Negocios

Vivíamos defendiendo la separación de los tres poderes; el legislativo, el ejecutivo y el judicial.

Basábamos nuestra idea de la democracia y de la libertad del individuo frente al poder del Estado en esta independencia de los estamentos. Pero poco a poco, (lo hemos visto, tampoco es que estuviéramos ciegos), estos tres poderes han buscado y controlan las fronteras del poder económico y ya es difícil distinguir los negocios de las leyes, los reglamentos de las inversiones, el "peaje" de las tasas.

Nunca como ahora (aquí y fuera de aquí) los políticos se habían mostrado tan ansiosos de dinero.

El poder era su debilidad en otras épocas. Ahora, a la franca, piden dinero. Para conceder permisos, para otorgar licencias, para aprobar inversiones.

Ellos han cambiado las reglas de su juego, pero los votantes seguimos manejando las antiguas. Nosotros votamos legisladores, ellos manejan negocios. Nosotros elegimos de acuerdo a programas políticos, ellos se reparten sectores económicos. Nosotros votamos alcaldes, ellos son una corporación.

Nos piden el voto localmente, para hacer sus negocios globalmente.

La pregunta es... ¿hay salida, se puede desmontar este organigrama de intereses económicos a base de votos? ¿Tendrán algún día los empresarios el valor de plantarse y no pagar sobornos, los ciudadanos el de rechazar a los corruptos, los políticos honestos de denunciar a sus compañeros? (Y no hablemos de "valores"... ¡es que no da para más!)

IAizpun@diariolibre.com