Pedir prestado

Zapatero, el ex presidente socialista español, ha dejado a más de uno con la boca abierta, al declarar que si hubiera ahorrado más y pedido menos dinero prestado, España no sufriría ahora tanto.

Lo que es de sentido común para cualquier ciudadano parece ser una conclusión a la que un político llega sólo cuando ha dejado el poder. (¿Cómo lo hacen? ¿Se levantan, van al palacio de turno, miran a sus ministros y sentencian "el que venga atrás que arree"?)

Vivir de pedir prestado cada día no es algo que se recomiende ni en los niveles más básicos de la existencia, así que debe ser una asignatura aprendida en las "universidades de políticos".

¿Cómo saldremos de esta situación mundial? ¿Alguien tiene un plan B? ¿Algún líder apunta una dirección creíble en la que se atisbe la luz al final del túnel?

Cuando las ideologías "no habían muerto", podíamos pensar que la izquierda tendría una propuesta y la derecha otra. Ahora no nos queda ni siquiera esa salida. Tanto unos como otros han encontrado en "los mercados" un culpable favorito.

Han fracasado los políticos en su gestión, los reguladores en su misión, los supervisores en su mandato. Tampoco los intelectuales parecen tener ideas que muevan a la acción.

¿Cuán lejos estamos de que nos afecte aquí esa situación? Porque un sistema político basado en el tráfico de influencias y el clientelismo no tiene perspectivas más optimistas que las de los gobiernos que hoy sufren la crisis en Europa.

(¿Hemos llegado al sálvese quien pueda?)

IAizpun@diariolibre.com