Sangre gratis para los que la necesitan

En abril pasado publiqué en mi columna Episodios la entrega titulada: “Donar sangre, un acto de amor con muchas barreras”, poco más se siete meses después veo luz al final del túnel.

Es que el presidente Luis Abinader dejó en funcionamiento el “Hemocentro Nacional” y se convirtió en el primer donante al dar inicio a la primera jornada para estos fines, como parte de la meta presidencial que procura salvar vidas mediante la donación de sangre.

En mi relato, decía: “He tenido que seguir muy de cerca la situación de salud por la que atraviesa un miembro de una familia cercana, la que maneja el caso de una patología en la que el principal activo para mantener la estabilidad de su paciente es tener acceso rápido a sangre y a plaquetas”.

Mi queja en la ocasión fue que, en este país, acciones simples como un acto de compasión y amor ante el dolor que sufre un amigo o un familiar se convierte en dolor de cabeza, para el donante y el necesitado.

Durante la ceremonia que encabezó el jefe del Estado dominicano pareció estar a tono con mis planteamientos, y esto dijo: “Nosotros, como Estado, tenemos la obligación de impulsar políticas públicas que incentiven a las personas a donar, que las orienten y les faciliten el proceso, pero no podemos obligar a nadie a hacerlo”.

Además, ofrece un hondo y profundo aliento cuando revela al país que ya está listo para someter al Congreso el proyecto de ley que contempla transparentar el manejo de la sangre, y garantizar que ésta sea un bien público y gratis para los ciudadanos.

Complace sobremanera que el mandatario dijera que el tema en cuestión requiere de mayores atenciones y que existe un plan de trabajo que vincula a diferentes instituciones y que, en consecuencia, ha decidido incluirlo como una política presidencial. Como parte de estos trabajos, acaban de lanzar la “Jornada Nacional de Tipificación Sanguínea”, para que todas las personas que así lo deseen conozcan en forma gratuita el tipo de sangre que tienen. Ojalá y muchos se animen a conocer su grupo sanguíneo y se pongan al servicio de pacientes en peligro de graves complicaciones o de muerte, para que puedan recibir sangre en forma gratuita.