No más armas ni pleitos en las cárceles

La Victoria fue inaugurado en 1952, en tiempos de la dictadura de Trujillo

Los dominicanos estamos cansados de despertar un día cualquiera y enterarnos de que, en la Penitenciaría Nacional de La Victoria, que alberga a más de siete mil reclusos, ocurrió una trifulca, y que por el hecho murieron equis cantidad de presos; en el caso que nos ocupa, las víctimas fatales suman tres, los heridos diez.

En este caso, las víctimas fueron Juan Nicolás Ovalles Ferrán (El Mello), de 30 años, Rafael Batista (Rasputín) de 35 y Pedro Luis Moreno. 

Las palabras de Joselito Batista, hermano de Rafael (Rasputín), rasgan el alma, el pecho y el corazón, se trata de un  mensaje final, que quedó guardado en una grabación, “Cangrejo me dio dos tiros, me estoy muriendo, dile a mami que la quiero mucho”, - fue lo último que dijo el recluso, antes de morirse-.

Según informaciones suministradas a la prensa por los familiares de Rasputín, en los próximos días saldría en libertad, cuando hubiera cumplido su condena.

Los últimos gobiernos que ha tenido el país se han comprometido con la reforma del sistema carcelario, y claro está, existe el nuevo modelo penitenciario, donde hay más orden y un riguroso sistema para el tratamiento de los privados de libertad. Ese reclusorio, La Victoria, fue inaugurado en 1952, en tiempos de la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo.

¿Cuántas víctimas, cuántos muertos harán falta para entender que hay que poner remedio a los constantes desórdenes que ocurren por falta de supervisión? 

El tema no es solo saber el motivo de por qué ocurrió un lío, es que ya está bueno, los dominicanos y extranjeros que vivimos en esta tierra estamos cansados de esas situaciones en nuestras cárceles. 

¡Ni uno más debe ocurrir! a las autoridades compete resguardar los recintos libres de armas y de pleitos, y eso se consigue usando los medios profesionales y tecnológicos que están disponibles ¡Por favor, ni un pleito más! ¿Acaso es mucho pedir?

Profesional del periodismo egresada de la UASD. Cuenta, además, con un Postgrado en Relaciones Públicas, de la UCSD; y una maestría en Mercadeo, de la PUCMM.

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