¿Qué pasa en PR?

En mi país hay elecciones este año

En mi país hay elecciones este año. Como buena colonia, la hacemos el mismo día que en Estados Unidos, aunque no podemos votar por el presidente de la nación de la cual somos ciudadanos, pero ese no es el tema a discutir hoy.

Más bien, responderé por qué en Puerto Rico las cosas no se mueven y se sorprenderán de la respuesta. El problema fundamental para que Puerto Rico siga sumido en  la política baja y en la falta de consenso social tiene nombre y apellido: Thomas Rivera Schatz. Este señor es un político que fue presidente del Senado y que ha tomado de facto, mediante mecanismos de dudosa legalidad, el control de los tribunales y las agencias llamadas a fiscalizar la corrupción pública, el narcotráfico y los procesos de contratación gubernamental.

Con una mente maquiavélica y el apoyo de una banda de vividores del Estado, se ha convertido en el poder detrás del trono del Partido Nuevo Progresista (PNP), el mayor en el país, y ha instaurado una política de terror contra todo el que se le oponga, a la cara de las autoridades federales y con la anuencia de muchos de sus seguidores, quienes creen todo lo que dice. Rivera Schatz es un tipo con el perfil de Donald Trump. Es mentiroso, arrogante, demagogo, vengativo y muy resentido. Su gran sueño de ser gobernador de Puerto Rico nunca se pudo cumplir, porque así como logra unir a la mayoría de los integrantes del PNP, consigue que el resto del país se una en bloque para impedir su ascenso. Así que, tras resignarse a la realidad de que nunca será gobernador, se ha dedicado a ser quien manda en la trastienda del mayor partido.

En Puerto Rico se sabe que él sabotea todo intento de paz social, que miente descaradamente cuando asegura que seremos alguna vez un estado de la Unión, que no permite que un proyecto se concrete sin que reciba lo que quiere y que se comporta como si fuera “El Padrino”. ¿Por qué el FBI no lo ha metido preso? Esa es la pregunta que nos hacemos muchos. Se sabe que ha sido investigado, pero no han podido llegar a él. Mientras, sigue con su impunidad, haciendo daño a todo el que puede. Pero hace unos días cometió un error, se metió con Bad Bunny, el reguetonero. Y creo que por ahí abrió una cabeza de playa que le costará, lo cual deseo con toda mi alma.

Periodista puertorriqueño y subdirector de Diario Libre. Ganó el Premio Nacional de Literatura Puertorriqueña, Categoría Periodismo, en 2018, por sus columnas en el periódico El Nuevo Día, del cual fue director asociado.