Ministros inician negociaciones en Montreal para lograr un pacto por la naturaleza
El presidente chino, Xi Jinping, hizo un llamado a sellar un acuerdo que permita construir "una comunidad de toda la vida en la Tierra"
Los ministros de medioambiente del mundo entero comenzaron este jueves a tratar de acercar posiciones para alcanzar un pacto que salve la naturaleza en la próxima década, tras intensas y difíciles negociaciones en la conferencia de biodiversidad de la ONU en Montreal.
Cuando quedan pocos días antes de concluir la cumbre el lunes próximo, las miradas se posan en estos debates de alto nivel entre los gobiernos.
El presidente chino, Xi Jinping, hizo este jueves un llamado a sellar un acuerdo que permita construir "una comunidad de toda la vida en la Tierra" de aquí a 2030.
"Un ecosistema sano es esencial para la prosperidad de la civilización", agregó en un videomensaje el mandatario, cuyo país es anfitrión junto con Canadá.
Una veintena de objetivos se negocian con miras a rescatar los ecosistemas, restaurar las tierras degradadas y poner bajo protección el 30% de la Tierra.
Para lograrlo, los 196 miembros del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) de la ONU deben consensuar un "marco global de biodiversidad", pero hasta ahora persisten diferencias significativas entre los países ricos y los menos avanzados.
"Ningún acuerdo va a ser perfecto, pero es necesario garantizar un acuerdo mundial sólido, que ponga fin a nuestra guerra sin sentido y autodestructiva contra la naturaleza", afirmó Amina J. Mohammed, vicesecretaria general de la ONU.
"El declive de las especies no es inevitable. No es un camino sin salida. Podemos cambiar el curso de las cosas", lanzó por su parte el ministro canadiense de ambiente, Steven Guilbeault.
Los científicos advierten que debemos repensar urgentemente nuestra relación con la naturaleza, antes de que la explotación y depredación excesivas acaben confirmando lo que algunos temen: la sexta extinción masiva en la historia del planeta.
Pero como sucedió hace poco menos de un mes en la COP27 del clima de Sharm el Sheij, Egipto, el dinero monopoliza buena parte de las discusiones en la ciudad canadiense.
El tema de la discordia es la creación de un fondo para la biodiversidad, que respalde económicamente los esfuerzos para cubrir las metas del pacto.
Decenas de países, con Brasil a la cabeza, exigen "subvenciones financieras de al menos 100.000 millones de dólares anuales, o el 1% del PIB mundial hasta 2030". La cifra representa diez veces las ayudas actuales, y tanto como lo prometido para la lucha contra el calentamiento global.
Pero los países ricos son reacios a comprometer nuevos montos y abogan por reformar los mecanismos financieros ya existentes.
Voluntad política
En el corazón de los debates se encuentran varios temas candentes: la protección del 30% del espacio terrestre y del espacio marítimo mundial, una sensible mejora respecto al 17% y 8% actuales respectivamente.
Además, la eliminación de los millonarios subsidios perjudiciales para las especies, el apoyo a la pesca y la agricultura sostenibles, la reducción de los pesticidas y la reforestación.
Pero todos los objetivos dependen en alguna medida de garantizar mecanismos financieros para lograrlos.
"El grupo africano quiere llegar a un acuerdo con dinero sobre la mesa, otros países emergentes también, pero Brasil está utilizando la cuestión financiera para hacer descarrilar el proceso", confió un negociador occidental.
Según él, la delegación brasileña sigue en manos de los equipos del presidente saliente Jair Bolsonaro, que apoya a una agroindustria hostil a la reducción de pesticidas.
Pero los países del Sur que se han perfilado como ambientalmente ambiciosos también se hicieron oír: "A pesar de nuestros esfuerzos, nos preocupa profundamente la falta de un compromiso claro con la movilización de recursos", declaró el representante colombiano en la reunión sobre la crisis.
La actitud de los países avanzados "ha llevado las negociaciones al borde de la ruptura total", declaró el miércoles Innocent Maloba, experto de la ONG WWF International.
"Los países desarrollados, con su papel eminente en la crisis de la biodiversidad dado su nivel de consumo, tienen el deber de apoyar a los países en desarrollo, va en su propio interés".
Las necesidades son inmensas: el coste de una transición económica capaz de salvaguardar la naturaleza se ha estimado en unos 900.000 millones de dólares anuales, una cuarta parte para la conservación de las zonas protegidas y el resto para "ecologizar" la economía..
Zakri Abdul Hamid, fundador malasio del IPBES, el equivalente para la biodiversidad del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC), advirtió el miércoles a los ministros: "Lo que falta aquí es voluntad política y un consenso sincero sobre lo que hay que hacer".
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