¡Déjame dormir mamá! : De los parlamentarios de allá a los diputados de acá

(A todos los candidatos a diputados)

Hace aproximadamente quince años recibí, vía correo electrónico, un singular poema titulado «Déjame dormir mamá» (2008), de indiscutible acento epigramático, copia del cual aparece al pie de estas notas. El poema lo disfruté bastante, no sólo por el fino humor y la aguda sátira que laten en cada uno de sus versos, sino porque su lectura me enseñó que la conducta de los legisladores parece ser la misma en todas las naciones del mundo. O, lo que es lo mismo, que los diputados y senadores de allá se comportan igual que los diputados y senadores de la República Dominicana.

La susodicha composición entraña una fuerte crítica al Parlamento español y fue publicada el 3 de noviembre del 2008 por el poeta, periodista, humorista y profesor español José Aguilar Jurado, mejor conocido por el seudónimo de Fray Josepho de la Tarima. Vale resaltar esta idea, ya que por error se ha escrito que el autor del muy aleccionador poema fue el religioso franciscano español Fray Junípero Serra (1713-1784), esto es, que fue compuesto en el siglo XV111, período en el que aún no se conocía el término estrés, el cual aparece en los versos que lo conforman

¿De qué trata el poema?

Cuenta la historia  de un diputado español que en lugar de dirigirse al Parlamento   a cumplir con sus funciones, prefería quedarse durmiendo en su  casa, por las siguientes razones : porque allí, en el Parlamento,  no hacía falta; porque ser parlamentario le producía cansancio ; porque en caso de faltar, ninguna sanción recibiría; porque muy poco le importaba lo que de él dijeran ; porque de su función legislativa, solo le importaba  el salario y las dietas que recibía y, finalmente, porque al Parlamento solo se va a votar por lo que otros propongan y a “dormir en el escaño”  

En nuestro país, los diputados, además de quedarse durmiendo en sus casas cuando les corresponde sesionar, se duermen en las sesiones, como sucedió en el 2018 a un diputado del.PL. D., sorprendido en profundo sueño en el justo instante en que se discutía el proyecto sobre la ley de partidos políticos.  Cuando se conoció  el proyecto de la última modificación a nuestra Carta Magna, también fueron captados otros  diputados  en «brazos de Morfeo» o sumidos en    un sueño  reparador.

¡DÉJAME DORMIR MAMÁ!

-Hijo mío, por favor,

levántate y desayuna.

- Mamá, déjame dormir,

al menos hasta la una.

-Hijo mío, por favor,

que traigo el café con leche.

-Mamá, deja que en las sábanas

un rato más aproveche.

-Hijo mío, por favor,

que España entera se afana.

-¡Que no! ¡que no me levanto,

porque no me da la gana!

-Hijo mío, por favor,

que el sol está ya en lo alto.

-Déjame dormir, mamá,

no pasa nada si falto.

-Hijo mío, por favor,

que es la hora del almuerzo.

-Déjame, que levantarme

me supone mucho esfuerzo.

-Hijo mío, por favor,

van a llamarte haragán.

-Déjame, mamá, que nunca

me ha importado el qué dirán.

-Hijo mío, por favor,

¿y si tu jefe se enfada?

-Que no, mamá, déjame,

que no me va pasar nada.

-Hijo mío, por favor,

que ya has dormido en exceso.

-Déjame, mamá, que soy,

diputado del Congreso.

-Y si falto a las sesiones,

no se advierte ni se nota.

solamente necesito,

acudir cuando se vota.

-Que los diputados somos,

ovejitas de un rebaño,

para votar lo que digan,

y dormir en el escaño.

-En serio, mamita mía,

yo no sé por qué te inquietas,

si por ser culiparlante,

cobro mi sueldo y mis dietas,

lo único que preciso,

de verdad, mamá, no insistas,

es conseguir otra vez

que me pongan en las listas.

-Hacer la pelota al líder,

ser sumiso, ser amable,

y aplaudirle, por supuesto,

cuando en la tribuna hable.

-Y es que ser parlamentario,

fatiga mucho y amuerma,

por eso estoy tan molido,

¡déjame, mamá, que duerma!

-Bueno, te dejo, hijo mío,

perdóname, lo lamento,

¡yo no sabía el estrés,

que produce el Parlamento!"

El autor es profesor universitario de Lengua y Literatura dcaba5@hotmail.com