Los pastores de Kenia buscan agua y esperanza bajo tierra
Encontrar agua subterránea en el Este de África sería una enorme ayuda para una región que trata de calmar su sed
Letoyie Leroshi caminó durante cinco días en busca de agua. Después de tres años de sequía en el condado de Samburu, Kenia, los lechos de los ríos estaban totalmente secos.
Entonces Leroshi encontró una zona de arena húmeda en la cuenca del río Ewaso Ng'iro. Reunió a otros pastores para cavar. Encontraron agua, y los entusiasmados jóvenes rompieron a cantar, una llamada tradicional a sus vacas y camellos.
Encontrar agua subterránea en el Este de África sería una enorme ayuda para una región que trata de calmar su sed. El cambio climático ha hecho la sequía más probable, pero como ocurre en buena parte del continente, la gente en África Oriental y el Cuerno de África no tiene los recursos para aprovechar los acuíferos de forma generalizada y eficiente.
Para Leroshi y otros pastores keniatas, la situación es desesperada.
“Hace cuatro años teníamos miles de cabezas de ganado cuando tuvimos poca lluvia”, dijo. “Hemos perdido cientos de animales y ahora tememos que si las lluvias vuelven a fallar, lo perderemos todo”.
Leroshi y otros pastores van armados y preparados para combatir si alguien intentar robarles.
“Todos los demás están armados también, y dispuestos a robar nuestro ganado”, dijo.
La organización benéfica británica WaterAid y el Servicio Geológico Británico descubrieron que África tiene suficiente agua subterránea como para que la mayoría de los países pasen al menos cinco años de sequía.
“El agua subterránea tiene un enorme potencial para la resiliencia a la sequía”, dijo Girma Ebrahim, hidrólogo del International Water Management Institute.
La agencia de Naciones Unidas para el agua estima que unos 400 millones de personas en África no tienen acceso a agua limpia.
Hace poco que Lmeshen Lekoomet, de 54 años, se marchó con los pocos animales que le quedaban a la familia en busca de pastos y agua.
Mientras la familia esperaba, su hijo de dos años fue hospitalizado por deshidratación y malnutrición severa. Lekoomet nunca volvió.
En las ciudades costeras de Dar es Salaam, en Tanzania, en 1997, y Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, en 2017, la sequía hizo que la gente empezara a utilizar el agua subterránea. En Etiopía, los pozos equipados con bombas manuales fueron la principal fuente de agua durante una sequía en 2015 y 2016.
África tiene 72 grandes acuíferos en gran parte sin explotar, según los científicos. Algunas comunidades agrícolas y ganaderas en la región ya dependen de pozos, excavados a mano y con equipamiento de energía solar.
“Es un cambio drástico”, dijo Edwin Macharia, director de programas para la agencia humanitaria Mercy Corps en Etiopía.
Sin embargo, otras regiones del mundo ofrecen motivos para la prudencia con ejemplos sobre cómo el uso inadecuado de los acuíferos puede empeorar la situación.
“No digo que no haya que utilizarlo”, dijo Philip Wandera, exdirector del Kenya Wildlife Service y ahora profesor sobre gestión de fincas en la Universidad Católica de África Oriental. Pero “el agua subterránea no es una solución rápida para la sequía actual. Si uno ha gestionado mal el agua en superficie, es probable que ocurra lo mismo con el agua subterránea”.
Apenas el 3% del terreno cultivado en el África subsahariana es de regadío, según Naciones Unidas. De esas tierras, apenas el 5% se riega con agua subterránea.
La prospección y construcción de instalaciones es imposible sin financiamiento. Muchos países fuera de África tenían dinero suficiente para crear bases de datos de acuíferos y mapas hidrológicos en la década de 1980.
“Los pequeños terratenientes, que son la mayoría de productores de comida del continente”, necesitan tecnología de regadío con urgencia, indicó Agnes Kalibata, que lidera la Alliance for a Green Revolution in Africa.
Pese a las preocupaciones por los acuíferos, Naciones Unidas dice que los recursos del continente apenas se ven afectados por el cambio climático.
“Millones de personas no tienen suficiente agua segura y limpia para cubrir sus necesidades diarias, mucho menos enfrentar la crisis climática”, dijo Tim Wainwright, director general de Water Aid en Reino Unido. “Los gobiernos, junto con el sector privado, deben utilizar la COP27 para acordar inversiones sobre el uso responsable del agua subterránea, con recomendaciones claras de gestión para controlarlo".
La gente en Samburu no puede esperar mucho más, y muchos pastores están a punto de perderlo todo.
“He perdido 30 vacas en dos semanas, y si sigue así, perderé muchas más. Nuestras mujeres e hijos también están muy afectados”, dijo Lemerwas Limayo, de 30 años. “La sequía devasta a todos los seres vivos”.
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