Bad Bunny
Como puertorriqueño, ¿me tiene que gustar la música de Bad Bunny porque es boricua?, pues la respuesta es que no
Bueno, lo voy a decir directo y sin tapujos: a mí no me gusta la música de Bad Bunny y soy puertorriqueño. Eso no significa, claro está, que no me guste lo que Bad Bunny represente para mi país, aunque obviamente podría haber gente que tenga una posición contraria a la mía, que le guste su música y no lo que representa. Y existe, también, una gran mayoría que les gusta las dos cosas.
Entonces, como puertorriqueño, ¿me tiene que gustar la música de Bad Bunny porque es boricua? Pues la respuesta es que no, como tampoco tuviera que gustarme lo que representa, si ese fuera el caso. Eso se llama libertad de pensamiento, la cual está consagrada como uno de los derechos absolutos de los seres humanos en cualquier sociedad que se haga llamar democrática. Porque gracias a esa libertad de pensamiento es que Bad Bunny puede hacer lo que quiera y representar lo que entienda es justo.
Tampoco me gusta la música de Tokischa, aunque comparto algunas temáticas de lo que representa, como su defensa de la comunidad gay. Creo que su música no es para mí, que a mis 50 años tengo el derecho de escuchar la música que me dé la gana, como lo tiene cualquier dominicano de estar a favor o en contra de ella, como la presentadora Pamela Sued, a la cual le cayeron arriba los “Tokischa Fans” por decir que no le gusta su música.
Pamela Sued tiene derecho a decir que no le gusta Tokischa y que le gusta Bad Bunny, porque se trata de eso, de gustos, y si en esta sociedad nos vamos a poner a regular los gustos, pues vamos por mal camino. Me parece que hay mucho blandengue suelto por ahí, que se ofende de nada y que opta por atacar al prójimo de manera ligera, sin entrar en los argumentos profundos de su posición.
Al que le guste Bad Bunny, se lo celebro, porque tener a un boricua a ese nivel me llena de orgullo, aunque no disfrute su música. Que haya quien vea a Tokischa como una nueva estrella, maravilloso, pero igual derecho tiene quien opine lo contrario. Lo que no se puede perder es el respeto, que, como decía Benito Juárez, es la paz. Ojalá se entienda mi punto, para que no me pase como Pamela.
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