma en cuenta que cuando empezó la extracción, eran 80,000 barriles diarios, después se declararon 60,000”, responde Esperanza Martínez Yáñez.

Lo que pasa en este tipo de yacimientos de crudo pesado es que la declinación es muy rápida. El declive era inminente. El dejar de contar con estos recursos era inminente. Por otra parte, toda la industria petrolera tiene la obligación desarrollar un esquema de cierre, se llama el plan de abandono. Y nos toca ver como recuperamos la salud de los ecosistemas que han sido sacrificados”, señala Martínez Yáñez.

El goteo de petróleo, las fugas, la contaminación de las aguas, la deforestación, así como la invasión de territorios de pueblos waorani en aislamiento voluntarios son algunos de los impactos negativos de la industria petrolera en el Parque Nacional Yasuní, según los detractores de esta actividad.

Juan Bay, presidente de la Nawe, Nacionalidad Waorani de Ecuador, que representa a los pueblos autóctonos que comparten tierras con el parque Yasuní, lamenta que el decreto presidencial no asocie oficialmente a su organización al proceso de desmantelamiento de la actividad petrolera.

Desde la ciudad de Puyo, uno de los puntos de entrada a la Amazonía Ecuatoriana, el líder indígena, estima que el petróleo no ha sido sinónimo de desarrollo para los pueblos indígenas.  

“El pueblo Waroani tienen apenas 60 años de contacto de civilización. Y con éste, inició la explotación petrolera. En el Parque Nacional Yasuní inició hace 10 años. El petróleo ha traído problemas, la muerte, el cambio de identidad”, lamenta, en entrevista telefónica con RFI.

Ecuador enfrenta ahora el desafío ambiental de cerrar decenas de pozos petroleros en el parque Yasuní. La activista ambientalista Esperanza Martínez Yáñez pide también que se reparen los ecosistemas afectados por esta actividad.

Y a pesar de las resistencias de intereses económicos, el camino hacia el desmantelamiento de las instalaciones petroleras en el parque Yasuní podrían ser un modelo para un mundo que se deshace poco a poco de los combustibles fósiles como lo recomiendan los expertos del panel internacional sobre cambio climático.

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