10,000 deportaciones

Este operativo busca reducir el exceso de población migrante que se percibe en las comunidades dominicanas

“Se acordó la ejecución inmediata de un operativo de repatriación con el objetivo de repatriar hasta 10 mil migrantes por semana. Este operativo busca reducir el exceso de población migrante que se percibe en las comunidades dominicanas, y se llevará a cabo bajo estrictos protocolos que aseguren el respeto a los derechos humanos y la dignidad de los repatriados”.

Eso dice el comunicado del gobierno develado ayer en el Ministerio de Defensa, el cual, primero que nada, reconoce el problema de la inmigración ilegal en el país y admite que, como mínimo, debe haber 10,000 haitianos indocumentados en la República Dominicana. Claro, todos sabemos que son muchos más, porque la aspiración es deportar a esa cantidad por semana, lo que implica que el número es insospechado. Para cumplir con esas cifras, el gobierno deberá peinar comunidades enteras, particularmente en las zonas de mayor actividad económica, como el Gran Santo Domingo, la línea turística del Este y el Cibao. Igualmente, se tendrá que meter en las plantaciones agrícolas de arroz, caña, frutas y vegetales, o en las crianzas de animales. Como he escuchado decir al ministro de Agricultura, Limber Cruz, que aquí la agricultura la mantiene la mano de obra haitiana, pues habrá que ver lo que ocurre en ese importante rubro de le economía. Lo mismo pasará en otras áreas, como la construcción y el turismo, por ejemplo.

El problema de la migración ilegal haitiana -enfatizo en el concepto “ilegal”, porque con los legales no debería haber inconveniente- estriba en tres puntos que están muy claros: la crisis en Haití, que provoca la emigración; la corrupción en la frontera, que ha convertido en un lucrativo negocio el tráfico de migrantes, y la oferta de trabajo en la República Dominicana, pues los haitianos saben que si vienen, alguien los contratará. Con el primer punto se hace lo que se puede, no se puede controlar, pero los otros dos sí pueden ser frenados perfectamente, porque si al haitiano no lo dejan pasar por la frontera, no tendrá que ser deportado, y si pasa, sabiendo que no tendrá trabajo, pues es muy probable que desista de cruzar desde el inicio. ¿O no?

Periodista puertorriqueño y subdirector de Diario Libre. Ganó el Premio Nacional de Literatura Puertorriqueña, Categoría Periodismo, en 2018, por sus columnas en el periódico El Nuevo Día, del cual fue director asociado.