Dinero perdido

Dinero perdido

La llamada comunidad internacional tiene muchas razones para estar recelosa a la hora de lanzarse a brindar ayuda a Haití en su batalla por lograr una institucionalidad a largo plazo.

La cifra brindada por la Unión Europea (UE) sobre la ayuda de ese organismo y de sus estados miembros es todo un escándalo. Sobre 1,000 millones de euros en un bloque de seis años, un dinero perdido que, a claras luces, ha sido desviado para fines ajenos a la mejoría de la institucionalidad.

A esa cifra hay que añadir la multimillonaria asistencia humanitaria de Estados Unidos y los fondos allegados al país a través de organizaciones sin fines de lucro internacionales. Meter más dinero en Haití, por consiguiente, no es una solución viable para nadie, porque simplemente se lo van a robar todo bajo el escenario actual.

La ruta pedida por los presidentes de República Dominicana, Panamá y Costa Rica, de ordenar una misión que ayude a la policía hatiana a recuperar su institucionalidad, tampoco resolverá nada, como no lo resolvió la extensa misión de la ONU en ese país.

La solución haitiana parte de un aspecto fundamental y es cortar el poder que el narcotráfico y el tráfico de armas ha conseguido en esa nación. Me parece que el foco inicial del problema haitiano parte por desmontar el narcoestado que a todas luces reina en Haití.

Desmontado ese sistema, lo cual la comunidad internacional puede hacer con relativa facilidad, entonces se podría reformar la policía nacional y comenzar un proceso de retorno a la institucionalidad que será lento y complejo, pues al narcotráfico y al tráfico de armas les siguen la corrupción pública y la oligarquía todopoderosa, dos aspectos del tema haitiano igualmente complejos.

No hay soluciones fáciles para Haití, eso es obvio.

El diario The New York Times, sin embargo, publicó un escandaloso reportaje que muestra, con nombre y apellidos, cómo el narcotráfico gestó el asesinato del presidente Jovenel Moïse. Las señas en ese artículo están claras, sólo queda que le pongan el cascabel al gato y se dé el primer paso.

Periodista puertorriqueño y subdirector de Diario Libre. Ganó el Premio Nacional de Literatura Puertorriqueña, Categoría Periodismo, en 2018, por sus columnas en el periódico El Nuevo Día, del cual fue director asociado.