Primero de mayo
En un país con nuestra arritmia histórica, las posibilidades de mejorar las condiciones de los trabajadores vienen de la mano del fortalecimiento de “lo público”
Como cada año, hoy conmemoramos el día internacional de los trabajadores, fecha elegida en rememoración de los obreros mártires en la ciudad de Chicago, en el 1886.
En el sistema capitalista, a los dueños del capital los mueve la búsqueda de ganancias y, al trabajador, sobrevivir a partir de las mercancías que posee: su talento y fuerza de trabajo. Esa es la tensión que domina a este sistema de producción.
En sentido estricto, trabajador es todo quien recibe un salario a cambio de la venta de su trabajo. Pero hay muchos otros que trabajan duras jornadas y no reciben propiamente un salario. Es el caso de los trabajadores por cuenta propia. También en las llamadas MiPymes que, en unos casos son empresas familiares y en otros, unos cuantos trabajadores junto al empleador laborando prácticamente en similares condiciones. También están los empleados públicos que reciben un sueldo que no genera “ganancias” propiamente. Hay que añadir los subempleados y los desempleados. La descripción anterior nos sirve para enmarcar el “mundo del trabajo”, en donde se integran varias capas sociales, y a él, en su conjunto, me estaré refiriendo bajo el término de trabajadores.
Por siglos, la lucha de los trabajadores se ha centrado en conquistar del capital mejores condiciones de vida y, para ello ha contado con la fuerza de su organización en sindicatos que mediante luchas obligan a los empleadores a la firma de pactos colectivos. En el país, el sindicalismo de clase fue destruido y se han enquistado algunas mafias sindicales y de abogados laboralistas que se aprovechan de los derechos de los trabajadores.
En este contexto, y en un país con nuestra arritmia histórica, las posibilidades de mejorar las condiciones de los trabajadores vienen de la mano del fortalecimiento de “lo público”. Es por eso que los trabajadores deben identificar y hacer suyas cada una de las demandas económicas y sociales que puedan mejorar el bienestar colectivo y pasar a jugar un papel protagónico frente al gobierno en la discusión del presupuesto, incluyendo llevar a los poderes públicos representantes que auténticamente asuman los intereses de los trabajadores en la elaboración de las leyes y la definición de las políticas públicas. En el límite de esta entrega enumero algunas de las más trascendentes.
ALTO COSTO DE LA VIDA. El encarecimiento de los alimentos de la canasta familiar en ningún caso permite al trabajador adquirirla en cualquiera de las escalas del salario mínimo. Eso implica que más allá de los pírricos aumentos del salario nominal, la realidad es que el salario real cada día se deprecia aumentado el hambre en muchas de las familias de los trabajadores. Por eso, sin dejar de exigir aumento salarial, los trabajadores deben asumir como parte de su pliego de demandas: I) la indexación automática anual del salario acorde a la inflación; II) indexación anual automática conforme la inflación respeto del sueldo base para el cobro del impuesto sobre la renta; III) eliminación de la intermediación especulativa y agiotista que encarece los alimentos y deprime la producción agropecuaria.
SALUD. Es harto conocida la precariedad del servicio público de salud, el deterioro de hospitales, falta del instrumental médico y de medicina. Los trabajadores que tienen un seguro médico tienen mayor protección, pero, como es conocido, las prestadoras de servicios de salud son privadas bajo la forma de ARS. La cobertura de éstas para los asegurados opera bajo un catálogo que cubre un número limitado de enfermedades, procedimientos, analítica y medicamentos, dejando al asegurado en la disyuntiva de morirse o costear los eventos de salud para los que paga un supuesto seguro. Los trabajadores deben pues levantar como parte de sus exigencias al Estado y los gobiernos: I) el aumento al 5% por del PIB del presupuesto de salud pública y II) reformar la ley de seguridad social para darle carácter público a las aseguradoras de salud. SENASA es un buen ejemplo de que lo público puede rendir un servicio humano, eficiente y oportuno.
SEGURIDAD SOCIAL. Bajo el régimen de la ley de seguridad social, el fondo de pensiones de los trabajadores también está privatizado. Las administradoras se quedan con una importante tajada de los aportes de trabajadores y empleadores. Por esa razón es, sin quizás, una de las demandas esenciales de los trabajadores reformar la ley de seguridad social para darle carácter público al sistema de pensiones.
EDUCACIÓN. Los hijos de los trabajadores tienen en el acceso a educación de calidad y gratuita, una de las llaves para traspasar la puerta de la pobreza. Es necesario exigir incorporar de forma universal la educación en la primera infancia, enfrentar la deserción escolar, al tiempo de desarrollar un sistema de liceos politécnicos, acceso a la formación técnica y profesional y al primer empleo. Una demanda básica, de la que también deben apropiarse los trabajadores, es el uso honesto y eficiente del 4 % del PIB y su aumento progresivo.
VIVIENDA. Los trabajadores requieren de viviendas dignas para habitar junto a sus familias y reponer sus energías. En el país, en cualquiera de los niveles de salario mínimo ningún trabajador tiene posibilidad de adquirir por sí mismo una vivienda. Por eso, los trabajadores deben levantar la exigencia a los gobiernos de que al momento de elaborar el presupuesto se incluyan partidas importantes para mejorar las condiciones de sus viviendas y para la construcción de viviendas de bajo costo para los que la necesiten.
TRANSPORTE. En la mayoría de los centros urbanos del país, el transporte es un caos y cada vez es más caro, mermando el salario de los trabajadores. El moto concho, se ha impuesto en todo el país. Por eso, es también una demanda importante de los trabajadores la colectivización de un transporte seguro, eficiente y de bajo costo.
GOBIERNO MUNICIPAL. Los trabajadores viven en el frente o la parte atrás en algún barrio de un municipio. Padecen las calles en mal estado, sin aceras, sin alumbrado eléctrico, sin seguridad pública para ir de madrugada al trabajo o al regresar en la noche. También la falta de agua, de recogida oportuna de los desechos sólidos. Debe ser también una exigencia permanente de los trabajadores a los gobiernos municipales atender cada una de estas demandas, así como el respecto de las áreas verdes, la construcción de canchas deportivas, gimnasios, funerarias, parques, guarderías, clubes juveniles y para envejecientes a fin de garantizar un entorno digno donde los trabajadores y sus familias puedan desarrollar sus vidas.
Un día como hoy, primero de mayo, es oportuno hacer conciencia del derecho que tienen los trabajadores, que es la inmensa mayoría, de recibir el beneficio de las riquezas que con su talento y fuerza de trabajo han contribuido de forma decisiva a crear, en un país que durante 60 años registra un crecimiento promedio mayor al 5% del PIB. Esa sociedad que aspiramos que garantice el bienestar colectivo solo podrá realizarse como acción de las mayorías sociales que integran la nación, encarnadas en gobiernos que desde la dirección del Estado impulsen las reformas y transformaciones necesarias.
Es necesario exigir incorporar de forma universal la educación en la primera infancia, enfrentar la deserción escolar, al tiempo de desarrollar un sistema de liceos politécnicos, acceso a la formación técnica y profesional y al primer empleo. Una demanda básica, de la que también deben apropiarse los trabajadores, es el uso honesto y eficiente del 4 % del PIB y su aumento progresivo.
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