El plan de Pedernales pende del hilo del medio ambiente
Preservación de especies amenazadas y “falta de agua” entre los desafíos más serios del Proyecto de Desarrollo de Pedernales, que vive sus primeras pruebas de fuego
A las afueras de la gobernación de Pedernales, una manifestación progobierno se lleva a cabo y un hombre sostiene un colorido cartel escrito a mano que lee: “los cactus, los cambrones y las guasábaras no están por encima del hombre”. Su mensaje es crudo y resume en una línea el mayor desafío para el ambicioso proyecto de desarrollo de esta provincia, que es congeniar los beneficios económicos con la realidad medioambiental.
La teoría expuesta en el cartel y defendida por el grupo de manifestantes en el marco de la segunda audiencia pública sobre el “Plan de Desarrollo Turístico de Cabo Rojo, Pedernales”, realizada el viernes pasado en la ciudad cabecera de provincia, no es tan sencilla de ejecutar, a pesar del masivo apoyo popular.
La ejecución en “vía rápida” del plan de desarrollo de Pedernales, el proyecto provincial más ambicioso del gobierno actual, literalmente pende de un hilo cuando choca con la realidad medioambiental que tiene que atender y, sobre todo, respetar.
Los datos revelados en la audiencia pública son contundentes.
Más de 50 especies encontradas en el área del proyecto son endémicas de la isla o específicamente de la región, como el del Melocactus pedernalensis, un tipo de cactus propio de la provincia Pedernales.
El levantamiento agrega que, de las especies halladas, alrededor de 47 de ellas se encuentran en estado de amenaza y, por consiguiente, son parte de la Lista Roja Nacional o de convenios internacionales para la protección de especies o zonas vulnerables suscritos por la República Dominicana desde hace décadas.
A esa realidad relacionada a las especies endémicas o protegidas se suma el agua, un mayúsculo desafío al cual todavía no queda clara la solución, a pesar de las ideas para construir un acueducto, plantas desalinizadoras o buscar acuíferos subterráneos.
Además, la configuración de la zona escogida para la construcción de hoteles, una marina, un muelle de cruceros y centros comerciales, presenta en sí misma problemas de alta magnitud, pues en el mismo centro de la demarcación se encuentra un humedal con características particulares y hay estructuras o caminos que están dentro de los 140 metros necesarios para proteger la zona costera.
La vista pública
Esos datos no fueron presentados por ambientalistas u opositores a la propuesta gubernamental.
Los retos y detalles del proyecto fueron debatidos en momentos en que la Dirección General de Alianzas Público Privadas y el Fideicomiso Pro-Pedernales buscan el permiso ambiental para la primera fase del proyecto, que consta de cuatro en total y marcaría un antes y después para la provincia más pobre del país.
El viernes pasado, 29 de abril de 2022, fue realizada la segunda vista pública, en este caso sobre el estudio de impacto ambiental, en la Gobernación Provincial, donde se le presentó a la población la realidad de que la presencia de decenas de especies endémicas y amenazadas en la zona, la “falta” de agua potable y la configuración actual del terreno son algunos de los serios desafíos que enfrentaría la iniciativa.
El estudio fue realizado por la empresa especializada Empaca y busca que el Ministerio de Medio Ambiente emita la licencia necesaria para el desarrollo de la primera fase del proyecto, que comprende la zona del muelle en Cabo Rojo.
Los expertos de la empresa presentaron de forma resumida sus hallazgos, comenzado por el ingeniero Ernesto Rocamora, quien explicó las complejas características geológicas y geomorfológicas de la zona, además del análisis de precipitaciones e hidrogeología. A él le siguieron diversos científicos especializados en importantes áreas de conservación, quienes hablaron de forma neutra, pero dejando claro con los datos que el panorama requerirá de mucho cuidado con las prácticas de desarrollo.
Un refugio de especies
En el área del proyecto fueron identificadas 185 especies de plantas vasculares, distribuidas en 62 familias y 158 géneros, de acuerdo con Ricardo García, experto en botánica. De las especies presentes, 147 son nativas y 32 son endémicas de la Isla Española. De esas seis son naturalizadas.
Agregó que dentro del proyecto se identificaron 26 especies que están protegidas por la Convención Internacional sobre Tráfico y Comercio de Especies Amenazadas de Extinción (CITES), de la cual República Dominicana es signataria desde 1983.
El biólogo Jesús Almonte, quien pasó revista a los hallazgos sobre las aves en la zona, informó que fueron halladas 16 especies que se encuentran en la lista roja nacional y tres consideradas como amenazadas por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), dentro de las cuales se encuentran la yaguosa, el pato espinosa, el flamenco y la paloma ceniza.
El estudio registró la presencia de la rana Eleutherodoctylus pictissimus, cuyo hábitat es el manglar denso, una especie que se encuentra en alto riesgo de extinción a mediano plazo en estado silvestre. Además de este anfibio, los especialistas, liderados por el biólogo Cristian Marte, encontraron otras cinco especies amenazadas, las cuales, en su mayoría, son endémicas, como los reptiles Sphaerodactylus plummeri y Sphaerodactylus thompsoni, dos tipos de lagartijas endémicas de la zona y en peligro crítico de extinción.
Playa arenosa
Costa rocosa abrasiva
Praderas de fanerógamas
Arrecifes coralinos
El experto en biología marina Héctor Ramírez explicó que tras los estudios se notó el retorno de los erizos negros a los arrecifes coralinos, una especie que sufrió una mortalidad masiva hace 10 años, lo que contribuyó a la ruptura del equilibrio de los arrecifes de coral en la zona.
A ese cuadro, que sólo se concentra en la zona que ocupará la primera fase del proyecto, se añade un humedal que está en el corazón del área de desarrollo y que está protegido por el Acuerdo de Ramsar, un convenio internacional para la protección de humedales del cual República Dominicana es signatario.
Recomendaciones de mitigación
Las medidas de conservación no serán menores y, si se cumplen como estipulan las leyes y los reglamentos, podrían comprometer los planes del gobierno de comenzar a construir hoteles este año. El primer requerimiento será la protección de la franja costera.
“Para eso la Ley 64-00 estipula 60 metros, el proyecto considera 140. Es decir, una franja costera que permita un desarrollo adecuado para que los proyectistas, los que van a diseñar los hoteles, tengan que considerar para su diseño esa franja", expresó Miriam Arcia, gerente técnica de Empaca.
Citó la necesidad de una franja de amortiguamiento de humedal de 30 metros, donde no se pueda construir “absolutamente nada y, por supuesto, hay que proteger la franja de amortiguamiento de 300 metros del Parque Nacional Jaragua”.
Explicó que el primer desafío estriba en el ordenamiento del espacio, “es decir, darles a los proyectistas el espacio que ellos puedan usar, para que ellos puedan diseñar de forma adecuada los diferentes objetos de obras y cómo colocarlos en el lote que se les designe”.
El equipo ambiental contratado por la Dirección de Alianzas Público-Privadas y el Fideicomiso Pro-Pedernales enfatizó en la consideración de la situación ambiental actual que tiene la zona de Cabo Rojo. “Nosotros estamos heredando una extracción minera, un puerto, un almacenamiento de bauxita, toda una red vial menor de la franja costera, instalaciones fijas en la zona costera que tenemos que eliminar y que se hará en su debido tiempo”, explicó Arcia.
Sobre la vegetación y la fauna, la experta señaló que se hace imperativo concretar planes de salvamento para especies que son endémicas del espacio. “Con estos elementos (definición del espacio y resguardo de especies) ya gané 100 puntos, porque las otras medidas son temporales, siempre habrá polvo y ruido en fase de construcción”, añadió.
El reto de la basura y el agua
El manejo de la basura, la disponibilidad del agua y el tratamiento de las aguas residuales son otros de los puntos espinosos.
Los expertos contratados recomiendan, para el manejo de la basura, un proceso de reciclaje en origen. “Desde que salgan los desechos de los hoteles, debe venir la clasificación, para que al relleno sanitario que se ejecute vaya la menor cantidad de desechos”, manifestó Arcia.
El alcalde de Pedernales, Andrés Jiménez, reveló que se trabaja en un nuevo vertedero para el municipio, puesto que el actual se sitúa en la zona de amortiguamiento del Parque Nacional Jaragua, lo cual es irregular.
“Los estudios han expresado que debe retirarse este vertedero y hacerlo con todas las condiciones de lugar”, indicó Jiménez, quien agregó que se realizará otro levantamiento para establecer el lugar idóneo para el nuevo vertedero y la forma en que deben manejarse los desechos sólidos.
Sobre el agua, una pregunta quedó flotando en el aire: ¿hay agua suficiente para el proyecto?
Arcia explicó a Diario Libre que el Instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantarillados (Inapa) ha realizado estudios para evaluar toda la posibilidad del uso de agua en Pedernales, la cual incluye un acueducto exclusivo, desalinización y explotación de los recursos subterráneos, ya que en la zona no hay ríos que desemboquen en el entorno del proyecto. Además, el proyecto prevé la construcción de una planta de tratamiento para las aguas residuales.
“Hay numerosas medidas que se planteaban sobre el ahorro del agua y la energía. Había estudios anteriores, pero Inapa ahora lanzó un proyecto que tienen en licitación para evaluar toda la construcción del acueducto”, sostuvo la coordinadora técnica del estudio ambiental.
El escenario del agua no convence a los grupos ambientalistas, que entienden que el proyecto tiene un serio desafío para contar con el agua potable requerida para un desarrollo de la magnitud propuesta.
Yolanda León, presidenta del Grupo Jaragua, sostiene que no existen los niveles de agua potable requeridos para un desarrollo como el que se pretende.
“Desde hace años se realizan estudios, puesto que la población de Pedernales ha indicado que no tienen agua potable”, aseguró. “Dichos estudios han establecido que las cuencas disponibles están al límite y que para cualquier desarrollo adicional habría que buscar o agua de profundidad o pensar en desalinización y no hemos visto nada de esto en los estudios. Me parece que no hay agua”, agregó la también profesora del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (Intec).
¿Qué sigue para el proyecto?
Tras la presentación de los resultados, se esperará ahora por el visto bueno del Ministerio de Medio Ambiente, un paso que Arcia confía que será superado, aunque enfatiza en la necesidad de tomar las medidas para prevenir, mitigar, corregir y restaurar el espacio.
“Es un espacio que ya está comprometido ambientalmente por el uso inadecuado, pero si se maneja cumpliendo con todas las medidas establecidas en el programa de manejo va a lograr un desarrollo”, indicó.
Otro tema es la inversión, pues se necesitará de la inversión privada requerida para levantar la infraestructura que permita iniciar la construcción de los hoteles.
El gobierno asegura que las cadenas hoteleras Hilton, Marriott, Sunwing, AmResorts, Iberostar Group y Karisma Hotels & Resort han firmado cartas de compromiso para la construcción de ocho hoteles. El primero de ellos se comenzaría a levantar a finales de este año.
Yolanda León no lo tiene tan claro y afirma que “tengo entendido que no hay ningún inversionista interesado y dudo que lo vaya a ver, porque es un área que no tiene agua, que está sobre un humedal; hay empresas que no van embarrarse con un sitio del convenio de Ramsar (para proteger los humedales), no lo veo que va tan rápido”.
Según León, de la marina y terminal de cruceros que se prevén para el proyecto se conoce muy poco y las autoridades manifestaron en la vista que “en su momento” tratarían el tema.
¿Cómo se hará el proyecto?
El gobierno ha apostado por comenzar el desarrollo en Pedernales a través de una alianza con el sector privado mediante el Fideicomiso Pro-Pedernales, suscrito por el Estado dominicano y la Fiduciaria Banreservas, S. A. Este mecanismo tendría la facultad de buscar la financiación para esta obra, que a todas luces tiene visos faraónicos, pues requerirá de una inversión de US$2,245 millones en un periodo de 10 años y cuatro fases de desarrollo total.
El gobierno se encargará de construir la infraestructura necesaria para el éxito del plan, como los servicios de agua, electricidad, conectividad digital y vial, puertos y aeropuertos, entre otros. Gracias a este proyecto, por ejemplo, Pedernales dejará de ser la única provincia no conectada a la red nacional de electricidad y contará con banda ancha de última generación. Mientras, la empresa privada se encargará del desarrollo de instalaciones turísticas de clase mundial, como marinas, campos de golf y hoteles.
En la primera fase se prevé una inversión de 1,300 millones de dólares para la construcción de 4,700 habitaciones, las cuales llegarán a 12,000 cuando el proyecto esté completado en sus cuatro fases.
Las cadenas hoteleras Hilton, Marriott, Sunwing, AmResorts, Iberostar Group y Karisma Hotels & Resort han firmado cartas de compromiso para empezar la construcción de ocho hoteles a partir de mediados de este año. Otro grupo está pendiente de sumarse a la lista.
La primera fase ocupará 800 hectáreas de las 3,800 que se ocuparán en Cabo Rojo. Allí se construirán los hoteles, un muelle para cruceros, una marina, centros comerciales y un campo de golf con villas.
El calendario de trabajo inició y las construcciones se empiezan a ver, como las carreteras, cuyos trayectos han sido marcados, o la red eléctrica y de conectividad digital, que fue instalada.
La ambición del gobierno es que para finales de 2023 la zona esté lista para recibir los primeros turistas, incluyendo 5,000 viajeros de cruceros al mes.
¿Cómo valora el proyecto la población de Pedernales?
El antropólogo Francisco Cáceres presentó los resultados de una encuesta a más de 400 personas de Pedernales sobre su impresión del proyecto y aseguró que más del 90% de los consultados apoya su ejecución, incluyendo un sector que condiciona ese respaldo a que se respete el medioambiente y que haya oportunidades de trabajo para los residentes de la provincia.
La encuesta también mostró el nivel de esperanza de la población de que la iniciativa genere desarrollo para Pedernales.
Hay, como todo en la vida, sectores que se perjudicarán y que esperan ser atendidos, como pasa con los pescadores de Cabo Rojo.
Sentados bajo la sombra de los árboles, unos tejiendo sus redes y otros recostados en sus tiendas de campaña o hamacas, los pescadores de Cabo Rojo se preguntan qué será de su modo de vida con todo este proyecto de desarrollo.
Diario Libre conversó con ellos y su esperanza es que sean reubicados en alguna zona especial y no les quiten su modo de ganarse la vida. Aseguran que en un día pueden sacar hasta 50 libras de pescado, que venden a 160 pesos en promedio por cada una, con clientes que llegan desde Pedernales, Barahona y Baní.
Entre los pescadores se encontraba Rafelito, un banilejo que salió de su tierra natal en 1984 y que desde entonces se gana la vida pescando en la zona, aunque no es el pescador más veterano. “Hay quienes tienen más años que yo aquí”, sostuvo.
En el otro lado, están quienes defienden el plan a ultranza, como los manifestantes que tomaron la plaza al frente de la sede de la vista pública.
"Nosotros entendemos que solo Dios evita el desarrollo de la zona más pobre del país. Ahora que hemos encontrado un presidente que tiene la voluntad política para desarrollar esta zona, no vamos a permitir que nos roben el sueño", indicó Rubén Matos, asesor legal de la Asociación de Propietarios de los Terrenos Turísticos de Pedernales, que realizaron la manifestación para defender el proyecto. “Queremos desarrollo y empleos. Queremos avanzar, al igual que las demás provincias", agregó Matos, quien sostuvo que hay más de ocho mil miembros de su organización que respaldan la iniciativa.
Entre ellos está el hombre serio y de mirada penetrante que carga el colorido letrero en el cual deja claro que el medioambiente no va por encima de los hombres. Su afirmación, sin embargo, chocará con los compromisos internacionales de República Dominicana de proteger las especies en peligro de extinción por encima del desarrollo económico, una decisión que queda en manos del gobierno y que, como dice la canción, “no será fácil”.
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