Una madre consternada
De las "Cartas al Presidente" que publicamos en las ediciones diarias, extraigo la que presento a continuación como muestra de la incapacidad del Estado de atender las necesidades de la gente, de cómo el Estado ha dejado de ser un protector para convertirse en delincuente.
La carta dice así: "buscando defender los derechos de mi hija, menor de edad, me dirijo a una Fiscalía, donde me hacen el procedimiento de lugar para apresar a su padre, ya que tiene una pensión alimentaria que no cumple. En dicha fiscalía me entregan una orden de captura, pero sin un policía asignado para proceder al apresamiento, teniendo yo que disponer de unos tres mil pesos para que un policía, de un destacamento cualquiera, me dé el servicio.
A mí me cobraban esta cantidad ya que el monto a recibir era poco, pero si una orden de arresto tiene una deuda mayor, dichos policías cobran un treinta por ciento del valor total, dinero que es de nuestros hijos y que muchas veces es para pagar deudas contraídas por el incumplimiento de dichos padres.
Es indignante que uno tenga que lidiar con padres irresponsables, pero es más indignante que pagando impuestos para recibir un servicio decente, tenga que invertir para reclamar sus derechos.
Los policías usaban como pretexto que para desplazarse tienen que comprar gasolina: ¿esto no le corresponde al Gobierno?
¿Para qué crear un sistema de ley incompleto? ¿Por qué todo lo de este país en el sector público tiene que ser un negocio?
atejada@diariolibre.com
Es indignante que uno tenga que lidiar con padres irresponsables, pero es más indignante que pagando impuestos para recibir un servicio decente, tenga que invertir para reclamar sus derechos.
Los policías usaban como pretexto que para desplazarse tienen que comprar gasolina: ¿esto no le corresponde al Gobierno?
¿Para qué crear un sistema de ley incompleto? ¿Por qué todo lo de este país en el sector público tiene que ser un negocio?
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