Energías renovables: la tarea pendiente de los Estados

Uno de los principales retos pendientes que tiene la humanidad es lograr producir toda la energía eléctrica que consumen a través de fuentes renovables, que lleven a disminuir la producción de dióxido de carbono a la atmósfera y así evitar una catástrofe medioambiental, y al parecer la energía nuclear podría ser la solución.

La producción de energía nuclear se encuentra dentro de la lista de fuentes renovables que son amigas del medio ambiente como también lo son la solar, eólica, hidráulica, de biomasa y biogás.

Para explicar cómo funciona la producción de energía nuclear tomo la descripción del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) Español que reza de la siguiente manera “en la fusión nuclear, la energía se libera cuando los núcleos de los átomos se combinan o se fusionan entre sí para formar un núcleo más grande. Así como el sol produce energía. En la fisión nuclear, los núcleos se separan para formar núcleos más pequeños, liberando energía.”

Dentro de los beneficios que supone la producción de energía nuclear está que es una de las menores fuentes de producción de dióxido de carbono que existe. También es una de las fuentes más eficientes en cuanto a costo-efectividad; y además, de que puede ser escalable de acuerdo con la demanda.

Bill Gates en su libro “Cómo evitar un desastre climático” destaca la utilización de energía nuclear como la mejor solución. Dentro de los beneficios que destaca Gates se encuentran que de todas las energías renovables que existen la nuclear es la que más watts genera por metros cuadrados, entre 500 y 1,000 por metros cuadrados.

Además, explica que esta opción es la más eficiente en cuanto a la producción de la infraestructura como tal.

Probablemente se estén preguntando por qué si existen tantos beneficios los países no invierten en el desarrollo de esta fuente de energía; la respuesta que plantea Gate es que, por el temor a los desastres nucleares ocurridos, la inversión en investigación y desarrollo disminuyó, evitando una mejora en la producción y en la disminución de costos.

Hubo una acelerada inversión en la producción de energía nuclear durante principios de la década de los 80’s, hasta la catástrofe de Chernóbil en 1986.

Sin embargo, algunas de las principales potencias mundiales han mantenido el desarrollo de energía nuclear.

Estados Unidos es el país que más energía nuclear produce con unos 789BkWh equivalentes al 19.5 por ciento del total de su energía. Mientras que Francia (379BkWh) produce el 68 por ciento de su electricidad a base de energía nuclear.

Otros productores son China (366BkWh) con un 4.8 por ciento del total de su producción; en Rusia (215BkWh) esta representa el 21 por ciento del total que producen; y en Corea del Sur (152BkWh) equivale al 27 por ciento, según datos de la Agencia Internacional de Energía (IEA).

Pero no todo es color de rosa en el sector, este año Alemania tomó la decisión de apagar su planta nuclear debido a problemas de producción, ocasionando que dentro de los 38 países que conforman la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OECD por sus siglas en inglés) se estableciera el más bajo nivel de producción en la historia por esta fuente renovable, con una baja de un 4.1 por ciento.

Mientras que datos de la Agencia Internacional de Energía (IEA) aseguran que la producción de energía de parte de fuentes renovables fue clave para ocasionar el mayor aumento en la generación de energía; siendo las fuentes solares (20.2%) y eólicas (21.4%) las de mayor crecimiento.

Un dato importante es que la producción de energías renovables se mantiene incrementando año tras año a un paso de un 6.2 por ciento, según datos de la IEA.

Sin embargo, a pesar de este crecimiento todavía las energías renovables no son la principal fuente de producción de energía a nivel global, por lo que la aceleración en la producción de fuentes amigas del medio ambiente se ha convertido en una prioridad.

El debate sobre invertir en investigación y desarrollo para la producción en energía nuclear sigue estando presente dentro de la comunidad científica y los gobiernos, y muchos aseguran que es una necesidad para darle solución a la crisis climática y eléctrica.

Mientras este debate continúa, la conclusión es que los Estados deben de continuar con la inversión en el desarrollo de energías renovables, en el largo plazo es la única solución para evitar una catástrofe medioambiental.