PRD: la unidad como cambio de paradigma

Un paradigma es un conjunto de supuestos implícitos que no se someten a evaluación; de hecho, esencialmente, son inconscientes. Son parte de nuestro modus operandi como individuos, como sociedad.

Lo que sucede en el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) no es extraño a la sociedad dominicana, es un resultado de nuestros paradigmas. Es lo que sucede en múltiples clubes y asociaciones sociales, empresariales, profesionales y deportivas. Son incontables los ejemplos que tiene nuestro país, que van desde empresas familiares hasta juntas de vecinos.

Es un modelo de interacción humana, que subyace en el inconsciente colectivo del pueblo dominicano, y de todo el planeta que está haciendo estragos. Desde el movimiento ultraconservador denominado el "Tea Party", en Estados Unidos, hasta grupos de izquierda en República Dominicana y América Latina.

Si partimos de la premisa que sostienen experimentados sociólogos, "culturólogos" y antropólogos, de que el PRD es lo que más se parece al pueblo dominicano, y viceversa; tenemos que esta gran organización política ha sido la caja de resonancia de nuestros paradigmas (supuestos inconscientes) de cómo concebimos y abordamos los proyectos colectivos. En fin, de cómo generamos nuestra interacción humana para la consecución de objetivos "comunes". La evidencia indica que los actores políticos en nuestro país han tenido seria incapacidad para manejar las diferencias, los matices y los disensos.

Esta incapacidad se hace más visible en la política, por ser ésta la que construye la historia de las naciones y estar, supuestamente, nutrida por el pensamiento y la acción estratégica, entendiendo ésta como la ciencia de la elección y de la acción humana. Es decir, aunque la política es la República de los Egos, hablar de ella, como proceso estratégico, en un contexto democrático, es hablar de procesos de influencia y articulación social.

La estrategia, como disciplina, tiene unos 2,500 años de existencia. Nació para enfrentar el conflicto mayor: la guerra.

Se ha sustentado, la estrategia, en tres grandes paradigmas. El primero, por supuesto, el paradigma militar. Ha sobrevivido y se ha renovado, hasta nuestros días.

En los últimos 100 años, la estrategia, ha tenido dos grandes saltos paradigmáticos, el paradigma Científico Matemático y el Económico Managerial.

La acción política moderna, desde las campañas electorales, hasta la gestión de crisis, utiliza la visión que integra los tres paradigmas, en especial los dos últimos. Pero en nuestro país, el paradigma prevaleciente es, exclusivamente, el militar. Que no le extrañe al lector saber que en ninguna escuela de Derecho de la República Dominicana se estudia la estrategia como teoría, ciencia y disciplina. Ni hablar de otras facultades.

No se trata de las teorías políticas, sociales y económicas, que se estudian, las que están fracasando o teniendo éxito. Son los paradigmas en que se sustentan estas teorías las que permiten su éxito o su fracaso. Es importante comprender que una teoría se parece a un paradigma, pero no lo es. La teoría es consciente, es una idea que se establece para explicar cómo actúa algo, como por ejemplo, la teoría de la evolución de Darwin. Hay que ponerla a prueba, demostrarla o refutarla, apoyarla o cuestionarla, por experimento y reflexión. El paradigma, tal como expresé anteriormente, es inconsciente, implícito, no está sometido a evaluación. Por eso afirmo que no son las ideologías las que han fracasado, sino los paradigmas científicos sobre los cuales éstas se han sustentado.

En el PRD está colapsando el paradigma de interacción política. Este ha sido mi discurso y acción política, por eso le he creado Mesa de Unidad y Concertación, he sido mediador de múltiples procesos y promotor de la unidad, no sólo por principios, sino como acción estratégica de hacer política. Como una forma de introducir un cambio de paradigma donde tendremos más y mejores resultados.

Es por ello que he creado estos mecanismos antes citados, como forma idónea para la transición hacia nuevos paradigmas de interacción política, gestionar el proceso de cambio y construir sobre la base de nuevas estrategias. La alternativa es el colapso. Y un colapso en el PRD es un colapso en el sistema democrático, pues es el único eje político que encarna la oposición capaz de aglutinar, articular fuerzas y, sobre todo, hacer operativo el sistema.

Por eso afirmo, PRD unido, PRD con la gente, es salvar la democracia dominicana.

En política no existe el vacío, y la ausencia del PRD, como opción de poder, como partido de oposición en el juego democrático, implica el unipartidismo, capaz de hacerse oposición a sí mismo, de encarnar "el cambio" en sí mismo, entonces se profundizarán las condiciones para una autocracia partidaria con ropaje democrático. Y eso, sí es peligroso, porque mientras colapsa el paradigma en una parte del sistema, en otra se entroniza el viejo paradigma autoritario, impositivo, corporativo.