El dilema de las tres causales

El debate sobre el aborto es uno de esos que no tienen fin. A la Humanidad le ha costado mucho ponerse de acuerdo en su tratamiento, como ocurre con otros problemas globales, como la pobreza, el cambio climático, la producción de armas, el extremismo regligioso, la explotación laboral, las pandemias y por ahí podría seguir la lista.

La República Dominicana no es, entonces, la excepción al exasperarse cuando este espinoso tópico de la vida en sociedad sale a flote, y por estos días, en una entrevista con el diario español El País, el presidente Luis Abinader revolvió el avispero en un mal momento.

“Pienso que tiene que haber causales que permitan la interrupción del embarazo... Incesto o violación, riesgo de la vida de la madre o que el feto tenga una malformación incompatible con la vida”, dijo Abinader a El País.

La postura del presidente ha sido sometida a un duro ataque por los dos extremos encontrados en este controvertido tema. Los que apoyan el aborto lo consideran conservador y los que lo rechazan ven al presidente Abinader como un liberal. Eso es lo que pasa, claro está, cuando se quiere ser de centro, como el propio mandatario dice en la entrevista.

Ahora, ¿es correcta la posición de Abinader? Yo pienso que sí. En un país tan conservador como este, aspirar a algo más allá, como creo que debe ser, sería una ilusión y opino que su apoyo al teorema de las tres causales es una salida justa a un tema candente, o sea, es un paso adelante.

Igualmente, soy de la creencia de que el aborto, como pasa en las sociedades avanzadas, debe ser un tema escrictamente de decisión de la mujer, libre de presiones sociales, religiosas, políticas y penales. Pero ese es un debate para el cual creo que, respetuosamente, República Dominicana no está lista.

Periodista puertorriqueño y Subdirector de Diario Libre. Ganó el Premio Nacional de Literatura Puertorriqueña, Categoría Periodismo, en 2018, por sus columnas en el periódico El Nuevo Día, del cual fue Director Asociado.